jueves, 30 de junio de 2016

ADIÓS Y GRACIAS

Tras otro sonoro fracaso de la selección entrenada por Del Bosque, el Marqués sigue aferrado al banco y no deja el cargo

Antonio Blanca

La España de Vicente Del Bosque ha acabado. Bueno, ya debió finiquitarse dos años atrás tras el fiasco de Brasil en lo que fue la peor participación en la historia de España en una Copa del Mundo, pero por ternura hacia lo que había conseguido con anterioridad se le dio un voto de confianza a un proyecto que estaba muerto. El resultado es un epílogo paupérrimo y triste.

Decir que Vicente Del Bosque no debe continuar y que no merece continuar no significa que no se valore lo que hizo seis y cuatro años atrás. Parece que decir que Del Bosque ha cometido muchos errores que nos han llevado a dos desilusiones consecutivas (Mundial y Eurocopa, sin contar la Confederaciones que se perdió en la final ante Brasil) es decir que Del Bosque es un inútil o un mal entrenador. No es así. Los equipos necesitan reciclarse con el tiempo y lo entrenadores también. Del Bosque no ha variado nada el juego de España y a la larga eso nos ha perjudicado, amén de decisiones cuestionables sin tratar por el mismo rasero a los jugadores, adocenando a un grupúsculo intocable hiciera lo que hiciera, su lapidaria frase, “ser uno de los nuestros” así lo confirma.

Hay dos cosas que España debe cambiar sí o sí para volver a la senda del triunfo. La primera es el malhadado “tiki-taka”. Sí, para muchos hablar de cambiar el sistema de juego es tema tabú, pero es algo que debe ocurrir. En el Barcelona Luis Enrique lo ha hecho. Ha imprimido más velocidad en las transiciones y ha enseñado al equipo a contraatacar, dándole más opciones de juego.

 La otra cosa que debe cambiar es el alma y el carácter del equipo. En otras palabras, debe cambiar el entrenador. Del Bosque no le ha aportado ni ilusión ni carácter a la selección española. En el partido de Italia se vio claramente. Los transalpinos nos pasaron por encima en la primera parte porque morían en cada balón. A los españoles parecía que no les iba la vida en ello. Es necesario un entrenador que le aporte ese espíritu combativo al equipo.

La gran pregunta es, ¿quién debe ser el nuevo seleccionador? Afortunadamente, actualmente hay una gran gama de buenos entrenadores españoles. Algo que funciona como arma de doble filo de cara a la Selección. Por un lado es una gran noticia, pues lo normal es que el elegido, salvo sorpresa, sea un gran técnico. Por otro lado, será difícil elegir a uno de los mejores ya que prácticamente todos tienen equipo en este momento.

Paco Jémez, Emery, Ernesto Valverde, Quique Sánchez Flores, Lopetegui o Marcelino son los nombres que más podrían ilusionar a la afición española. Pero todos ellos tienen equipo actualmente. Sin embargo, entrenadores como Roberto Martínez o Míchel se encuentran sin equipo y podrían ser algunos de los candidatos al puesto.

Lo importante es que España tiene margen de mejora y mucho futuro. Jugadores como Isco, Bellerín, Gayá, Koke, Saúl, Lucas Vázquez, Marco Asensio o Denis Suárez ilusionan el futuro de la Selección. Sólo falta que el nuevo seleccionador se atreva a llevárselos y a ponerlos. No en vano hemos sido campeones (como casi siempre) en categorías inferiores.

Ahora mismo nada es seguro, pero los vientos de cambios resuenan con más intensidad que nunca. España necesita un cambio de timonel para volver al rumbo adecuado. A Del Bosque se le han acabado las ideas y está con el agua al cuello. Se ha quedado sin el crédito y la confianza de los españoles. Una pena que siga aferrado al cargo, la dignidad que se le presume debería haberle hecho dimitir, pero ahí sigue.

Con él tocamos el cielo que jamás soñamos y hemos vuelto a ser lo que fuimos.

martes, 28 de junio de 2016

ISLANDIA VOTA BREXIT

Aránzazu Gálvez

La selección de Islandia ha hecho historia en Eurocopa de Francia de 2016 al lograr eliminar a Inglaterra en los octavos de final. En el debut en su primer torneo continental ya están en cuartos y retarán al anfitrión, Francia. Los Halldorsson, Sigurdsson, Gunnarsson, Sigthorsson y compañía ganaron 2-1 contra un equipo plagado de estrellas y de la talla de Rooney, Kane o Sterling  El fútbol vuelve a dejar claro que todo es posible sobre el campo.

Un equipo que ocupaba el puesto 131 en el ránking mundial en 2011 y que ha ascendido hasta el puesto 34 (llegó a estar el 20), está en la Eurocopa compitiendo contra las mejores selecciones, porque ya empató contra Portugal y fue líder su su grupo. Toda una hazaña para Islandia, que tiene una población similar a la ciudad de Alicante. La UEFA ha informado en los últimos días que más de 26.000 personas islandesas tenían entradas para los partidos de su selección, por lo que el 8% del país estará estos días en Francia.

Ante la selección inglesa han demostrado que son capaces de competir contra cualquiera y que tienen una gran fortaleza mental. Porque Inglaterra se adelantó con un gol de Rooney de penalti a los cuatro minutos.

Pero Sigurdsson empató solo dos minutos después y  Sigthorsson anotó el segundo al cuarto de hora. A pesar de que todavía quedaba un mundo, los islandeses aguantaron sin demasiado sufrimiento pese a la entrada de Vardy.

Una hazaña de este calibre necesita de un guía, y ese ha sido el entrenador sueco Lars Lagerbäck, seleccionador de Suecia entre 2006 y 2010. Ha conseguido convencer a todo un país de que pelear por llegar a octavos es posible. En la concentración de la selección sueñan con acercarse a lo que ha conseguido el Leicester en la Premier.

La selección inglesa se queda de esta forma de la Unión Europea y de la Eurocopa. Otra vez llegaban al torneo como uno de los favoritos para levantar el título, pero solo han sido capaces de ganar a Gales en el descuento. Empataron contra Rusia y contra Ucrania antes de caer en octavos de final. Los aficionados adelantaron los acontecimientos antes del partido.

Islandia tiene una población de 330.000 habitantes, pero este bajo dato no le impide contar con 90 equipos de fútbol, más de 20.000 jugadores y 575 entrenadores profesionales.

Este elevado número de técnicos tiene como resultado grandes beneficios. Entrenadores voluntarios tienen un acceso cercano a los profesionales, mientras que los futbolistas, sin importar cual sea su rango o categoría, también se relacionan con técnicos profesionales. Este hecho ha desembocado con una cifra significativa de futbolistas islandeses jugando en las grandes ligas europeas.

Actualmente, Islandia presume de poseer más de 60 futbolistas en la ligas del viejo continente. Con este dato, no resulta descabellada la clasificación de la selección para la próxima Eurocopa, y más sabiendo que se quedaron un partido de participar en el Mundial de Brasil.

Los jugadores se enrolan en los clubes desde su infancia. Los futbolistas disfrutan de creativos, divertidos y seguros entrenamientos con la idea de que si se divierten jugando al fútbol, continuarán jugando y propagando el balompié en los colegios y sus barrios.
Todos los clubes fueron fundados por fondos gubernamentales. Esto les permitió construir instalaciones y campos de gran calidad.

Jugadores de cualquier nivel se interrelacionan entre sí. Todos están englobados en los diferentes niveles del club. Los más jóvenes observan los partidos de los primeros equipos y algunos de los profesionales entrenan o arbitran los partidos de los jóvenes. De esta manera, el fútbol es un estilo de vida, no solo un hobby .
Grandes entrenadores crean grandes jugadores. Con altos niveles de entrenamiento en los grupos de todas las edades, los futbolistas reciben una gran formación en lo que pueden mejorar y desarrollar.

El fútbol de la selección islandesa tiene como eje a Gilfy Sigurdsson. El centrocampista del Swansea City anotó cinco tantos en la fase de clasificación, que a la postre fueron decisivos para sellar el pase para la Eurocopa de Francia.

En 2014, Roberto Martínez, entrenador español de la Premier League, se expresaba así sobre Sigurdsson: "Como número 10 tiene un gran conocimiento del espacio y es bueno definiendo desde larga distancia. También puede asistir con un pase y parece que ha creado una gran sociedad con Bony".

En el habitual 4-4-2 de Lagerbäck, el sostén del centro del campo es Aron  Gunnarsson. El centrocampista del Cardiff City tiene el potencial y el recorrido necesarios para recuperar balones y dar salida el juego.

Gudmunsson juega un rol asistencial clave. Al igual que Gunnarsson, disputa la Championship inglesa (Segunda División), y en el Charlton Athletic hace gala de regate y centro.


El que se beneficia de sus internadas en la selección es Sigthorsson, que ha anotado el segundo gol contra Inglaterra. El delantero del Nantes triunfó en Holanda con las camisetas de Ajax y AZ Alkmaar, y es un nuevo ídolo en el país.

'VERGOGNA'

Jaime Trevijano

Ocho años le ha durado a España el trono europeo y lo ha entregado en octavos de final sin ser fiel al estilo que le dio dos Eurocopas y un Mundial. La selección ha dejado en París una imagen muy parecida a la que dejó en Brasil hace dos años, esta vez cayendo por 2-0 ante Italia. Sin ideas, sin físico, sin fútbol y cometiendo los mismos errores que en el pasado más reciente, demostrando ser un equipo indolente e incapaz de crear ocasiones de peligro. La selección ha ido de menos a más en la Eurocopa y ha perdido con merecimiento ante los dos rivales potentes a los que se ha medido. Adiós Vicente y gracias por todo.

