jueves, 28 de septiembre de 2017

EL ATLÉTICO REVIVE LA MALDICIÓN DEL '93'

Justo en el último suspiro del choque europeo que suponía la inauguración del Wanda Metropolitano, el conjunto del “Cholo” se dejó los tres puntos

Antonio Blanca

 El Wanda Metropolitano estrenó su relación con la Liga de Campeones por todo lo alto. Recibía al vigente campeón de la Premier League, un Chelsea que se plantó en Madrid como fulgurante candidato a revalidar el título y como puntero del grupo de los colchoneros tras imponerse 6-0 en su debut en el torneo. Los rojiblancos, por su parte, efectuaban el primer examen de altura del curso justo después de doblegar al Sevilla con autoridad en Liga. Los tres puntos por los que pugnaban este miércoles ambos colosos, hambrientos por triunfar en el ámbito continental, poseían el regusto valioso de constituir el primero de los combates que decidirán los billetes a octavos de final y el puesto en esa parrilla de salida.

Conscientes de la trascendencia del envite, Simeone y Conte evitaron arriesgar con sus planteamientos iniciales. Los dos apostaron por preponderar la consistencia y el cálculo de los riesgos en sus tradicionales esquemas. Así, los españoles salieron con un 4-4-2 que dispuso a Lucas como acompañante de Godín y a Thomas en el mediocentro al lado de Saúl -Gabi era suplente-. Correa en la mediapunta y Carrasco en el extremo serían los socios de Griezmann. Y los británicos formaron con su arquetípico 3-4-2-1 en el que Moses y Alonso serían puñales y Cesc y Hazard actuarían en una mediapunta coronada por Morata.

Sobre el verde batallaron dos dibujos que tendieron a presionar con ferocidad al rival, con las defensas adelantadas. La precisión en la circulación del cuero se demostraba trascendental, por lo tanto, en una escena de reducción de los espacios y superpoblación del centro del campo. Y la presencia de Thomas, Bakayoko y Kante en la medular reforzó la idea equilibrada y táctica que los dos preparadores tenían del enfrentamiento.
Así, los tres centrales londinenses se evidenciarían temprano como la argucia que entregó al Chelsea la llave del control del ritmo en ataque. La pelota fue azul en un primer cuarto de hora en el que los madrileños sufrían para recuperar la pelota y para neutralizar los balones entre líneas hacia Hazard.

El belga protagonizó la salida jerárquica de sus compañeros, filtrándose a la espalda del mediocampo rojiblanco, como mediapunta y no como extremo. De sus botas y en transición nacerían las primeras llegadas, todas en favor del conjunto isleño. Una conducción del astro mencionado, que rompió el ecuador local, desembocó un un pase hacia Morata, que chutó demasiado cruzado -minuto 5-. A continuación, el español bajaría un balón largo hacia ese tridente para dejarle el cuero a Cesc, que habilitó a Hazard. Este último recibiría en el pico del área, recortaría, fintaría y chutaría al lateral de la red en el primer poste. Y Morata volvería a probarlo antes de que otra contra de combinación vertical y fulgurante dejara opción para el latigazo de Hazard que se estrelló en la madera -minuto 12-.

Los blues habían tomado el campo. Eludían la presión colchonera bien con una circulación exterior que confluía en su delantera, bien con un balón aéreo que bajaba Morata y ponía a jugar, ya en cancha oponente y con espacios para encarar a Godín y Lucas. Tardarían los del Cholo en matizar la superioridad física y en la ocupación de los espacios contrincante. Tras superar la sorpresiva ráfaga inicial, empezarían a batallar la pelota, aunque otro pase de David Luiz, de ruptura, fue cabeceado con peligro por Morata para la parada de Oblak -minuto 23- y Kante volvería a exigir al meta esloveno a continuación. Asimismo, cada tratativa de contragolpe del Atlético era abortada por un sistema de achique inglés que siempre tenía superioridad numérica.

El primer acto avanzaría con un ligero despertar atlético: pasó amplios tramos atrincherado ante el toque perpetuo visitante, pero en el último tercio antes del intermedio se consolidó en la resistencia, se soltó y enlazó un puñado de contras, sobre todo por el perfil de Carrasco, que le valieron para alcanzar un nivel de puntería hiperbólica. Porque en su primer intento, en el minuto 39, el belga cosechó un córner que generaría el garrafal derribo de David Luiz sobre Lucas que fue castigado con penalti. Griezmann inauguraría el marcador, a pesar de haber sido víctima del contexto -como todo su equipo-, para pasar a la historia también como el primer anotador en Champions y en el Wanda -minuto 40-. Y, aunque Alonso y Cahill inquietaron en una oleada de córners ante la orgullosa respuesta del Chelsea, Saúl tuvo la sentencia en la última jugada del primer tiempo.

Una contra que cayó en las botas de Koke -la tercera permitida por los ingleses- concluyó con el cañonazo cruzado del interior que Courtois sacó como pudo. Y el zurdo llegó al área para rematar el 2-0, pero su golpeo se marchó lamiendo el poste. Se iba a vestuarios un Atlético casi sacado de eje en una faceta defensiva a la que fue abocado por la dimensión del sistema de Conte, que perdió fiereza y profundidad con el paso del tiempo y el asiento del muro madrileño. Empezarían el segundo acto con una relación de 4 a 9 en disparos (empate a dos en intentos a puerta y 4 a cero en lanzamientos desviados) a favor de un Chelsea que probó la comodidad escurridiza de un escuadrón de Simeone feliz siendo dominado.

