jueves, 30 de junio de 2016

ADIÓS Y GRACIAS

Tras otro sonoro fracaso de la selección entrenada por Del Bosque, el Marqués sigue aferrado al banco y no deja el cargo

Antonio Blanca

La España de Vicente Del Bosque ha acabado. Bueno, ya debió finiquitarse dos años atrás tras el fiasco de Brasil en lo que fue la peor participación en la historia de España en una Copa del Mundo, pero por ternura hacia lo que había conseguido con anterioridad se le dio un voto de confianza a un proyecto que estaba muerto. El resultado es un epílogo paupérrimo y triste.

Decir que Vicente Del Bosque no debe continuar y que no merece continuar no significa que no se valore lo que hizo seis y cuatro años atrás. Parece que decir que Del Bosque ha cometido muchos errores que nos han llevado a dos desilusiones consecutivas (Mundial y Eurocopa, sin contar la Confederaciones que se perdió en la final ante Brasil) es decir que Del Bosque es un inútil o un mal entrenador. No es así. Los equipos necesitan reciclarse con el tiempo y lo entrenadores también. Del Bosque no ha variado nada el juego de España y a la larga eso nos ha perjudicado, amén de decisiones cuestionables sin tratar por el mismo rasero a los jugadores, adocenando a un grupúsculo intocable hiciera lo que hiciera, su lapidaria frase, “ser uno de los nuestros” así lo confirma.

Hay dos cosas que España debe cambiar sí o sí para volver a la senda del triunfo. La primera es el malhadado “tiki-taka”. Sí, para muchos hablar de cambiar el sistema de juego es tema tabú, pero es algo que debe ocurrir. En el Barcelona Luis Enrique lo ha hecho. Ha imprimido más velocidad en las transiciones y ha enseñado al equipo a contraatacar, dándole más opciones de juego.

 La otra cosa que debe cambiar es el alma y el carácter del equipo. En otras palabras, debe cambiar el entrenador. Del Bosque no le ha aportado ni ilusión ni carácter a la selección española. En el partido de Italia se vio claramente. Los transalpinos nos pasaron por encima en la primera parte porque morían en cada balón. A los españoles parecía que no les iba la vida en ello. Es necesario un entrenador que le aporte ese espíritu combativo al equipo.

La gran pregunta es, ¿quién debe ser el nuevo seleccionador? Afortunadamente, actualmente hay una gran gama de buenos entrenadores españoles. Algo que funciona como arma de doble filo de cara a la Selección. Por un lado es una gran noticia, pues lo normal es que el elegido, salvo sorpresa, sea un gran técnico. Por otro lado, será difícil elegir a uno de los mejores ya que prácticamente todos tienen equipo en este momento.

Paco Jémez, Emery, Ernesto Valverde, Quique Sánchez Flores, Lopetegui o Marcelino son los nombres que más podrían ilusionar a la afición española. Pero todos ellos tienen equipo actualmente. Sin embargo, entrenadores como Roberto Martínez o Míchel se encuentran sin equipo y podrían ser algunos de los candidatos al puesto.

Lo importante es que España tiene margen de mejora y mucho futuro. Jugadores como Isco, Bellerín, Gayá, Koke, Saúl, Lucas Vázquez, Marco Asensio o Denis Suárez ilusionan el futuro de la Selección. Sólo falta que el nuevo seleccionador se atreva a llevárselos y a ponerlos. No en vano hemos sido campeones (como casi siempre) en categorías inferiores.

Ahora mismo nada es seguro, pero los vientos de cambios resuenan con más intensidad que nunca. España necesita un cambio de timonel para volver al rumbo adecuado. A Del Bosque se le han acabado las ideas y está con el agua al cuello. Se ha quedado sin el crédito y la confianza de los españoles. Una pena que siga aferrado al cargo, la dignidad que se le presume debería haberle hecho dimitir, pero ahí sigue.

Con él tocamos el cielo que jamás soñamos y hemos vuelto a ser lo que fuimos.