Italia, a la que muchos daban por muerta, jugó el partido con tres marchas más que España, que por momentos jugaba su peor fútbol en la última década.. Entre el chaparrón de agua, los resbalones de los jugadores españoles y una empanada de órdago, el peligro era constante sobre el área de España. Apenas habían pasado unos minutos y De Gea tuvo que aparecer para salvar a la selección en dos ocasiones. Primero tras un cabezazo de Florenzi y después en una chilena de Giaccherini que después rebotó en el palo, aunque el linier anuló la jugada por juego peligroso.

El plan de Conte estaba saliendo en el terreno de juego como había pintado en la pizarra y del de Del Bosque no había ni rastro. Italia jugaba entre líneas, por dentro, por fuera, ganaba todas las segundas jugadas y cada acercamiento era sinónimo de peligro. Parecía un partido de 15 contra 10: tenían más defensas, total superioridad en el centro del campo y los dos delanteros ganaban todos los balones a Piqué y Ramos para crear peligro.

España se limitaba a sacarse el balón con pelotazos y a achicar agua ante las llegadas de cuatro italianos a los remates. Al cuarto de hora, Iniesta se colocó junto a un Busquets, que estaba totalmente superado tanto a la hora de defender como a la de construir. España igualó entonces algo las fuerzas aunque las sensaciones no eran nada buenas. Todo a dos o más toques, nada de primeras y velocidad de balón nula.

Hubo que esperar 28 minutos para saber si el portero de Italia seguía siendo Buffon. Iniesta chutó blandito desde la frontal del área y atrapó el portero. Y sí, era Buffon. Por entonces aún no habían aparecido ni Silva, ni Morata ni Nolito, al que le tocaba ayudar a Jordi Alba en defensa por las subidas de Florenzi por el carril derecho.

Ramos, ahogado por la tarjeta amarilla que vio ante la República Checa (ya que si veía otra se perdería un partido), decidió ante Croacia que no iba a meter el pie y ante Italia lo volvió a hacer. Y cuando lo metió se equivocó al zancadillear a Pellè cuando estaba de espaldas en la frontal. Eder chutó la falta, De Gea se equivocó al despejar, nadie acudió al rechace y tras un revuelo, Chiellini anotó el primer gol de Italia.

El resultado hacía justicia a la intensidad, plan de juego y ganas de ganar de una y otra selección. A España le quedaban 45 minutos y tenía que cambiar algo para seguir en la Eurocopa. Del Bosque retiró a Nolito para dar entrada a Aduriz y el equipo salió dispuesto a morder para buscar el empate. En los primeros 10 minutos tiró a puerta más que en la primera parte. Remató Morata a las manos de Buffon, Cesc arriba y Aduriz con la cabeza.

A igual nivel de intensidad, España demostró que era superior, pero las ráfagas solo duraban unos minutos. Y Eder pudo sentenciar en un mano a mano en el enésimo despiste de Ramos y Piqué, pero De Gea evitó el segundo con el cuerpo. Poco después, el portero falló, se le escapó el balón y no terminó en gol por muy poco.

España necesitaba un plan b para los últimos minutos y la gran esperanza era Lucas. Entró para abrir el campo en sustitución de Morata porque entrar por dentro era imposible y así creó alguna indecisión cerca de Buffon. España, 'tiesa' físicamente, tiró de orgullo de campeón y creó tres ocasiones de peligro con un voleón de Iniesta, un disparo de Piqué y un remate al palo de Lucas Vázquez en fuera de juego.


España se la jugó a cara o cruz en busca de la heroica con Aduriz fuera del campo por lesión y Piqué tuvo el empate en el minuto 90 tras balón de De Gea, pero Buffon salvó a Italia. Ya en el añadido, la selección entregó la cuchara y Pellè finiquitó el partido para tumbar al campeón de forma más que merecida. El futuro pasa por Saúl, Lucas, Koke, Thiago y compañía y parece que Del Bosque no será el encargado de volver a hacer campeón a España.

lunes, 27 de junio de 2016

¡CHILE, CHILE! CONDENA DE MESSI

Segunda Copa América consecutiva para la Roja que venció en la tanda de penaltis a una Argentina maldita que añora la época dorada de Diego Armando Maradona

Antonio Blanca

El sueño argentino de nuevo se transmutó en pesadilla. La albiceleste tenía la posibilidad de vengar la derrota sufrida el año pasado ante los mismos verdugos, y volvieron a caer ante una correosa Chile, que se impuso nuevamente en la tanda de penaltis. El tiempo reglamentario acabó con empate a cero, con el árbitro y el juego duro como protagonistas del tiempo reglado. En la última suerte, el mejor jugador de los argentinos, Leo Messi, no fue capaz de darle el título a Argentina.

El encuentro comenzó con intensidad. ‘La Roja’ original (que así llamaban a Chile antes que a la selección española) planteó un partido brusco. No por falta de talento, sino por exceso del rival. Pese a que el poco peligro lo llevaba Argentina, la posesión la dominaban los chilenos. Con ambos conjuntos enfrascados en una batalla de patadas y empujones, el colegiado del encuentro decidió convertirse en protagonista. El chileno Marcelo Díaz se iba a la ducha con menos de media hora de juego por dos entradas a Messi (muy protestada la segunda) y para compensar, el argentino Marcos Rojo le seguía al vestuario por una patada a Arturo Vidal que se debió quedar en menos. Ley de compensación arbitral, y entre medias, la más clara para Higuaín, que volvía a fallar una ocasión cantada de gol, mano a mano ante Claudio Bravo que marró el ariete del Nápoles con un tiro cruzado en exceso. Con empate a cero se llegaba al descanso, resultado justo para el esfuerzo realizado.

En la segunda mitad se repetía el mismo escenario, con Chile que esperaba atrás mientras Argentina era la que ponía las ocasiones. Volvió a fallar claramente Higuaín, y Martino dio entrada a Agüero en la cancha. El del City tuvo la victoria en su cabeza, pero un gran Claudio Bravo salvó a los suyos. Por los chilenos tan solo Alexis Sánchez puso en aprietos a Romero, pero de forma insuficiente. Cumplido el tiempo reglamentario y el de prórroga se llegó a los penaltis, y nuevamente la suerte se puso del lado de los de rojo. Romero paraba el penalti de Arturo Vidal, pero Messi desperdiciaba la ventaja que le había dado su portero y mandaba el balón a las nubes. Con la devastación en la cara de La Pulga, en los Chilenos marcaban Nico Castillo, Aránguiz y Beausejour, mientras en Argentina hacían lo propio Mascherano y Agüero. Claudio Bravo, premiado con el galardón de Guantes de Oro del torneo, detenía el lanzamiento de Biglia y Silva, que repetía como máximo realizador del campeonato marcaba el 4-2 definitivo que le daba el trofeo a Chile.

La derrota en la final, tercera en tres años tras la sufrida el año pasado también frente a Chile y la del Mundial frente a Alemania, cuarta en el total de su carrera, han pasado factura a Leo Messi. El astro argentino, visiblemente afectado tras fallar su penalti, no podía evitar llorar al volver a ser incapaz de guiar a los suyos al triunfo. Tras el partido, La Pulga declaró que "es difícil, el momento es duro para cualquier análisis. En el vestuario pensé que se terminó para mí la selección. No es para mí. Es lo que siento ahora. Es una tristeza grande que me vuelva a pasar. Me tocó fallar el penalti a mí, era importantísimo. Ya está, es por el bien de todos. No nos conformamos con llegar a la final y no ganarla. Ya lo intenté mucho, ser campeón con Argentina. No se dio, no lo pude conseguir”. El mejor jugador de la albiceleste pone así, al menos temporalmente, fin a su ciclo con la selección nacional de Argentina, a la que no fue capaz de llevar a la victoria en un gran torneo, el gran debe de Messi, algo que el ‘10’ de Argentina, Maradona sí que le entregó a su país. 

domingo, 26 de junio de 2016

PORTUGAL EN CUARTOS DE FINAL

Julio Candela

Portugal se clasificó para los cuartos de final de la Eurocopa tras imponerse aen la tanda de penaltis en un partido que no pasará a la historia del fútbol. Nani dio la victoria a los lusos en el minuto 116 en el primer disparo entre los tres palos del equipo de Cristiano segundos después de que Perisic estampara un balón en el palo.Ambas selecciones disputaron el primero duelo sin disparos entre los tres palos en los 90 minutos reglamentarios por primera vez desde 1980. Palabras mayores.

Todo el mundo esperaba el Croacia - Portugal como remedio para acabar con el tedio de la jornada del sábado (se salva el gol de Shaqiri) pero este fue un combate de octavos más donde los dos púgiles se tuvieron demasiado respeto. Uno por contar con el jab más fuerte del mundo, Cristiano y otro por haber mandado al campeón a la lona de un sopapo.

Solo se podía destacar un incursión de Perisic dentro del área de Portugal y un remate de Pepe estando en fuera de juego que se marchó alto. Sobre el terreno de juego habían quilates, millones y estrellas pero esto ya era un mata-mata (partido de eliminación) y había mucho miedo a perder.

Tras la reanudación Croacia se quitó el corsé y se lanzó un poco más arriba y Brozovic fue el que más cerca estuvo de inaugurar el marcador. Primero no llegó a un buen centro de Strinic y después la mandó alta cuando estaba solo ante Rui Patricio. El partido ganaba en emoción y eso era de agradecer. Renato Sanches, el joven portento fichado recientemente por Ancelotti para el Bayern, tuvo la más clara de Portugal pero su disparo fue malo después de realizar una buena pared con Joao Mario.

