Como
es habitual en cada torneo de selecciones cada aficionado tiene su propia
convocatoria y se echan en falta a algunos jugadores que han hecho méritos para
acudir
Antonio Blanca
En
España, este país que lleva más de 150 días sin gobierno y en el que todo el
mundo sabe más que el de al lado, Vicente del Bosque es el enemigo público
número 1, o está cerca de serlo. La culpa la tiene la lista de jugadores
elegidos para la Eurocopa, en la que dos facciones se sienten especialmente
agraviadas: a un lado los madridistas, al otro, los atléticos. Lo habitual en
un país que se toma demasiado en serio a sí mismo para según qué mamandurrias,
encantado de indignarse a la mínima.
Muchos
aficionados del Real Madrid acusan a Del Bosque de castigar sistemáticamente a
los jugadores del equipo blanco como venganza a su despido a manos de
Florentino Pérez. Ese rencor tan profundo que le ha hecho olvidar los 35 años
que ha pasado en la casa blanca para atacar a todo lo que se lleve impregnado
aroma de merengue. También se le acusan de "casillista", con no poca
razón. El otrora mejor cancerbero del planeta, a día de hoy debería ser el
tercer portero del combinado nacional y no generar en cada partido un debate
alimentado por el Marqués.
Al
otro lado los atléticos le culpan de cuestionables ausencias de jugadores como
Saúl argumentando su pasado madridista. Algo que completan con un argumento
recurrente, "esta selección la montó Luis Aragonés y Del Bosque vive de la
inercia". Y luego hay un tercer bloque que acusa al seleccionador de ser
"buen gestor y pésimo entrenador".
Del
Bosque pudo, y debió, irse tras el fracaso gigantesco del Mundial de Brasil. No
tenía nada que demostrar ni podía llegar más alto, sí más bajo. Pero le picó el
gusanillo y se quedó. Hoy, 46 millones de seleccionadores y al final la que
cuenta es la que el Marqués de Del Bosque presenta, pero no deja de extrañar
que jugadores como Bartra o Pedro con temporadas más que discretas, al igual
que San José, dejen en la cuneta a Isco que ha terminado siendo campeón de
Europa con el Madrid, al mencionado Saúl o a Javi Martínez.
Del
Bosque debió irse en su día, y hoy cuando acabe la Eurocopa de Francia deberá
desoír los cantos de sirena del investigado Villar coger sus avíos e irse. Lo
ha ganado todo, y ahora lo único que está haciendo es manchar su imagen con sus
decisiones poco comprensibles y muy parciales.