El entrenador italiano no variaría el rictus ni a su lista de nombres, a pesar de tener a Pedro, William y Batshuayi como ases ofensivos en la recámara. Y el Chelsea prosiguió su ejercicio de dominio, aunque sería Saúl el que alzaría el telón con un cabezazo que detuvo Courtois, en una acción de estrategia -minuto 49-. Y Morata no cabecearía por poco el empate tras un centro de Azpilicueta y Victor Moses, desde la misma banda diestra, chutaría demasiado cruzado cuando se cumplían los primeros 10 minutos de una reanudación en la que los rojiblancos, de nuevo, se veían empujados a achicar de forma intensiva. Pero en este brete rebosaría el catenaccio colchonero. Hazard desbordó a Juanfran y emitió un centro venenoso que Morata cabeceó para el 1-1 -minuto 60-.

Cesc perdonaría el gol de la ventaja londinense segundos después -desde el área pequeña-, hecho que no forzó el aumento de ambición del equipo local. Sólo en el 65 se asomó el conjunto colchonero a la meta de Courtois, con un fogonazo aislado de Correa y un lanzamiento a las nubes de Thomas. Entonces, Simeone dio entrada a Torres, Gaitán y Giménez por Correa, Carrasco y Thomas. Los ingleses habían subido 10 puntos su ratio de posesión y se había corroborado el asedio, con los madrileños aguantando y esperando una contra. Por eso metió músculo y destrucción en la medular.

Pero, aunque se competía en terreno español, el número de disparos sobre Oblak disminuyó. El intento aislado y lejano de Moses -minuto 73- sería respondido por el de Torres -minuto 75-, que remató un contraataque individual.


El desenlace exigía épica y paciencia para ambos contendientes, aunque al Atlético no le bastaba con el punto después de haber empatado en Roma. La escaramuza por el primer puesto del grupo se complicaría si no conseguía sacar un triunfo de este indigesto lance. Esa circunstancia dibujó un respingo postrero que plasmó en producción un lanzamiento desde media distancia de Saúl que atajó Courtois -minuto 80-. Conte elegiría a William y Batshuayi para sustituir a Morata -excelso en su labor de 9 referencial- y Hazard -el jugador de más influencia- para cerrar el duelo con el refresco de la presión que robara el mando a los locales, pero visto el ardor rojiblanco sacaría a Cesc para meter a Christensen y sumar efectivos en el repliegue forzado.

Dispondría del cuero el equipo colchonero en los cinco minutos finales de única superioridad y proposición atacante de los del Cholo. Se toparía con el muro edificado por el técnico transalpino, pues la fórmula predilecta de avance serían los centros al área y David Luiz, Cahill y Azpilicueta, con Bakayoko, eran unos antiaéreos formidables. Así, en la recta final se contaminaría de tensión el ajedrez y el chut fuera de dirección de Giménez firmaba el crepúsculo de un duelo de estilos en el que los colchoneros se conformaron con sobrevivir y sacar la cabeza en la conclusión para tratar de aumentar la cosecha. Pero los ingleses volvieron a las islas con la sensación de manejar el grupo ya que, en la última jugada del combate, Marcos Alonso asistió a Batshuayi para anotar el 1-2.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

UN SERIO MADRID ASALTA EL INEXPUGNABLE MURO

Carlos de Blas

La segunda jornada de esta Liga de Campeones recién estrenada ofreció un desafío rotundo al punto de cocción del Real Madrid. Visitaba Dortmund, una plaza de la que sólo había sacado tres empates y tres derrotas -nuncá ganó- y en la que se medía al líder de la Bundesliga (19 goles a favor y uno en contra) que llegaba a este duelo de perder en Londres contra el Tottenham, por lo que le urgía sacar los puntos como fuera ante el coloso español. Las ausencias de Marcelo y de Theo -que vaciaban el lateral izquierdo- y la soberana irregularidad liguera redondeaban un reto de examinaría la concentración y acierto de una plantilla que, pese a ganar Liga y Champions ya está bajo sospecha.
Zinedine Zidane eligió a Nacho para completar un once de gala en el que regresaban los descansados Modric y Bale, con Isco por Asensio en la mediapunta de ese 4-4-2 flotante. El técnico galo pretendía guardarse el arma de la contra sin renunciar a la posesión, ya que se presuponía un duelo de ida y vuelta. No obstante, Peter Bosz expuso su alineación más ofensiva, si bien dejó a Pulisic y Kagawa en el banco. Formó un centro del campo de tres piezas creativas (Sahin, Castro y Götze), sin destructor que equilibrara, y tres flechas arriba. Pretendía atacar y hacer daño por mor de la fulgurante verticalidad que ya le caracterizó en su etapa al frente del Ajax. La necesidad y su estilo se confabulaban para arriesgar.

Por tanto, se constituyó un partido en el que el vigente campeón trató de jugar con la pelota para bajar el diapasón del ritmo desaforado al que pretendía conducirse un Borussia hiperactivo de inicio. Piszczek y Toljan -sustituto del lesionado -Schmelzer-, los laterales, se convertían en extremos puntiadugos en cada opción de disparar una transición y ponían a la zaga visitante en un paseo por el filo. Cada pérdida sería una línea recta hacia la meta de Navas si el bloque merengue no atendía a la cohesión. Y le costaría mucho poder neutralizar a los capitalinos esa dinámica.

