jueves, 2 de junio de 2016

¿SORPRESAS DE DEL BOSQUE?

Como es habitual en cada torneo de selecciones cada aficionado tiene su propia convocatoria y se echan en falta a algunos jugadores que han hecho méritos para acudir

Antonio Blanca

En España, este país que lleva más de 150 días sin gobierno y en el que todo el mundo sabe más que el de al lado, Vicente del Bosque es el enemigo público número 1, o está cerca de serlo. La culpa la tiene la lista de jugadores elegidos para la Eurocopa, en la que dos facciones se sienten especialmente agraviadas: a un lado los madridistas, al otro, los atléticos. Lo habitual en un país que se toma demasiado en serio a sí mismo para según qué mamandurrias, encantado de indignarse a la mínima.

Muchos aficionados del Real Madrid acusan a Del Bosque de castigar sistemáticamente a los jugadores del equipo blanco como venganza a su despido a manos de Florentino Pérez. Ese rencor tan profundo que le ha hecho olvidar los 35 años que ha pasado en la casa blanca para atacar a todo lo que se lleve impregnado aroma de merengue. También se le acusan de "casillista", con no poca razón. El otrora mejor cancerbero del planeta, a día de hoy debería ser el tercer portero del combinado nacional y no generar en cada partido un debate alimentado por el Marqués.

Al otro lado los atléticos le culpan de cuestionables ausencias de jugadores como Saúl argumentando su pasado madridista. Algo que completan con un argumento recurrente, "esta selección la montó Luis Aragonés y Del Bosque vive de la inercia". Y luego hay un tercer bloque que acusa al seleccionador de ser "buen gestor y pésimo entrenador".

Del Bosque pudo, y debió, irse tras el fracaso gigantesco del Mundial de Brasil. No tenía nada que demostrar ni podía llegar más alto, sí más bajo. Pero le picó el gusanillo y se quedó. Hoy, 46 millones de seleccionadores y al final la que cuenta es la que el Marqués de Del Bosque presenta, pero no deja de extrañar que jugadores como Bartra o Pedro con temporadas más que discretas, al igual que San José, dejen en la cuneta a Isco que ha terminado siendo campeón de Europa con el Madrid, al mencionado Saúl o a Javi Martínez.

Del Bosque debió irse en su día, y hoy cuando acabe la Eurocopa de Francia deberá desoír los cantos de sirena del investigado Villar coger sus avíos e irse. Lo ha ganado todo, y ahora lo único que está haciendo es manchar su imagen con sus decisiones poco comprensibles y muy parciales.