El central croata Vida tendría la más clara del partido tras rematar de cabeza a la salida de un córner y a la jugada siguiente Velasco Carballo no pitó un claro penalti cometido por Strinic sobre Nani. Olía a prórroga pero al menos comenzaban a pasar cosas en Lens. Todo el mundo ya se conformaba con poco.

Ese susto de Nani y la entrada de Renato Sanches le dieron a Portugal mayor potestad en el duelo. No llegaba con peligro al área rival pero ya era protagonista. Quedaba media hora para el final del partido pero la prórroga ya era una obviedad.

Los datos eran estremecedores. Fue el primer partido de Eurocopas o Mundiales sin tiros a puerta en los 90 minutos desde 1980.


Y en la segunda parte de la prórroga pasó casi todo. Vida, como sucedió en la segunda parte, tuvo la más clara del partido tras rematar de cabeza a la salida de un córner. Después Persici estamparía un tiro en el palo segundos antes de que Quaresma ajusticiara a Portugal con un tanto en el minuto 116. Era el primer disparo entre los tres palos de Portugal, que se llevó un partido para olvidar y que estará en cuartos de final.

jueves, 23 de junio de 2016

LA OSADA VALENTÍA DE RAMOS

Con la derrota del combinado nacional ante Croacia la selección se complica su participación en el europeo de Francia

Antonio Blanca

Sergio Ramos es futbolista de puerta grande o enfermería. Así que a nadie extrañó que el de Camas cogiese la pelota y asumiera la responsabilidad de lanzar el penalti ante Croacia. Le va el tremendismo y lo mismo torea un morlaco de 600 kilos que se arranca a cantar el himno de la Selección en la Eurocopa. Así es Sergio, para lo bueno y lo malo. Nadie duda del valor del sevillano, pero eso no puede ser argumento para lanzar un penalti. Porque por esas mismas ganas, cualquier día Ramos le pide los guantes a De Gea y se pone de portero ante un penalti. Que ganas no le van a faltar. El valor, como en la mili, se presupone a todos los que saltan al campo y jamás puede ser una razón que decida quién lanza un penalti.

Ramos tiró de brazalete y nadie se atrevió a interponerse entre el balón y él. Algo que Vicente del Bosque jamás debería permitir. Cierto es que él siempre ha delegado en los jugadores la responsabilidad de elegir quién lanza las faltas o los penaltis, pero también es cierto que eso no solo no ha dado buenos resultados sino que ofrece unas cifras preocupantes: con Del Bosque han pitado 29 penaltis a favor de España, 16 marcados y 13 fallados. Se han fallado el 45% de los penaltis. Uno de cada dos. No es de recibo que una jugada tan decisiva en un partido, y que en este caso decidía el liderato de grupo y evitaba cruzarse con todos los grandes, se tome de esa forma.

Los penaltis los tienen que lanzar los especialistas, como en defensa son los centrales quienes tiran la línea del fuera de juego y ordenan a sus compañeros. Ramos nunca ha sido un especialista en el golpeo del balón, al menos con el pie. Por más que se anime, Ramos no deja de ser un espontáneo valiente que se tira a la arena de la plaza de toros buscando su momento de gloria. Cuando el árbitro señaló el punto de penalti, en el campo había jugadores acostumbrados a asumir esa responsabilidad en sus equipos como Cesc, Iniesta, Bruno o Aduriz. Pero fue Ramos. Cuando en esta España manda más el corazón de Ramos que el alma de Iniesta, ya hemos visto lo que ocurre.

Sergio Ramos debería estar más centrado en mejorar su rendimiento defensivo, que está lejos del que le ha convertido en uno de los mejores centrales del mundo. En el primer gol croata Kalinic le comió la tostada porque cuando el centro salió del pie de Perisic el delantero estaba por detrás del sevillano. Si todos hacen su trabajo, solo su trabajo, pero todo su trabajo, España es favorita a todo. Pero cuando el partido se llena de espontáneos, España se convierte en una selección más. Y ahí quien tiene que lucir galones es Del Bosque.

miércoles, 22 de junio de 2016

LA ESPAÑA DE INIESTA SEGUNDA DE GRUPO

Jaime Trevijano

España afrontaba este martes la oportunidad de añadir una nueva muesca al lustre de su currículo. De sacar los tres puntos en esta clausura de una primera fase tan sólida como esperanzadora, la delegación desplazada a territorio francés alcanzaría el pleno de victorias en los tres primeros duelos de una Eurocopa, un registro sólo abordado en una ocasión, en el triunfo continental de 2008. Desde que este campeonato adoptara el formato presente, las ediciones de 2004, 2000, 1996, 1988, 1984 y 1980 asistieron a algún tropiezo inicial. También aconteció en el triunfal recorrido de 2012, cuando se accedió a cuartos de final con dos victorias y unas tablas (el 1-1 al que nos resignó Italia en el debut de aquel estío). Luis Aragonés decidió, en el germinar tempranero de la simiente que encumbraría a esta generación en la apertura del ciclo legendario, concluir el estadio de grupos con rotaciones, entregando minutos a los menos habituales para mantener la concentración colectiva y repartir cansancio. Pero el presente marcaba otro paisaje a juicio del entrenador, pues la consecución de la primera plaza, en juego y al alcance de un punto, significaba un paseo plácido (casi) hasta la final. El segundo clasificado enfrentaría a Italia en octavos y vería demasiado cerca a Alemania y Francia. Es decir, la escurridiza Croacia (a un empate del pase de ronda) figuraba despojada de cualquier atisbo de trámite.

Vicente del Bosque actuó en consecuencia a la talla del baile y mantuvo su elección nominal y estratégica. Busquets volvería a ejercer como ancla de un sistema alimentado por la lucidez con balón y trabajo sin él de Cesc Fábregas y Andrés Iniesta. El manchego refrescaría su jurisdicción desequilibrante con Silva y Nolito como socios entre líneas y por fuera. Morata repetía titularidad y rol referencial en punta y Alba y Juanfran habrían de reproducir el esfuerzo de ida y vuelta continuado. Ramos y Piqué abrigarían la estabilidad de De Gea, con la vigilancia tras pérdida como epígrafe de obligado cumplimiento. La fluidez en la circulación y gestión de la posesión, con profundidad interlineal o exterior para significar amenaza al primer púgil respetable que se cruzaba en esta Euro'16, adquirían una relevancia asimilada a la atención táctica. No debían aflojar los peones ofensivos su compromiso e intensidad con la ocupación de espacios, pues la ruptura de líneas promocionaría la supervivencia y autoestima de un bloque balcánico dotado para morder en transición o en estático. Con técnica suficiente para descoser suturas y reverdecer fantasmas. Por tanto, la manutención del axioma competitivo evidenciado con anterioridad, en cada fase del juego, se desnudaba prioritario. Para evitar sustos y consecuencias trascendentales en los cruces venideros.

Ante Cacic, por su parte, no pudo eludir el peso acumulado en las piernas de dos de sus estrellas, y Modric y Mandzukic, básicos en su idea, quedaron apeados (ambos, con severas molestias, empezaron el partido desde el banquillo). Así pues, el seleccionador croata escogió a Kalinic como centro delantero y Pjaca como peón ofensivo dentro de un dibujo más tendente al equilibrio de lo habitual. Badelj, único mediocentro en los duelos anteriores, se arropó con la brega de Rog, elevando a Brozovic, mejor con pelota. Rakitic y el mencioado Pjaca se moverían en el papel de interiores con laboriosidad a su espalda. Dario Srna, capitán, volvería a representar el valor añadido en ataque de la defensa, desde su lateral, y a Corluka se uniría Jedvaj en sustitución de Vida. Vrsajlko, lateral diestro del Sassuolo, cambiaría de banda para de solidificar la red de ayudas reforzada por el movimiento de achique efectuado por su seleccionador. Subasic se erguía como la última frontera de una Croacia que reviraba su filosofía colorida para crecer desde el fragor y verticalidad colectivos. El guión del aspirante pasaba por implementar una exhibición de intensidad, orden y pericia combinativa, elementos que condecoraban el rendimiento del rival de esta noche. De su finura en la precisión y la implicación en el repliegue dependería su pase de ronda o el asalto al cielo. 

Arrancó el envite enseñando, con precocidad, el tipo de pentagrama buscado por cada seleccionador y sobre el que se desarrollaría la esencia de la charla. Croacia se disparó a una presión muy elevada que pretendía indigestar la salida de pelota española, no con el fin de hurtarle el rol protagonista en estático, sino para golpear tras robo. España, por el contrario, anhelaba anestesiar el ritmo disparatado ideado por los balcánicos con circulaciones largas que inyectaran seguridad en los propósitos. La valentía posicional del sistema de Cacic, que soltaba a Rakitic y como avanzadill complicaba el afán combinativo nacional, deshilachando el plan de partido pensado por Vicente del Bosque. La identidad propositiva croata se había transformado en una arista de frenesí táctico que descontextualizó el aterrizaje de los españoles en la dinámica del lance. No obstante, la victoria local en el espíritu del prólogo del encuentro conllevó que la primera llegada a portería tuviera a De Gea como sujeto pasivo. Un balón largo, lanzado desde la cueva, enlazó con la ofensiva oponente por medio de Kalinic, superdotado en la labor de gestor de nutrientes para sus llegadores. El cuero, despejado de manera deficiente por Ramos, cayó en el pico del área española, lugar donde apareció Srna para cazar una volea muy desviada -minuto 6-.