Pareciera que al serle imposible superar la presión de dos equipos que ofrecían espacios a su espalda a costa de presionar con ardor la salida de pelota rival, al Madrid le interesó apuntarse a ese escenario de toma y daca, casi perpeuo, hacia la profundidad, con 30 metros por recorrer si el pase del lanzador era certero. Así, en ese burbujeante espectáculo ofensivo, intercambiarían ambos sistemas ocasiones, con un pase de Casemiro hacia Carvajal abriendo el telón. El lateral conduciría su carrera desde la medular hasta el área local, con Ronaldo y Bale en el segundo palo. Sin embargo, el canterano decidió recortar y chutar, centrado, a las manos de Bürki -minuto 10-.

Isco sería el siguiente en horadar la renunciada estabilidad de los de Bosz, dos minutos más tarde, con un envío el largo que cazó Ronaldo. El luso volvió a ganar la espalda a la zaga y cedió para que Bale marcara a placer, pero Piszczek salvó la situación "in extremis". Los alemanes inaugurarían su pericia con ferocidad en la siguiente acción. Un pase certero rompió las líneas visitantes y dejó a Varane contra el tridente local. Yarmolenko centró y Philipp remató cruzado para el desvío de Navas y la mano -no pitada y sobre la línea- de Ramos.

Pero no solo no haría mella el susto a los españoles, sino que ahondarían en el esquema para hacer caja. Apostó el entrenador doble campeón de Europa por Bale para golpear en transición, en su banda buena, la izquierda, y el galés le daría la razón. Al tiempo en que Modric y, sobre todo, Kroos, crecían para modificar el desgobierno que borró la importancia del mediocampo, Carvajal emitió un centro en diagonal que recibió la deliciosa continuación de una volea, sin dejarla caer, a la escuadra del palo largo -minuto 17-. La diana dorada llevó el sello del discutido jugador británico que, a la postre, resultaría decisivo.

El gol provocó que el Borussia se apocase. Descendió el ritmo y su furor en la presión alta, alimentando una mayor horizontalidad que favoreció el control de la situación madrileño. Así, el tiempo se quemaría inmerso en un centrocampismo inocuo del que sólo sobresaldrían fogonazos de verticalidad, sin consecuencias, hasta el descanso. Bale, excelso en su perfil preferido, remató al primer poste una cabalgada de 40 metros -minuto 28-; Carvajal salvaría el remate en mano a mano de Aubameyang -minuto 32- antes de que Sahin lo intentara, muy desviado, desde larga distancia; y el delantero africano, amarrado hasta entonces, chutó una falta frontal -provocada en otro contraataque- contra la barrera -minuto 40-.

Un cabezazo de Ramos sin la dirección adecuada tras el córner botado por Kroos dio paso al intermedio y allí, en el camarín, los locales tocaron a rebato. No les favorecía la lógica templada de juego y salieron dispuestos a dinamitar, otra vez, el enfrentamiento. Pero, antes de completar la directriz de Bosz, Bale se filtraría por su banda para punzar sobre la adelantada zaga oponente y centrar ante la llegada de Ronaldo, que encañonó con la zurda el 0-2 -minuto 49-. La calidad a la contra del Madrid y su fluidez con el cuero asaltaban el recinto que se ha demostrado más complicado en las últimas décadas para los españoles.

Sin embargo, este gol no surtiría efecto similar al primero y los amarillos mantendrían su querencia por acelerar cada parcela del fútbol, tanto en defensa como en ataque. De hecho, Varane había sacado una pelota del área pequeña cuando arrancó el segundo acto. Robarían el cuero a los merengues y jugarían en campo visitante, con superioridades fruto de la desconexión de un Madrid que empezó a soltar las riendas del envite y a dejar huecos entre lineas con Casemiro desprovisto de ayudas. De esta manera los laterales alemanes y sus extremos desataron una lluvia eléctrica de centros que frutificaría en el 54: una combinación en tres para dos en la banda zurda, la de Carvajal, dejó a Castro con hueco para efectuar un centro cerrado que Aubameyang tradujo en el 1-2, incrustado entre Ramos y Varane.

A media hora del final no cupo otro devenir que otro tú a tú vertiginoso en el que el esférico era germano y el robo y salida madrileños, aunque las ocasiones se distribuían en semejante proporción. Yarmolenko, Modric, Nacho -de cabeza- e Isco -fuera- probarían siguiendo la ruta escogida por sus entreandores. Y Aubameyang tuvo el empate tras otro pase de seda de Götze, aéreo y a la espalda de Varane. El africano, mucho más activo y participativo, remató de manera tenue para lamer el poste -minuto 65-. Y el técnico local terminó de buscar el anhelado triunfo dando entrada a tres piezas fundamentales en el desequilibrio por la vía del ritmo disparatado. Pulisic, Weigl y Dahoud jugarían por Götze, Sahin y Toljan.

En el 75 el equipo de Zidane achicaba agua y los alemanes acumulaban centros y córners. Le tocaba a los españoles evidenciar convicción y efectividad en la capacidad de sufrimiento, ya con Asensio en el verde -por Isco-, y seguir luciendo atino en la manutención de la pelota cuando era obligado. Así, con esa finura en el pase, llegaría la sentencia firmada por Ronaldo, que esprintó para pescar el pase en profundidad de Modric que pilló a la zaga local en un compromiso. El luso remataría a gol un disparo que se coló por el primer poste de Bürki. El contraataque, la herramienta preferida para la medular y delantera de ambos equipos, fue el veneno que dejó a los de Dortmund al borde del precipicio.