Sin embargo, como en otros episodios, el acierto se anticipó a todo lo demás. El movimiento de avance de Croacia, rebosate de personalidad, otorgaba espacios, a la espalda de la primera ráfaga de presión, para los artistas españoles. Tal tesitura, en vuelo, generaba el paisaje idóneo para los arquitectos del último pase patrio. Así, en una transición provocada por la estratagema de Cacic, el balón arribó en la zurda de Silva, que contemporizó y leyó el desmarque de ruptura de Fábregas. El pase de terciopelo del canario -que tomó el relevo de influencia de Iniesta- conectó con el centrocampista del Chelsea, que descolocó al repliegue local, se filtró y cruzó el balón ante la salida de Subasic. Morata mostró su astucia para inaugurar el marcador sobre la línea -minuto 8-, autografiando el colofón a una jugada brillante que adelantaba a los pupilos de Del Bosque antes de que su estilo se dejara notar sobre el verde.

El golpe no desquició el devenir imaginado por los croatas. A pesar del respingo de vatios español, que confeccionó otra llegada muy peligrosa nacida de las botas de Silva, el listón competitivo de los aspirantes siguió exigiendo a los favoritos. El canario se cambió de banda para centrar, tenso, hacia el desmarque en diagonal de Nolito, que se adelantó a sus marcadores para rematar cruzado, lamiendo el segundo poste -minuto 9-. Pero no lograba equiparar su intensidad el conjunto español al de su contrincante, y los denostados apagones de concentración propios propulsaron la confianza ajena y recordaron la necesidad de encontrar vías de imposición del cauce y tempo que nos resultan familiares, pues la vigente campeona no se maneja con comodidad en una guerra de guerrillas, demasiado adelantada como para arriesgar. Una laguna de Ramos abrió boca para los croatas entregando un remate, en ventaja y desde media distancia, a Kalinic. El delantero de la Fiorentina probó a De Gea, que despejó el intento hacia la esquina con una reacción de reflejos -minuto 12-. Y una nueva grieta de atención, en este caso del arquero del United, ahondó en el paradigma de respuesta balcánica. Se durmió el portero en la salida de pelota y la presión, de Kalinic, provocó el error en la salida de juego. Rakitic recibió el balón suelto, en posición franca y dibujó una vaselina sublime que se topó con el larguero y el poste. El gozo y el aviso encontraron hueco en un primer cuarto de hora descriptivo.

Pasó España, entonces, a esforzarse por dictar el ritmo y afianzar su respiro por el callejón de la posesión horizontal. Croacia entendió astuto el repliegue de velas para esperar a la opción de salir tras robo. Este escenario templó el caótico inicio, congelando la rítmica producción de llegadas a ambas porterías y Silva volvió a asumir galones. De su zurda se fundaron las dos siguientes propuestas de remate nacionales, más espaciadas en el tiempo. En el 21 disparó desde media distancia, cruzado, para el despeje de Subasic y en el 27 esbozó una combinación sensacional. El flujo de pases llegó a Cesc, que fintó y dirigió la inercia hacia Nolito. El extremo del Celta concluyó con un disparo que se fue, desviado, a saque de esquina. Alba y Juanfran no ganaban superioridades exteriores ante las ayudas ardorosas croatas, complicando el avance vertical patrio. Esta circunstancia condenó a la horizontalidad controladora a una España que, al tiempo que dominaba la posesión y encontraba el mando, no padecía el veneno de la contra rival. La escuadra de Cacic, que se manejaba con simpleza y calma en el achique intensivo, contemporizaba esfuerzos, bien ordenada. En el horizonte visualizaba un partido largo y su capacidad de sufrimiento abonaría el terreno para contragolpear. La enmienda de Del Bosque al anárquico arranque supo suficiente.

En el entretanto, el primer acto quemó minutos y se dispuso a un tramo final que dinamitó el templado patrón finalmente sobrevenido. El balón parado desperezó a la ofensiva croata. El segundo desborde de Srna desembocó en la colocación de un centro tenebroso que dejó en mano a mano a Juanfran y Perisic. La lanza del Inter cabeceó demasiado cruzado -minuto 39- en otra ocasión proveniente de la desigual proporción de intensidad. Acto y seguido, España tomó el pulso del desenfreno previo al intermedio, también gracias a la pizarra: Ramos ejecutó un testarazo desde el primer poste, sin atino, tras el lanzamiento de Nolito. La deliciosa y extremada combinación nacional posterior, que Fábregas tradujo en un pase puntiagudo interior para el desmarque de Morata, que controló con dificultad y no terminó de rematar, prolongó el toma y daca. Y de esta apnea de efervescencia mutua y repulsa del equilibrio táctico surgió el punto de inflexión global. Perisic, bien controlado en los primeros atisbos de contragolpe croata (sólo incipientes ante el buen ejercicio de vigilancia española), sentó a su par, Juanfran, en la esquina y descerrajó un centro letal al que Kalinic respondió con un remate de tacón a la red. Ganó el inteligente punta el cuerpeo al central madridista en el 45 y se esfumó la confianza y el bagaje creativo del centro del campo patrio. El punzón psicológico contaminaría cada parámetro del rendimiento de la defensora del título. La estadística, con 1-1 de camino a vestuarios, susurró la realidad acontecida: 57% de posesión española pero derrota en llegadas a portería (9-8) y remates (5-2). Le costó domar a Croacia a una circulación nacional que perdió verticalidad con el paso de los minutos.

Sin sustituciones se alzó el telón del segundo acto, y lo hizo con una reproducción, más voraz, de la actitud croata del inicio de partido. La pasión volvía a responder a una asimetría favorable a los recién entrados en la ambición por los tres puntos y Croacia replegaba e intercalaba presiones elevadas, buscando salir rápido. Las imprecisiones empezaron a penalizar a España, que volvía a destiempo, con los laterales fuera de sitio y los mejores minutos balcánicos asomaron para quedarse. La ruptura de líneas ganaba focos ante la evolución de la medular croata, con más pulmones que la española. Aún así, todavía aguantaba poso la circulación nacional y un centro de Alba, en su primera subida sorpresiva, y remate desviado de Morata -minuto 52- parecerían sostener el control pretendido. Pero la pelota se tornó azulada y el partido quedó sin gobernador, entrando en un centrocampismo que ofrecía ventanas para el vértigo croata. Con mayor asiduidad cada vez. Inmerso en el cambio de escena, el balón parado acudió para sellar la firma local. El susto que desencadenó la reacción de Del Bosque amaneció con un centro de Srna tras robo a España que despejó, con apuros, De Gea. La pelota, suelta, cayó en la botas de Jedvaj, pero la zaga repelió una tratativa que finalizó con chilena desviada de Pjaca -minuto 56-.

El seleccionador entendió que debía optar por un mayor dominio de la pelota. Repetir estrategia, con el fin de amaestrar la rebeldía contrincante y frenar su velocidad tras pérdida. Así, Nolito, desapercibido, dejó su lugar a Bruno. El dibujo cambió a 4-3-2-1, con el mediocentro del Villarreal apoyando a un Busquets superado, sin ayudas de Cesc ni Iniesta -este último exhibió claros síntomas de carencia de chispa que condicionaron su clarividencia-. La ausencia de piezas en la mediapunta había uniformado de densidad al control del cuero, por lo que este movimiento soltaría, también, a Silva y al cerebro manchego. En coherencia, el preparador obtuvo un antídoto rápido al devenir: retomó el tempo, cuidando mejor del cortejo del esférico, a la espera de encontrar vías de profundidad. Morata, vacío, cedió su escaño a Aduriz, en un cambio que restaba desahogo a la elaboración visitante para incluir una referencia que buscara soluciones en el modelo de centros laterales. Sin embargo, estos no llegarían y el rematador del Athletic volvería a padecer los límites de la filosofía combinativa. En esta suerte de oasis, en la que Croacia cedió terreno para buscar la contra –hoja de ruta extendida hasta el 90-, España localizó un nuevo temple, aunque el cultivo de disparos seguiría yermo y la autoridad en el juego nunca se confirmaría. Sólo el balón parado, con Ramos como protagonista desacertado, inquietaría ya a Subasic. A la acumulación de córners infructuosos se unió un penalti muy polémico, cometido sobre Silva y provocado por el pase largo de Iniesta. El defensor andaluz tomó el balón (lo improvisado de las sensaciones siguen mandando en la elección del lanzador en la selección- y lanzó la penalización hacia el centro, sencilla para el guardameta croata, que había ganado metros de manera antirreglamentaria -minuto 69-. El perdón se pagaría a un coste muy valioso.

El monopolio de la pelota española adentró la trama en un desenlace aliñado de incertidumbre. Un gol mutaba el camino a recorrer por ambos púgiles y España decidió defenderse con balón. Sin mayor ambición. El eficaz cierre croata negó oportunidades a la espesa circulación nacional, y cada fallo o imprecisión se convertía en peligro claro para la meta de De Gea ante el descenso abrupto del fuelle español. Una falta ejecutada muy desviada por Rakitic, en el 74, constituyó la única llegada balcánica en este tramo previo al epílogo. Entonces, a 15 minutos del agónico final, los técnicos definieron sus intenciones: Kovacic sustituyó a Rog, en un intento por afilar la contra y Thiago hizo lo propio por Fábregas (sostén insuficiente la reanudación), en busca de más seguridad con la pelota. Ante tal confrontación de estilos, una pulgada decidiría el futuro próximo de las dos selecciones, y, la perspectiva de esta Eurocopa de goles sobre la bocina no auguraba una igualdad sostenible hasta el descuento. En efecto, el magnetismo de los precedentes hizo de las suyas y el envite no concluiría en tablas.