No se acabaría el trabajo de Navas ante el orgullo del herido y valiente Borussia, que, aunque menos vibrante, siguió enfocado en la meta del portero centroamericano. Lucas Vázquez sustituiría a Bale, agotado, en uno de los partidos grandes del galés. Y los puntos viajarían a Concha Espina en un partido que supone la catarsis ansiada, otra vez en competición europea, y el reencuentro con la puntería. La mejor cara del libreto de Zidane regresó ante un rival que le ofreció espacios para correr, un hecho que no parece casualidad. Ahora, tras el descanso y la prueba liguera, se despeja la lucha por el primer puesto del grupo, que será, previsiblemente, jurisdicción del doble duelo ante el Tottenham.

lunes, 25 de septiembre de 2017

EL ATLÉTICO PRESENTA SU CREDENCIAL

El conjunto del “Cholo” Simeone empieza a parecerse el equipo solvente, práctico y guerrero con el que se alzó años atrás con la Liga y se presenta como posible alternativa al Barça

Antonio Blanca

La sexta jornada de La Liga presentó, ya, un aroma a urgencia que terminó por afligir al Real Madrid y por complacer a Barcelona y Atlético, aunque sobre la estadística los tres ganaron y sumaron los puntos que debían sumar. El caso es que el conjunto de Chamartín, vigente campeón, se maneja con un déficit de 7 puntos con respecto al líder culé que se hace demasiado prematuro e indigesto para el vestuario capitalino y eso volvió a notarse en su visita a Mendizorroza. Y es que a pesar de que jugaban contra el colista no alcanzaron a rematar el partido ni a afinar su juego, llegando a sufrir para amarrar un triunfo que aparentaba resultar catárquico pero que fue esclarecedor de la crisis.

Con Ronaldo lejos de su mejor tino en su regreso al campeonato doméstico -todavía no ha marcado- y sin Marcelo ni Kroos, Zidane eligió rotar y estrenar titularidad para Dani Ceballos. El andaluz sería la gran noticia de un equipo denso y falto de concentración. Anotó un doblete que sirvió para quemar otra fecha más a la espera de reencontrar el uniforme reconocible en el campeón e Europa. El segundo tanto del sevillano valió para volver a adelantar a los suyos, pues los vitorianos habían aprovechado una de sus múltiples contras para batir a Navas por medio de un remate imponente de Manu García. Así, casi sin nada que llevarse a la boca, regresó a Concha Espina un bloque que viajará a Dortmund (que ganó 6-0) sin demasiada convicción.

El Barcelona alimentó su escapada redescubriendo a Aleix Vidal como extremo. Lo hizo con goleada al Girona patrocinada por dos goles en contra del rival vecino en el primer derbi entre ambos en la máxima categoría del fútbol español. Con el marcaje al hombre de Maffeo sobre Messi protagonizando el arranque, los pupilos de Valverde terminarían localizando las rutas hacia el gol para que Suárez saciara su búsqueda (0-3) y Busquets, al fin, descansara. Ter Stegen también encontraría el hueco para brillar ante la vertiente atacante del planteamiento de un conjunto de Montilivi honrado por su actitud pero no por su acierto. Es sí, sin resplandecer en cuanto al juego combinativo, los azulgrana sellaron su sexta victoria en seis partidos.

Por detrás asoman Atlético, Sevilla, Valencia y Real Sociedad. Los rojiblancos prosiguieron la nutrición de la mística del Metropolitano tumbando a un rival directo, el hispalense (2-0), con Diego Costa ya en la tribuna y con una ejecución soberbia de la hoja de ruta de Simeone: seguridad y consistencia y fuego y velocidad atacante en el final del primer acto y el inicio del segundo. Los de Berizzo parecía cómodos hasta que entraron en esa franja temporal, en la que Carrasco abrió el marcador. A partir de ahí, la jerarquía rojiblanca y Griezmann sellaron un triunfo que propulsa la fe del vestuario colchonero de cara a su candidatura a pugnar por todo. Un año más.

Levantinos y donostiarras se midieron en Anoeta en un partido en el que cruzaban inercia y en el que los de Marcelino se pondrían por delante en tres ocasiones para terminar ganando (2-3). Rodrigo, Vidal, Elustondo, Oyarzabal y, en el minuto 84, Zaza fueron los autores de los tantos en una batalla intensa (un expulsado por bando) en la que los dos sistemas legitimaron su posición aventajada en la tabla.

En problemas se han metido en esta sexta fecha el mencionado Alavés (cero puntos, un gol a favor y 10 en contra), el Málaga (un punto, 4 dianas asestadas y 14 recibidas) y el Deportivo (que viaja con cuatro puntos). Los vitorianos ya han cambiado de entrenador, pero Míchel y Pepe Mel, dos artífices de la supervivencia de los suyos hace unos meses, están pendiendo de un hilo. Los andaluces empataron un 3-1 en la Catedral ante un Athletic que sigue sin despegar. Rolan fue el autor de la reacción que pudo salvar la cabeza del técnico madrileño. Y los coruñeses encajarían un 4-1 en su visita a Cornellá.

Cuatro goles también recibiría un Villarreal desconectado en su duelo ante el dobete de Ángel para el renacido Getafe (4-0). Los amarillos no lograron jugar a su fútbol como tampoco pudo difrutar Las Palmas en un nuevo pinchazo en casa. Los canarios se dejaron trrs puntos en una justa derrota, falta de fútbol y profundidad, ante un Leganés que mostró contragolpe, con Szymanowski como creador de todo el peligro pepinero (0-2).

jueves, 21 de septiembre de 2017

SUMIDERO BERNABÉU

Tres partidos de cinco en casa en la Liga Santander y el Madrid solo ha sumado dos puntos quedando a siete del Barcelona poniendo en harto complicado la renovación del título

Antonio Blanca

Sí, a 21 de septiembre ya se puede hablar de que esta Liga se le está escapando al Real Madrid. Su último pinchazo, una derrota en el último minuto frente al Betis, le coloca a siete puntos del Barça con tan solo cinco jornadas disputadas, una diferencia bastante considerable a estas alturas de la temporada. El conjunto blanco no encuentra el camino para ganar sus partidos en casa. De los tres jugados en el coliseo madridista, los de Zidane han cosechado dos empates y una derrota. Y lo más preocupante es que el entrenador francés no da con la tecla para que su equipo funcione, ni con rotaciones, ni con Ronaldo, que volvió a jugar por primera vez tras cumplir su sanción pero tampoco pudo ayudar a su equipo para impedir que esta Liga esté un poco más alejada.

No todo es fallo del Madrid, también hay que otorgar el mérito que le corresponde al Betis de Quique Setién. El equipo andaluz hizo un partido muy completo en el Bernabéu, generando ocasiones, defendiendo con orden, concentración e intensidad, y sabiendo sufrir en los momentos que tocaba. De hecho, la primera ocasión clara fue para el conjunto verdiblanco, en las botas de Sanabria estuvo el gol que pudo haber adelantado a los visitantes, pero Carvajal se cruzó milagrosamente para salvar un balón que ya se colaba en la portería. El Madrid se encomendó al talento de Modric para crear fútbol y peligro en la portería de Adán. Fue el croata quien dispuso de dos de las mejores ocasiones para los blancos pero sus remates se fueron por poco, junto con un taconazo de Ronaldo que fue repelido voluntaria o involuntariamente con la mano de Javi García, ¿penalti? También tuvo una Isco al filo del descanso pero el guardameta bético mostró un ejemplo de las paradas prodigiosas que iba a repetir en la segunda mitad.

Tras la reanudación el guión iba a ser el mismo, un Madrid dominador y un Betis bien replegado en su campo aprovechando las contras con mucha efectividad. A los de Zidane se les atascaba el ataque posicional ante una zaga tremendamente bien organizada y concentrada que apenas concedió un resquicio en todo el encuentro. Esta vez los cambios no fueron acertados por parte del técnico francés, la sustitución de Modric y la defensa de tres, esfumaron el juego de los blancos y desordenaron al equipo. Es cierto que al final el Madrid terminó generando ocasiones, una muy clara de Bale, por ejemplo, que con su remate de tacón obligó a estirarse al portero y estrelló el balón en el palo, pero más por insistencia y por colgar centros al área que por batir líneas con juego en combinación. Ese momento de ataque desenfrenado blanco fue neutralizado por Antonio Adán, un ex de la casa que paró todo lo que le tiraron. El Betis supo aguantar y en el descuento encontró un premio que no obtenía desde la temporada 97/98: la victoria en el Bernabéu. Sanabria culminaba con un gran cabezazo una magnífica jugada colectiva de todo el equipo, daba a su equipo tres puntos importantísimos y dejaba La Liga más difícil que nunca a estas al turas para el Real Madrid.

lunes, 18 de septiembre de 2017

SALVADO EL PRIMER "MATCH BALL"

Presionado por la victoria del Barcelona en Getafe, el equipo de Zidane ganó en Anoeta en un partido intenso y de dominio merengue

Antonio Blanca

Borja Mayoral se reivindicó como alternativa para la línea ofensiva del Real Madrid, al que lanzó a una victoria imprescindible en San Sebastián contra la Real Sociedad (1-3) a la vista de la marcha imparable del Barcelona, que ya es el líder en solitario de La Liga Santander. Después de los dos empates en el Santiago Bernabéu ante el Valencia y el Levante, el equipo de Zinedine Zidane necesitaba la victoria imperiosamente si no quería que el conjunto azulgrana incrementara aún más su ya importante ventaja. El técnico francés tuvo que alinear un equipo de circunstancias. Esta vez las rotaciones eran obligadas por sanción o por lesión. Sin Cristiano Ronaldo, Marcelo, Karim Benzema, Toni Kroos y Mateo Kovacic, entre otros, el equipo que alineó volvió a dar la cara ante un rival que había comenzado la campaña magníficamente, había enlazado tres victorias y era el único que resistía el ritmo del Barça.

En esta oportunidad, el que mejor aprovechó la ocasión fue Borja Mayoral. El joven atacante, cedido el pasado año en el Wolfsburgo, quiso demostrar, justo después de hablarse de la necesidad de haber fichado un '9', de la inconveniencia de la salida al Chelsea de Álvaro Morata que tiene gol y cuando se precise de sus servicios ofrece garantías. El delantero madrileño adelantó al Real Madrid a los 19 minutos y provocó el 1-2, un autogol del francés Kevin Rodrigues, quien poco antes había firmado el empate provisional. La Real Sociedad no tuvo en esta ocasión la claridad necesaria para plantear excesivos problemas al Real Madrid, que sentenció el partido al cuarto de hora del segundo periodo con una tremenda galopada del galés Gareth Bale (alcanzó los 35 km/h), y luego manejó con cierta solvencia su ventaja.

El Real Madrid asciende a la quinta plaza empatado a ocho puntos con el Atlético de Madrid, a cuatro del Barcelona, mientras que la Real Sociedad es tercera a tres.

Aunque en juego no encandila y genera alguna que otra duda, el Sevilla del argentino Eduardo Berizzo ha firmado el mejor inicio liguero de su historia al sumar diez puntos de doce posibles. El colombiano Luis Muriel se estrenó como goleador sevillista y le dio un difícil triunfo en Montilivi ante el Girona (0-1), que por momentos mereció mucho más. Además tuvo en la prolongación un penalti, pero Álex Granell lo envió al larguero. El triunfo sitúa al Sevilla, que formó en Girona con un once muy distinto al que jugó en Liverpool en la Liga de Campeones, segundo a dos puntos del Barcelona.