Había emergido la velocidad y potencia anatómica croatas con anterioridad. Por eso Bruno participó del juego y por este motivo la selección quiso especular, en cierto sentido, con la posesión. No en vano, el empate valía para facturar como primeros de grupo. Pero en el minuto 87 se escenificó la sombra que mantiene la sospecha sobre el estilo español. Una acción ofensiva que no terminó en pausa del juego lanzó una contra que dirigió Kalinic (excelso como delantero solitario y amortizador del descenso de atención de su marca coral) y voló al galope de Perisic (mejor del partido y herramienta de ataque predilecta), que desbordó a Juanfran y Piqué con soberbia (el lateral del Atlético no supo navegar ante el jugador nerazzurro, perdiendo la partida en el segundo tiempo con claridad y sin ayudas ni coberturas del centro del campo) para batir a De Gea con un chut que entró por el primer poste. El defendido por el portero. El zarpazo del plan b croata sentenció la previa autocomplacencia española, cuya calidad no consiguió prevalecer ante el físico e intensidad rivales. Así, sin margen para la reacción ni llegadas que degustar y con Kramaric y el malaguista Cop saltando al verde para gastar tiempo, ofreció la primera fase sus últimos estertores, con una perspectiva, de repente, revirada para los intereses nacionales. El abc del juego de repliegue y salida volvió a envenenarse para el planteamiento español. En el peor momento. Con esta derrota (60% de posesión roja y 4 a 3 en tiros a puerta para los balcánicos), Italia será el obstáculo de octavos de final, Alemania esperaría turno en cuartos y Francia en semifinales. Los competitivos croatas, por su parte, cuentan con el camino libre de espinas que paladeaba la hinchada española. Se complica el guión y se complicó una España inferior en el plano del esfuerzo y la lucidez. Quizá un inoportuno tropiezo accidental (el primero desde el campeonato de Portugal'04). Quizá un golpe de realidad.

lunes, 20 de junio de 2016

DE GEA EN LA CAMPAÑA ELECTORAL

A las declaraciones del candidato por el PSOE a la presidencia del Gobierno de España, ha respondido el líder de Ciudadanos manifestando su discrepancia

Antonio Blanca

Se ha colado en la campaña electoral sin comerlo ni beberlo. Cuando una testigo protegida le implicó en un caso de supuestos abusos a menores, la vida de David de Gea cambió. La Policía investigó tanto al guardameta como a Muniain, pero no halló ninguna prueba en contra de ellos. Se metió en el asunto Pedro Sánchez para mostrar cierto desagrado por ver al madrileño defendiendo la portería de la selección nacional. No tardaron mucho en responder al líder del PSOE desde diferentes lugares. El último en contradecir a Sánchez ha sido su rival Albert Rivera, que no dudó en dar la cara por el futbolista.

"No me siento cómodo viendo a De Gea como portero de la Selección española después de ver su nombre salpicado y denunciado por una menor", afirmó Sánchez en una entrevista concedida a 'eldiario.es', dando cumplida respuesta el líder de Ciudadanos este sábado. En declaraciones realizadas a 'Onda Cero', señaló que "no comparto lo que dijo Pedro Sánchez sobre De Gea. Me parece que señalar así... Bastante nos cuesta conseguir ética en la política como para dar lecciones".

"Respeto la presunción de inocencia, pero hay que ponerse del lado de la víctima y, en este caso, estamos hablando de una mujer menor. Si me preguntas, yo estoy con ella", dijo Pedro Sánchez, mientras Albert Rivera expone que "hay que tener máxima precaución con este asunto, lo que no voy a hacer es meterme en el ámbito judicial".

Tiene claro, por otra parte, que "en ocasiones el deporte une más que la política. Un partido de tenis, baloncesto o fútbol ha podido unir más en muchas ocasiones que la política; por ello hay que tomar nota". "En mi tierra, Cataluña, todo lo que represente unión para los españoles durante varios años se ha convertido en algo a prohibir", subrayó.

"¿Cómo puede ser que dos chicas sean agredidas por apoyar a la Selección?", se preguntó Albert Rivera, que el pasado viernes vio en la calle, con la camiseta roja de España, el partido que nuestra selección disputó con Turquía. Para el político, lo sucedido "no tiene ningún sentido. Hemos reivindicado siempre que no vamos a abandonar a los catalanes. No tiene ningún sentido que los catalanes no puedan disfrutar de nuestro deporte nacional. Queríamos que los catalanes pudieran disfrutar de la Selección como cualquier otro español".

Este pasado viernes, tras el España-Turquía, Vicente del Bosque liquidó el asunto con elegancia y con una simple frase dejó claro que las manifestaciones de Pedro Sánchez no le habían agradado demasiado. En la misma emisora, preguntado por las palabras del dirigente socialista, fue muy conciso el seleccionador al afirmar que "no nos preocupan esas cosas, no estamos aquí para ganar votos". En diferentes redes aparecieron decenas de críticas a Pedro Sánchez por parte de unos aficionados que en su mayoría dio la cara por el portero de la Roja.

Porque en este caso como en tantos otros la pena de telediario puede hacer mucho daño a la carrera del deportista que luego debe hacen un ímprobo esfuerzo por lavar una imagen vilipendiada injustamente. Sánchez para variar ha vuelto a meter la pata hasta el fondo. 

jueves, 16 de junio de 2016

LA VIOLENCIA DE LA EUROCOPA

Demasiados actos violentos los que vienen acaeciendo desde el comienzo de la Eurocopa de Francia que aumentan la inseguridad en el país francés

Antonio Blanca

Las peleas se organizan a las afueras de la ciudad, habitualmente en descampados, en bosques o a las orillas de alguna carretera. El motivo de alejarse de la civilización es evitar así el control policial y las cámaras de seguridad. Los propios organizadores son los encargados de grabar los combates, para posteriormente encontrar las fortalezas y debilidades de los grupos combatientes. Previamente se fijan una serie de reglas entre las que la más importante es que la lucha sea cuerpo a cuerpo: nada de armas. Una vez que todo está en orden, cientos de hooligans con una estricta preparación física y amplios conocimientos en artes marciales comienzan una verdadera batalla campal, que, bajo la careta del fútbol enmascara profundos motivos políticos. Ni siquiera a David Fincher se le ocurrió someter a tal locura a Brad Pitt, Edward Norton y compañía en su célebre 'El Club de la Lucha'.

Decía George Orwell que el fútbol internacional no tiene nada que ver con el juego limpio. Que más bien está ligado con el odio, los celos, la jactancia y el placer sádico de presenciar la violencia. Es como la guerra pero sin los tiros. La ampliación de la Eurocopa de Francia de 16 a 24 equipos no solo ha tenido el efecto de que algunas selecciones poco potentes han disminuido el nivel futbolístico del torneo, sino que además ha abierto la puerta a una multitud de países del Este poco acostumbrados a estos eventos, muy violentos y, lo que es peor, con muchas cuentas pendientes entre sí.

No había comenzado la Eurocopa, pero los violentos ya estaban dispuestos a arruinarla. Como ya pasase hace 18 años, cuando en Francia lo que se celebró fue el Mundial, los hooligans ingleses aterrizaban en Marsella y desde el inicio comenzaban las hostilidades. Insultos a personas árabes, sillas que volaban y quema de banderas tunecinas. En 1998 los disturbios duraron tres días y dejaron más de 100 detenidos, pero estos nuevo ultras británicos no son como los de hace dos décadas: no están en forma, beben hasta perder el sentido, van armados y, lo más importante, no están acostumbrados a combatir.

Y eso es precisamente lo que más enerva a los hooligans rusos. Consideran que sus hinchas matriz se han desnaturalizado y, en cierto modo, han traicionado a su forma de vida. Por eso los rusos los odian. Cuando éstos llegaron a Marsella llegaron a un pacto de no agresión con los ingleses para combatir unidos contra los hooligans locales, defensores de los árabes. Pero esa alianza pronto se terminó cuando los rusos también comenzaron a golpear a los ingleses, desatando el terror por la ciudad con unos ataques de 300 hombres organizados más bien como un comando militar que como un grupo de aficionados al fútbol. Y las amenazas de la UEFA no les quitan el sueño, ya que ellos, como ellos afirman: "los ingleses siempre dicen que son los únicos hooligans. Hemos venido aquí ha demostrar que son unas niñas".

Desgraciadamente, el via crucis de los ingleses no acaba aquí. Ya el pasado jueves, con ocasión del Gales-Inglaterra, los hooligans volvieron a ser atacados por hinchas galeses provocando incidentes de menor categoría. Solo un preludio de lo que les espera. El último partido de este auténtico grupo de la muerte les enfrentará a Eslovaquia, otra selección del Este que se ha visto beneficiada del nuevo formato del torneo y que tiene muchas cuentas pendientes con los hooligans. Concretamente de 2004, cuando durante un choque de eliminatorias para la Eurocopa entre ambas selecciones dos ingleses resultaron muertos en Bratislava después de enfrentamientos físicos entre sendas aficiones. Los Yellow Green Hearts, extremistas eslovacos del Zilina, ya preparan una auténtica "caza del inglés" en Saint-Étienne en la que "el fútbol será solo una excusa".

Pero no todo se reduce a Inglaterra y sus malas relaciones. De hecho, apenas hemos empezado a tratar la nómina de aficiones ultras que ya están en Francia, o bien están a punto de desembarcar en el torneo.  De Alemania también ha llegado su propia delegación de radicales. Muy jóvenes y con ideologías de extrema derecha, se han paseado por Lille  con esvásticas, brazos en alto en clara alusión al nazismo y cántitos xenófobos e islamófobos. 18 de ellos fueron detenidos en Dresde con banderas del imperio prusiano cuando trataban de cruzar la frontera que separa su país de Francia.

Por su parte, los polacos tampoco se quedan atrás. Ya organizaron una pelea pactada con los rusos antes de entrar en Francia, y posteriormente atacaron a los aficionados de Irlanda del Norte poco antes del debut de ambas selecciones en el torneo. Nacionalismo, antisemitismo y repulsa de las ideologías de izquierdas, sus señas de identidad son muy parecidas a las de los alemanes, pero las evidentes connotaciones históricas hacían del Polonia-Alemania del pasado jueves uno de los partidos más temidos por la organización.

Sin embargo, había un posible partido especialmente temido por la UEFA, un eventual Ucrania-Rusia en Octavos de Final. Tanto temen los organizadores este posible enfrentamiento con tantas y tan recientes cuentas pendientes que ya adulteraron el sorteo original para impedir que estos malos vecinos pudiesen enfrentarse en la primera ronda. Pero algo se les pasó: el azar unió el destino de ambos grupos en la segunda ronda del torneo, que además es eliminatoria, por lo que un enfrentamiento entre rusos y ucranianos era bastante probable. El mal desenvolvimiento de ambos conjuntos ya ha descartado esa posibilidad y, aunque aún podría darse el enfrentamiento en posteriores ronda, es poco probable que ambos superen sus choques previos.

El partido que la UEFA sí que tendrá que afrontar será el Polonia-Ucrania de la tercera jornada de fase de grupos que se disputará en el Vélodrome de Marsella el próximo martes. Los ucranianos han desplazado ultras neofascistas e incluso veteranos de la guerra con Rusia. Ya protagonizaron algunos incidentes con los alemanes en la previa que enfrentó a ambos partidos, y el riesgo de fuertes choques con los radicales polacos es alto.

La prueba de que en todos estos enfrentamientos poco importa el fútbol es la anunciada llegada de nacionalistas serbios, pese a que Serbia no se clasificó para la Eurocopa. El único objetivo sería atacar a los radicales albanos, país con el que les enfrenta un fuerte conflicto político y bélico desde La Guerra de Kosovo, en la que Albania se independizó de la antigua Yugoslavia. Los últimos combatientes de esta especie de guerra callejera son los húngaros. Después de 30 años, Hungría regresa a una Eurocopa, y con ellos llegan sus ultras. Con cánticos en contra de los gitanos de su país vecino Rumanía y a homenajes a generales húngaros de extrema derecha, además los húngaros ya protagonizaron incidentes homófobos en el choque que enfrentó a su selección con la de Austria, y en la que mostraron pancartas ridiculizando a la artista austriaca Conchita Wurst.

Se espera que ataquen a los ultras rumanos en el Rumania-Albania de la tercera jornada de la fase de grupos que se disputará en Lyon. Los rumanos, de hecho, se podría decir que son los ultras más peligrosos del torneo. No por ser especialmente violentos, sino porque sus ideologías y procedencias están tan mezcladas que ya han protagonizado varios altercados y peleas entre ellos mismos, por las que fueron detenidos hasta nueve de sus miembros en París.

Lo cierto es que debido a su gran mezcla racial, Francia es un país acostumbrado a la congregación de hooligans racistas y violentos en sus torneos. En 1984 el país galo ya organizó una Eurocopa que terminó ganando y en la que los aficionados ingleses causaron destrozos innumerables por París. El equipo local eliminó a Inglaterra por dos goles a cero y eso desató la ira de los hooligans, que causaron daños en la capital francesa de más de 200 millones de pesetas. Peleas en las gradas, coches destrozados y decenas de aficionados ingleses detenidos por las autoridades francesas fueron el resultado. Ese mismo año, en la final de la Copa de la UEFA, un aficionado del Tottenham inglés había fallecido de un disparo y más de 200 fueron detenidos. También los radicales alemanes de Alemania Occidental protagonizaron incidentes racistas con los hinchas de Portugal en los momentos previos al partido que les enfrentó a ambos. Los alemanes fueron detenidos y deportados a su país ese mismo día gracias a una ley especial aprobada por el Parlamento francés antes del torneo.

En 1998 Francia volvió a organizar el Mundial de fútbol de la FIFA y de nuevo Marsella volvió a ser el principal foco de violencia por los enfrentamientos entre los hooligans ingleses y los aficionados tunecinos en la previa del Inglaterra-Túnez de la fase de grupos, que dejaron un bagaje de más de 100 heridos y 150 detenidos. Nuevamente los alemanes fueron los segundos protagonistas, al provocar fuertes altercados con la policía parisina antes del enfrentamiento de su selección contra Estados Unidos. Un trasfondo de odio, xenofobia y racismo que sigue acompañando a los ultras del fútbol europeo más de 30 años después de los primeros incidentes.

lunes, 13 de junio de 2016

EN BUSCA DE LA CORONA EUROPEA

Desde el pasado viernes Francia alberga la disputa de la Eurocopa 2016, que por primera vez es disputada por 24 equipos y en la que España espera reeditar los triunfos de 2008 y 2012

Antonio Blanca

Cada cuatro años esperamos con ansia el momento de ver a los mejores jugadores europeos en acción. Sus países afrontan con ilusión el inicio de la competición soñando con ser Campeones de Europa. Por primera vez, son 24 las aficiones que llegan con ganas de hacer historia.

Y es que la Eurocopa de Francia 2016 será muy especial para todos. El hecho de tener más participantes que nunca ha provocado que muchos países se estén volcando claramente en el torneo. Cuando escuchas hablar a los distintos seleccionadores, muy pocos se descartan para dar la sorpresa. Aquí nadie regalará nada.

Sobre todo porque, tras lo visto en la fase de clasificación meses atrás, no hay ninguna selección que pueda colgarse el cartel de favorita absoluta e ir partido tras partido mirando por encima a los demás. Si bien hay equipos más fuertes que otros, el fútbol actual en el que el físico es muy importante, y la gran calidad de los entrenadores han convertidos a sus equipos en conjuntos muy equilibrados y muy bien trabajados, por lo que las sorpresas están prácticamente garantizadas.

Y no estamos locos. Todos sabemos que Francia, Alemania, España, Inglaterra e Italia son las que más nombre tienen, y que junto con Bélgica, Portugal y Croacia son las grandes favoritas. Pero equipos como Austria, Polonia, Gales o Islandia llegan con la tranquilidad de haber cumplido al clasificarse y con unos sueños y una afición que les van a dar alas en cada partido.

Ciertamente, exceptuando Hungría y quizás Albania, todas las demás deberán ser tenidas en cuenta. Todas. El que de por sentado que ganar a Rumanía, República Checa, Irlanda del Norte, Islandia o Eslovaquia va a ser fácil, seguramente acabe haciendo las maletas antes que ellas.

De momento los sueños se mantienen intactos en 24 países. Unos quieren confirmar su buen momento; otros llenar de esperanza a equipos que llevan tiempo sin jugar al máximo nivel; algunos quieren hacer disfrutar a su país y hay otros que quieren dejar de lado malas experiencias pasadas. Todos tienen un objetivo y todos tienen un motivo para pelear. En Francia nadie regalará nada. Todos quieren reinar en el viejo continente. 

viernes, 10 de junio de 2016

FRANCIA 2016

Aránzazu Gálvez

La selección española afrontará la Eurocopa de Francia con una presión similar a la de hace cuatro años en Ucrania y Polonia, ya que deberá defender el título de campeona, pero aunque lo hará ya sin ser aquel combinado inmerso en una tremenda dinámica ganadora y con una necesaria y obligada renovación que tendrá su primer gran examen. El torneo continental, que arranca este viernes con la disputa del encuentro entre la anfitriona y Rumanía, cuenta con tres favoritas destacadas en las casas de apuestas: Francia (4 a 1), Alemania (5 a 1) y España (6 a 1)

España hizo lo impensable en 2012 con la conquista de su tercer título continental, renovando la corona de 2008 en Austria y Suiza, la cual terminó por quitar complejos e inició unos años de gloria y éxitos culminados en el Olímpico de Kiev. Allí, arrolló a una histórica, Italia, y consiguió lo que nadie había logrado nadie, encadenar Eurocopa-Mundial-Eurocopa.

La ‘Roja’ estaba subido en la ola y se había convertido en la rival a batir por todos, admirada por su fútbol de toque y de exquisito nivel técnico. Sin embargo, todo tiene una fecha de caducidad en el mundo futbolístico y la del combinado nacional tuvo lugar en la siguiente gran cita, el Mundial de Brasil de 2014. Los hombres de Vicente del Bosque buscaban defender título, pero ni siquiera superaron la primera fase, minimizados por Holanda, que saboreó su venganza, y por la dura y competitiva Chile, que dejaron en nada el último partido ante Australia.

Ese partido en Curitiba puso fin no sólo a la andadura mundialista mucho antes de lo esperado sino que terminó con el periplo internacional de algunos de los jugadores claves del dominio de la tricampeona de Europa. Xavi y Xabi Alonso, pilares en el centro del campo, y David Villa, el goleador que ha terminado por ser casi insustituible, se despidieron de la camiseta nacional en Brasil, siguiendo un camino que antes ya había tomado, por las lesiones, Carles Puyol.