El Athletic sufrió la primera derrota de la temporada y perdió su condición de imbatido al perder en el estadio de Gran Canaria ante Las Palmas con una diana del francés Loic Remy a tres minutos del final. Rémy, que había reemplazado al internacional Víctor Machín 'Vitolo', fabricó una brillante acción personal que resolvió con un disparo raso y cruzado que puso fin a la racha del Athletic, que fijó su nuevo récord histórico de imbatibilidad en un inicio de Liga en 357 minutos.

El Villarreal completó una magnífica semana con tres victorias -dos del torneo doméstico y la de la Liga Europa contra el Astana- al imponerse en Mendizorroza al Alavés (0-3). El encuentro deja como daño colateral la primera destitución en los banquillos de Primera. El club vasco decidió tras el partido despedir al técnico argentino Luis Zubeldía a la vista del mal inicio de temporada. El Alavés es colista con cuatro derrotas y sin haber marcado gol alguno. El congoleño Cedric Bakambu, con fortuna -el balón lo desvió un defensa-, abrió la victoria villarrealense en la primera parte, y en la segunda el colombiano Carlos Bacca y el propio delantero africano la cerraron para relanzar al cuadro de Fran Escribá y dejar hundido al Alavés.

La cuarta jornada se cerrará este lunes con el encuentro entre el Espanyol y el Celta de Vigo, dos equipos instalados en la zona baja de la tabla.

jueves, 14 de septiembre de 2017

EL GOL SE LLAMA RONALDO

Volvió la Copa de Europa al Santiago Bernabéu y con ella Cristiano Ronaldo que marcó por partida doble en el fácil partido de los blancos ante el Apoel de Nicosia

Antonio Blanca

El Santiago Bernabéu recibió este miércoles dos antidepresivos, la vuelta de la Liga de Campeones y el regreso de Cristiano Ronaldo. El estadio merengue todavía no había visto un triunfo liguero y su último jolgorio se desarrolló en agosto, en la Supercopa de España disputada ante el Barcelona. Pues bien, el estreno de la defensa del título europeo se celebraba ante el APOEL, un rival inferior en lo que a técnica se refiere que venía uniformado de víctima propiciatoria. El campeón chipriota era interpretado por el entorno de Chamartín como el púgil idóneo para la catarsis necesitada por el Real Madrid.

Zinedine Zidane resolvió el brete de la ausencia de delanteros centro -tras la lesión de Benzema y las ventas de Morata y Mariano- colocando al presumible Balón de Oro en dicho rol, flanqueado por Bale en banda zurda e Isco entre líneas. Dio descanso el técnico galo a Kroos y la alternativa a Kovacic, que acompañaría a Casemiro y Modric en un once de zaga identitaria. El objetivo era refrescar la confianza por medio de los goles y que, con el paso de los minutos, el juego y la consistencia defensiva se incorporaran a la fórmula de redención pretendida.

El duelo dio comienzo con la pelota pintada de blanco. Se jugaría siempre en cancha de los visitantes, hecho que favorecía el desquite de un vestuario herido ante el doble empate casero ante Valencia y Levante, que ha desempolvado las sospechas de relajación y autocomplacencia. La posesión y las sensaciones de dominio pertenecieron a los madrileños, pero el bloque chipriota no se preocuparía por batallar por esos parámetros: la idea de Giorgos Donis era achicar de forma intensiva y urgar en la impaciencia del gigante para salir a la contra y pescar un improbable asalto al rectángulo más pomposo del planeta. Durante los 90 minutos.

Sin embargo, la cohesión del 4-4-2 amarillo y su actitud ardorosa no pudieron contener la cumplimentación estricta del planteamiento de Zizou. El primer cuarto de hora resultó un toma y daca en el que el talento individual dictó la senda. Se abriría fuego con dos acciones a balón parado: la primera, un córner lanzado por Isco que Marcelo centró para el cabezazo desviado de Bale; y la segunda, que forzó la parada de Keylor Navas, fue ejecutada por una falta -de larga distancia- sacada en corto y engatillada por el cañonazo del que fuera lateral del Celta Roberto Lago.

Tras ese impulso, el abc chipriota entregaría un pelotazo que bajó De Camargo (referencia y faro ofensivo) para que la calidad de Ebecilio concluyera la subida y pase de Lago con un remate trompicado que atajó el meta tico. El Madrid no había salido con la concentración suficiente y se partía tras pérdida, pero su funcionamiento contemplaba lo ofensivo como prioritario y en la transición de ese aviso chipriota Isco inventó una contra mortífera. Cambió el ritmo en la medular, sentó a un zaguero con una finta deliciosa, sutil, y abrió para que Bale centrara y Ronaldo abriera el marcador, de remate cruzado.

El galés salió como avanzadilla de Marcelo en su perfil de zurdo y su equipo lo aprovecharía, pues el galés conectó de nuevo con Ronaldo, en esa secuencia de centro lateral y cabezazo cruzado, pero el portugués se topó, en esta ocasión, con el lateral de la red. Luego una apertura hacia el extremo zurdo fue centrada, con veneno, rebosante de técnica y de primeras, hacia el chut fallido y forzado de Cristiano. El retorno de Bale a su banda natural, alejándose de esa posición de pierna cambiada, estaba agujereando a los chipriotas. Era la mejor noticia de la noche.