Era el momento de iniciar la renovación en el vestuario, que se llevó también a un futbolista como Fernando Torres, héroe en 2008 en Viena. Con el aval de una potente cantera, reflejado en los éxitos de las categorías inferiores, sobre todo de la Sub-21, y una base aún con recorrido para llegar en plenitud a la Eurocopa, parecía que la tarea para Vicente del Bosque sería sencilla, pero nada más lejos de la realidad y desde la Copa del Mundo han aumentado más las dudas.

La fase de clasificación fue más sufrida de lo esperado, sin contar con la pobre imagen dada en los amistosos a domicilio, ahora sí más necesarios por la obligatoriedad de retomar la confianza de una afición, ansiosa ahora de más éxitos olvidando lo complicado que había sido alcanzar la cima.

Encuadrada con un asequible grupo formado por Eslovaquia, Ucrania, Macedonia, Bielorrusia y Luxemburgo, la situación se agravó con la derrota en Zilina ante los eslovacos, que produjo una alarma quizás un tanto irreal porque había dos billetes directos en juego. De todos modos, España no falló más y lo ganó todo hasta el final, aunque sin conseguir una regularidad en su fútbol y con ciertos problemas en la maquinaria ofensiva, que quedaron patentes en el último amistoso antes de viajar a Francia, cuando los de Del Bosque perdieron en Getafe ante la débil Georgia (0-1).

Con todo, la ‘Roja’ llega a Francia, donde ya brilló hace 32 años jugando la gran final ante una anfitriona liderada por Michel Platini y con el recordado fallo de Luis Miguel Arconada ante el ’10′ francés, sabedora que de todas quieren su trono, mucho más difícil de defender, aunque el primer grupo no debería representar excesivos escollos, más allá de una Croacia capaz de todo.

La imprevisible Turquía y la rocosa República Checa, rival de un debut que marcará su camino, se presentan como rivales accesibles para alcanzar los octavos, donde comenzará la hora de la verdad para un equipo que hace cuatro años fue de menos a más hasta acabar exhibiéndose ante la histórica Italia.

Repiten 13 del Mundial y 10 del título europeo en Kiev
Del Bosque ha vuelto a confiar en su columna vertebral, con 13 que ya estuvieron en el pasado Mundial, y 10 que defenderán título, por encima de su estado de forma, lo que ha permitido la inclusión de jugadores ya muy expertos con ‘savia nueva’ como Nolito, Bellerín, Bruno Soriano, Morata o Lucas Vázquez.

El principal dilema para el salmantino reside en la portería donde debe decidir entre el aura que desprende el capitán Iker Casillas o la pujanza de su seguro relevo que representa David de Gea, ya presente en Brasil. Atrás, sin apenas centrales, Sergio Ramos y Gerard Piqué deberán aparcar sus ‘diferencias’ para formar una potente dupla respaldada por dos laterales ofensivos como Juanfran y Jordi Alba.

En el centro del campo aparece mucha variedad, pero parece que son ‘intocables’ Busquets, en un gran estado de forma y sin tener que pensar en su futuro, Iniesta, llamado a ser el líder del combinado nacional, y Silva, con muchas alternativas con Bruno, Thiago, Koke y un Cesc que no ha tenido su mejor año pero que siempre puede ser el recurrido ‘falso 9′.

Arriba está la otra gran duda. Del Bosque descartó, contra todo pronóstico al discutido Diego Costa, su apuesta para el Mundial, y a Alcácer, una de las apuestas para la renovación, confiando el ’9′ a un joven como Morata, brillante con la Sub-21 y maduro tras su marcha a la Juventus, y todo un veterano como Aduriz, gran goleador nacional a sus 35 años y ante su gran oportunidad. Ellos deben ser la referencia ofensiva, acompañados por un Nolito, un jugador ‘distinto’, con gol, desborde y desparpajo, dispuesto a ejercer ese papel de sorpresa que el seleccionador ya usó con Busquets, Pedro o Alba.

La anfitriona se encomienda a Griezmann
La selección francesa afronta ‘su’ Eurocopa con la necesidad de pelear por el título tras los últimos sinsabores, pero sobre todo relanzada en el último año por el potencial de jugadores como el atlético Antoine Griezmann y el juventino Paul Pogba tras la consabida ausencia de la estrella blanca Karim Benzema.

El conjunto dirigido por Didier Deschamps confía en reverdecer viejos laureles ante su público, recordando que las tres últimas veces que han sido anfitriones han salido vencedores. Ganaron la Eurocopa de 1984, con Platini, Giresse y compañía, el Mundial de 1998 con aquella generación encabezada por Zidane, y también la Copa Confederaciones de 2003.

Dieciséis años después de aquella conquista y con el capitán de aquel equipo en el banquillo, el reto de los ‘bleus’ pasa nuevamente por alzar el título el próximo 10 de julio. Los pupilos de Deschamps esperan no lamentar la ausencia de su goleador Benzema, ni la del también madridista Raphael Varane –que se lesionó a falta de dos semanas para la cita– un contratiempo para el conjunto francés solventado con la llamada del sevillista Adil Rami.

Tras su eliminación en los cuartos de final en el último Mundial y en la última Eurocopa, donde ofrecieron un nivel muy por debajo de las expectativas, los bicampeones del Viejo Continente triunfaron por última vez en un gran torneo en el año 2000, en la Euro celebrada en Bélgica y los Países Bajos, con un equipo en el que también estaba el actual seleccionador.

Francia, liberada de la fase de clasificación, disputó amistosos en las fechas FIFA, entre ellos con España y Portugal, a las que derrotó con apuros pero con solvencia, mientras que perdió en sus duelos de más entidad con Inglaterra y Bélgica. Su camino a la Eurocopa, lleno de luces y sombras, no mide el nivel real de una selección cuya principal fuerza será jugar al calor de los suyos.

La Francia actual está diseñada en torno al talento y la juventud, aunque su media de edad se eleve hasta los 27 años. Jugadores como Patrice Evra o Bacary Sagna, en defensa, los porteros Hugo Lloris y Steve Mandanda, habituales desde antes del descalabro en Sudáfrica 2010. Quién no estará es el exmadridista Lassana Diarra, sustituido por Morgan Schneiderlin, del United, a última hora.

Un equipo que pone sus esperanzas en los goles de Griezmann y en la aportación de Pogba. El centrocampista juventino, codiciado por media Europa, no ha vivido su mejor temporada en el Calcio, pero su prodigioso físico y su juventud le pueden ayudar a cotizarse aún más, mientras que el colchonero ha acabado el curso con 32 dianas y a un gran nivel, aunque vendrá más ‘cargado’ por la final de la Liga de Campeones.

De todos modos, la situación cambió para Francia cuando Karim Benzema quedó apartado definitivamente de la selección el pasado mes de abril. La polémica generada a finales de 2015 en torno al supuesto chantaje con un vídeo de contenido sexual en el que aparecía su compañero Mathieu Valbuena, le terminó por privar de una cita en la que el jugador del Olympique de Lyon, también habitual para Deschamps, tampoco estará.

Alemania, con más hambre de gloria
La selección alemana afronta la Eurocopa de Francia con la vitola de máxima favorita, un privilegio que le concede tanto su pasado, ya que el único tricampeón junto con España, como su presente, con un equipo muy poderoso y conjuntado que se proclamó campeón mundial hace dos años en Brasil al mando de su gran artífice, Joachin Löw.

La ‘Mannschaft’ es el valor seguro por excelencia en el fútbol de selecciones, ese equipo que, independientemente de la calidad de su plantilla, siempre rinde al máximo nivel, una condición histórica que ha refrendado bajo el mando de Löw, quien esta a punto de cumplir una década en el cargo.

Desde que el técnico de Schönau se hizo cargo de la selección sustituyendo a Jürgen Klinsmann, Alemania siempre ha alcanzado como mínimo las semifinales de los cinco grandes torneos disputados en este periodo, pero solo logró tocar la gloria en Brasil, donde superó a Argentina con un gol de Mario Götze en la prórroga (1-0).

La histórica goleada en semifinales de aquel Mundial ante la anfitriona (1-7) fue la sublimación de una generación macerada durante años con nombres propios muy claros: Manuel Neuer, Bastian Schweinsteiger, Thomas Müller, Mesut Özil, Toni Kroos o el capitán Philipp Lahm, que abandonó la selección tras el Mundial.


En la Eurocopa, Alemania lleva dos décadas sin saborear la gloria -en parte por culpa de España- después de proclamarse campeona en 1972, 1980 y por última vez en 1996, con la única final que se resolvió por ‘gol de oro’, anotado por Olivier Bierhoff ante la República Checa (2-1). Ahora, buscará el cuarto entorchado en su duodécima participación, para la que se clasificó como primera del Grupo D.

jueves, 9 de junio de 2016

EL "BUEN" LADRÓN

La estrella argentina del Barcelona acusada de fraude fiscal se sentó la pasada semana en el banquillo de los acusados aduciendo febles argumentos en pro de su no culpabilidad

Antonio Blanca

La indignación de los españoles ante la corrupción es selectiva como demuestra la tranquilidad con la que Messi y su padre han afrontado el proceso por defraudar más de cuatro millones de euros a la Hacienda Pública Española, que seguimos siendo todos como bien sabe la Infanta desde el banquillo de la Audiencia Provincial de Palma. El rasgamiento colectivo de vestiduras ante el supuesto chorizo de traje y corbata se muestra sin embargo indiferente si éste va en chándal y encima juega en cierto equipo, buque insignia de un movimiento político. Aún estamos esperando a que el inmaculado público del Camp Nou, tan reivindicativo ante otros agravios, silbe al ídolo que presuntamente les roba con la misma vehemencia con la que reaccionan ante el himno de España que aún más presuntamente les oprime, incluso les “roba”.

Porque lo que nadie podrá discutir a estas alturas es que esos cuatro millones distraídos a Hacienda son los que luego van al autobús público, el hospital público, la escuela pública y hasta las embajadas de Cataluña en el extranjero en las que ya sabemos que la Generalitat gusta de gastarse el dinero de todos. Ni por esas ha bajado el ritmo de ventas de camisetas blaugranas con el ‘10’ a la espalda. No consta que se hayan resentido tampoco las ofertas para grabar spots publicitarios. No se le ha exigido siquiera una disculpa en alguna pancarta descarriada entre el mar de esteladas que habitualmente inunda el estadio culé. No digamos ya una dimisión o una pena cautelar de banquillo hasta que se aclare todo.

"Sso firmaba lo que me daba mi papá" es otra forma de hacerse el tonto como aquella ministra que alegaba desconocer lo que su marido aparcaba en el garaje. Sin embargo a aquella sí se le crucificó como a tantos otros presuntos que optaron por el "no me acuerdo" o el "no lo sé" sin que se diese siquiera el beneficio de la presunción de inocencia. En el caso de Messi fueron 4 millones de euros de más los que entraron en su cuenta. Es decir, o Messi realmente tiene dificultades para comprender una sencilla suma o aquí lo que hay es un claro caso de opulencia ante el que la sociedad, tan dada a cuestionar siempre al que tiene mucho, también se está inhibiendo. No es lo mismo llamarse Amancio Ortega que Messi como no es lo mismo ser Infanta que delantero centro.

Tanto el caso del futbolista argentino como el de otros compañeros de profesión a los que también cazaron en un renuncio similar han sacado a relucir una indignación de salón ante la corrupción en la que queda claro que el problema no es que te roben, sino quién te robe. Indignación ideológica y no ética, por tanto. Es verdad que a Messi no le elegimos en las urnas para que nos represente a todos, tan solo son legión quienes corean su nombre o se gastan 100 euros en ponerse su nombre en la espalda. Algo en la España adocenada y sectaria del siglo XXI comprensible meridianamente. 

miércoles, 8 de junio de 2016

LAS ESTRELLAS CULÉS PROTAGONISTAS DE ESTAFAS

Julio Candela

Neymar es acusado por la Fiscalía de un delito de corrupción entre particulares, con una pena de hasta dos años de cárcel y multas millonarias, por engañar al fondo brasileño DIS, propietario del 40% de los derechos federativos de su pase, cuando fichó por el club catalán. Seg adelantó anoche la cadena SER también pide que se sienten en el banquillo su padre y su madre, el club y el expresidente Sandro Rosell, pero solicita el archivo de la causa Josep Maria Bartomeu, actual presidente del Barcelona.

Para esclarecer el caso, el fiscal pide que se sienten en el banquillo el futbolista Neymar, su padre, su madre, los expresidentes del Barça y Santos, Sandro Rosell y Odilio Rodrigues; los clubes (FC Barcelona y Santos) y la empresa de los padres de Neymar, N&N. A Neymar y a su padre, les atribuye un delito de corrupción, con penas de cárcel de entre seis meses y dos años. Al Barcelona y a Sandro Rosell los acusa de lo mismo, además de atribuirles un delito de estafa impropia, como al Santos y a su expresidente, Odilio Rodrigues.

Según la Fiscalía Neymar firmó a espaldas del fondo brasileño que tenía sus derechos federativos, los contratos con el Barça. El Barça acabó pagando a DIS el 40 por ciento de los 17.100.000 euros que se estableció como traspaso al Santos por los derechos federativos del jugador, pero en realidad el Barcelona pagó 25.171.000 por este concepto, por lo que a DIS le correspondían 10.068.400 euros, y el Ministerio Público entiende que el fondo brasileño debe ser indemnizado con un total de 3.228.440. El FC Barcelona, según el escrito de la Fiscalía, simuló contratos para pagar menos a DIS, y uno de esos contratos fraudulentos también lo firmó Neymar.


Además, el Barça engañó al fondo brasileño al contestarle por carta el 11 de diciembre de 2012, cuando ya había pagado un anticipo de 10 millones a Neymar. El FC Barcelona manifestó que el fichaje de Neymar costó 57.100.000 euros, pero según la Fiscalía el coste de la contratación fue de 83.371.000 euros, a los que habría que sumar otros 13 millones de euros que se dejaron de ingresar a Hacienda con la estructura fraudulenta creada para el fichaje.

PETARDO ANTE LA 147 DEL MUNDO

Jaime Trevijano

El presunto trámite en que el duelo de este miércoles parecería ser disfrazado por la selección española se tornó en un resbalón a tener en cuenta. La imprevista derrota (0-1), que corta de cuajo la inercia propulsada ante Corea, ofreció un muestrario de conclusiones, casi todas negativas, entre las que destaca como optimista la visión que interpreta este fiasco prematuro como un aviso a tiempo de revertir el punto de no retorno.

Georgia cimentó su histórica victoria sobre le rigor táctico y el compromiso agónico colectivo, en un esfuerzo coral que complicó la fluidez asociativa a una España demasiado lenta y horizontal. Con el paso de los minutos, los pupilos de Del Bosque, que apostó por dos extremos de inicio -Nolito y Lucas Vázquez, que respondieron con sus atributos-, amainaron el ritmo combinativo y descuidaron las pulsaciones sin pelota, exponiendo una ruptura de líneas que supo aprovechar el conjunto de la Europa del Este. La fisura le costó a De Gea el único gol del enfrentamiento, un golpe demasiado pesado -sorprendentmente- para la autoestima nacional. Okriashvili adelantaba a su débil pero comprometido vestuario a cinco minutos del descanso.

Exigió el anunciado sujeto pasivo el tono competitivo que reclamará la Eurocopa, y las probaturas de España no funcionaron. No obstante, la soledad de Busquets y la espesura de Cesc (paradigmática de su año y de su concentración con el seleccionado) y Thiago susurran la viabilidad de la firmeza del doble pivote (Bruno-Sergio), ya que los vigentes campeones de Europa no produjeron opciones de remate con asiduidad ni zanjaron las escapadas del limitado frente ofensivo oponente como corresponde. Revishvili, guardameta georgiano, contuvo pero no protagonizó el baile, pues el encierro no se materialiazó en tormenta de disparos.

La entrada de Iniesta y Silva dio otro aire a la faceta creativa, con Alba, Koke y Bellerín asumiendo atribuciones en ataque. Aduriz no conectó con la dinámica de su esquema (tan descontextualizado como los rematadores puros reclutados con anterioridad), primero, ni con la diana, después. Desprovisto de un flujo de llegadas y de puntería en el último tercio, la posesión alcanzó cotas absolutas de control (72%) y futilidad. La relación de opciones de disparo (13 a cuatro) e intentos entre palos (tres a dos) emerge reresentativa. El problema no fue de acierto, sino anterior. Quedan subrayados, pues, los deberes que ha de acometer Vicente del Bosque, ya que el debut ante la República Checa podría significar un planteamiento rival similar.

La detección de soluciones a la ortodoxia defensiva ajena y al desbalance físico-táctico propio sin pelota constituye el desafío del cuerpo técnico. La autocomplacencia con balón y la desatención, arquetípicos del naufragio brasileño, han recuperado vigencia en el peor momento. Lo que se antojaba como una probatura insustancial ha remarcado la necesidad del trabajo solidario y la paciencia como abono para que la calidad técnica marque diferencias. Seis días separan este tropiezo del debut continental. Hay tiempo, pero las flaquezas ya han aflorado.

"Es verdad que el partido lo tomamos como una buena oportunidad para ganar confianza y generar buen ambiente y ha sido una decepción. No es que hayamos jugado rematadamente mal, sino que lo que es más inusual ante un contrario tan replegado es que no hemos estado acertados", avanzó el seleccionador en su lectura del partido para, a continuación, confesar que "hoy no hemos encontrado soluciones, no hemos tenido profundidad, no había acciones individuales, no chutábamos a gol...".

"También hay partes buenas, como la seguridad en el juego, el dominio de la situación, que ha sido perfecto, pero ha faltado lo más importante", expuso el entrenador, al tiempo que consideró el envite como una derrota que no hay que justificar, sino aceptar: "En la primera parte hemos estado como no entendiendo el partido y amontonábamos gente en una zona inútil. No hay que justificar la derrota, pero hay que aceptarla. Ahora tenemos un reto extraordinario y no nos debe afligir en nada este resultado".


Por último, el artífice de la contestada convocatoria que renunció al estado de forma de Saúl, Isco o Javi Martínez explicó que "lo que hemos hecho hasta ahora no lo quita el partido de hoy. Hemos hecho algunas cosas bien y no quiero ser absolutamente pesimista. La parte final, la más importante, ha sido mala. No hemos hecho acciones individuales y no hemos tirado a puerta. Que puedan marcar un gol entra dentro de lo posible, pero que no hayamos hecho gol es una decepción grande". El equilibrio, entonces, sigue siendo un concepto excluido de los parámetros de análisis en el discurso de la selección, a pesar de su influencia en los resultados de la nacional y de cualquier equipo de fútbol (Casemiro y el Real Madrid campeón de Europa dan buen testimonio de ello).