Por el camino se profundizó en el soliloquio merengue, ya que la actitud tras pérdida era la adecuada y la vigilancia ante los pelotazos rivales hacia De Camargo también fue efectiva. Y también se lesionó un Kovacic que se retiró llorando. Kroos entraría en el verde por el abatido mediocentro croata y empezó su sinfonía en la distribución que coronó con un chut infructuoso pasada la media hora. Modric y Bale también lo buscarían en sendos intentos, pero el meta Waterman no sería inquietado. El muro visitante daba la cara como rocoso a pesar de sufrir en los contraataques. Ronaldo cerraría el primer acto con una volea demasiado angulada en esa suerte vertiginosa.

El camino a vestuarios se realizaría después de que Vinicius estirara a los suyos con un lanzamiento sin dirección desde muy lejos. El APOEL jugó un buen trecho encerrado en los 20 metros que circundaban a su portero pero sobrevivió metido en el partido. No quiso la pelota el referente del fútbol en Chipre y se limitó a capear las ráfagas, no muy fluidas, de juego ofensivo madridista. No obstante, los de Zidane navegaron con el 64% de posesión y lanzaron 12 tiros (por 3 visitantes) pero empataron en disparos entre palos: 1 por trinchera. Pareciera que el control del juego asumió un protagonismo no pretendido por los locales. Sin brillo, el merecido 1-0 condujo a los contrariados madridistas al intermedio.

La ausencia de argumentos atacantes por parte del sistema de Giorgos Donis (sólo el rudo balón aéreo hacia De Camargo era visualizado como salida del esfuerzo defensivo) podía llamar a la distensión merengue, faltos de ritmo en la circulación para generar el peligro esperado, pero tardaría 53 segundos el Madrid en negar esa inercia: un cambio de banda de Kroos a la incorporación de Carvajal fue zanjada con centro del lateral y remate de Ronaldo que se estrelló en el travesaño. La pelota botó sobre la línea en la reacción local.

Había acelerado su ratio combinativa el bloque capitalino y el enésimo centro peligroso de Bale desde la izquierda concluyó en mano de Lago y penalti. Ronaldo tomó el cuero y, en el minuto 51, transformó con fiereza una pena máxima más que dudosa. Sea como fuere, el luso corrió para coger la pelota y colocarla en el punto central. La actitud de los locales había mutado y la búsqueda de una mayor cosecha que favoreciera su primer puesto en el grupo nutrió una metamorfosis que Isco, Casemiro y Kroos materializaron con otro trío de lanzamientos claros en dirección a Waterman. Todo ello antes del 60 de juego.

Instantes después, Ramos ejemplificó el nuevo pentagrama madridista. Cortó el paso al frente dibujado por el APOEL (había entrado el talentoso Farías por Sallai para tener más la pelota), abrió hacia Marcelo y envió a las mallas, con una chilena plena de garra, un cabezazo rebotado de Bale.

Hasta el pitido postrero no sufriría enmiendas el aluvión enérgico de un Madrid desatado. Marcelo y Carvajal eran extremos y los centros laterales se multiplicaban, salpicados por una presión intermitente que redondeó un segundo acto suficiente para relanzar la ligazón entre tribuna y césped. Y tendrían minutos para degustar la competición más elitista Dani Ceballos -sustituyó a Isco- y Borja Mayoral -por Bale- . El andaluz y el canterano tocaron tierra ante un rival de brazos bajados y con el ritmo global congelado.

Cerraría el Real Madrid sus primeros tres puntos en la Liga de Campeones 2017-18 con la mejor versión desde los torneos veraniegos. El campeón de Chipre no fue un obstáculo que examinara aspectos por los que ha sido herido el sistema de Zidane en las semanas precedentes (su concentración defensiva y el equilibrio tras imprecisión) pero este miércoles lo importante para el 12 veces rey de Europa era golear y ganar en convicción ofensiva. Y ambos objetivos fueron resueltos con éxito.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

CON MESSI SIEMPRE BASTA

Jordi Grimau

La Copa de Europa 2017-18 se estrenó en el Camp Nou por la puerta grande. El Barcelona acogía la visita de la Juventus, vigente subcampeona del torneo y candidata firme a repetir senda ganadora. Los dos equipos llegaban a esta confrontación de altura como líderes en España e Italia pero con dudas sobre la adaptación de los nuevos. No obstante, los catalanes se desprendieron de Neymar y los transalpinos de Bonucci y Dani Alves, piezas clave en sus esquemas ofensivo y defensivo. Además, los cambios en el matiz de juego introducidos por los técnicos todavía no están engrasados y el riesgo de verse retratados por un gigante y a las primeras de cambio del curso se palpaba en el ambiente.

Valverde estrenó su participación en la máxima competición desde el banquillo culé entregando la primera titularidad a Dembélé. La perla de más de 100 millones de euros compartiría banda con Semedo. Además, Rakitic recuperaría su papel en la medular, como apoyo de Busquets e Iniesta, en un once en el que Jordi Alba y Umtiti se han asentado como esenciales. Messi y Suárez tratarían de batallar con un candado rival al que le faltaban los lesionados Chiellini, Mandzukic y Marchisio. Allegri, viejo zorro, incrustó a Betancur en el regreso a los tres centrales, con Alex Sandro y De Siglio como carrileros y Matuidi y Douglas Costa como novedades capitales. El primero presionaría y aportaría músculo en el ecuador del terreno y el carioca ejercería como puñal, en contragolpe o en estático.

Con ese ajedrez arrancó un envite en el que salieron mejor los bianconeri. La Juventus supo alternar la presión muy alta -hasta el punto de asfixiar la circulación local- con el cierre intensivo en campo propio. No tardó Messi en retrasar su posición y tratar de asociarse para ganar la posesión, pero había salido más concentrado y hambriento el dictador de la Serie A. No obstante, su furor competitivo y verticalidad señalaron a Stegen como protagonista azulgrana en el prólogo: el alemán sacó un chut de De Siglio -minuto 6- y un latigazo de Pjanic, más serio -minuto 12-. El mando era juventino y lo seguiría siendo.

Sólo un balón en largo de Busquets al que Dembélé no llegó por poco -Buffon se adelantó, inteligente, en una salida arriesgada pero atinada- supuso una amenaza para los visitantes. El primer chut del Barça arribaría producto de un chispazo de Iniesta, el factor diferente cuando se jugaba en campo italiano, que fintó a tres zagueros en la frontal para forzar una falta. Messi chutaría a la barrera y Suárez cazaría el rechace para forzar una reacción de reflejos del eterno guardameta transalpino -minuto 19-.

Traspasada la media hora se confirmó la apariencia inicial: la valentía y buena ejecución posicional y táctica de la Juve marcaba al juego del Barcelona en su conjunto. Campaba la reducción de espacios y, por consiguente, de llegadas a portería. Allegri llegó a colapsar su terreno para forzar combinaciones demasiado exigentes entre Messi y un Suárez en el rol de Neymar (sin acoplarse a sus atributos). Dembélé lo busaba en individual pero, como en el intento coral, los obreros italianos se cerraban y multiplicaban. Y, ante la subida de la presión local, se descolgaban Dybala y Douglas Costa para lanzar contras que rompían el ritmo pretendido por los del Txingurri.

Sobrevino la lesión del sustituto de Dani Alves, De Siglio, en el minuto 40. El que fuera lateral del Milan fue sustituido por Sturaro en tal minuto, complicando en adelante esa parcela defensiva para una Juventus que no había sufrido en defensa hasta entonces. El recién entrado era un mediocentro reconvertido que si Valverde le enfrentaba con Dembélé sufriría. Reaccionarían los automatismos italianos para robar el mandato de la pelota al Barça de camino al descanso. Incluso alcanzó su variopinta paleta colectiva a llegar con peligro al área de Stegen, si bien no cosecharon más que un saque de esquina por un remate fallido de Higuaín y otro de Matuidi, despejado.

Pero, a 10 segundos para la conclusión del primer acto, Messi amortizó la valentía rival. Con una Juventus jugando en campo del Barça, una recuperación fue traducida por el argentino en el 1-0. Tomó el cuero en la medular, cambió el ritmo hasta plantarse en la frontal gracias a una conducción vertigionsa y una pared afinada con Suárez. Una vez allí, y en vuelo, pausó para ajustar su zurdazo raso a la cepa del segundo poste. Su chut cruzado, sangrante para el plan de Allegri, se coló por debajo de Benatia, imparable para Buffon. La Pulga batía al italiano por primera vez en su carrera (al cuarto partido) para delirio de una tribuna sometida al dictado de la táctica.

Allegri tenía trabajo. Ganó en tiros a puerta (2-4) y totales (4-6) al Barcelona, habiéndole entregado la posesión (63 a 37%) pero explotando su achique acumulativo, que negaba los pasillos centrales por los que circulan Iniesta y Messi, y su capacidad para salir al contragolpe amenazaba. A pesar de haberlo hecho todo bien y de degustar mejores sensaciones, se fueron con 1-0. Se trataba, para los del Piamonte, de evidenciar fortaleza mental ante el desafío de repetir pentagrama camaleónico encontrando más a Dybala y subiendo la apuesta en la ambición sin desequilibrarse. El argentino perdonaría una clara en el 48. Desborde de Douglas, pobre despeje de Piqué y chut a las nubes de La Perla, con todo a favor desde el interior del área.

En el 51 comprobaría el entrenador italiano el envés de su apuesta: Messi recibió entre líneas y en transición para descerrajar un cañonazo cruzado que escupió la madera, con Buffon batido. Y seis minutos después saborearía el error de arriesgar demasiado ante el mejor jugador del planeta. El 10 blaugrana sorprendió a la espalda de Douglas Costa en otra contra puntiaguda, despegó ante Alex Sandro, uniformado de extremo, y asistió para el gol de Suárez. Un zaguero salvaría la llegada, in extremis, pero el cuero llegó a Rakitic, que derribó a un Buffon ya descolocado por lo vertiginoso de la maniobra. Dos relámpagos, en contragolpe, sentenciaron la venganza anhelada por los culés tras los cuartos de final del pasado curso.

No negoció Allegri con su comprensión atacante de este deporte: a pesar de que Messi buscó la escuadra de Buffon de inmediato -en una falta desde la frontal conjugada por el guardameta-, deshizo el tridente defensivo para meter más calidad y ambición. Salió Betancur y entró Bernardeschi. El joven mediapunta que respandeció en la Fiorentina el año pretérito remataría fuera, a la salida de un córner, en su primer contacto con el esférico. Y el colectivo visitante siguió subiendo líneas y presionando arriba, aunque Suárez desperezara su ínfima aportación con una llegada desviada y Messi rematara su hat-trick en un dos para dos en el que resolvió con un par de fintas y otro golpe bajo y cruzado inapelable -minuto 70-.

Se la jugó la Juventus y pereció ante un Barcelona reducido al contraataque y a su astro. Se marchó Dembélé, a continuación, con una actuación discreta como elemento desequilibrante. Sergi Roberto fue insertado en su posición preferida, la de interior, y Paulinho también disfrutaría de hueco. El brasileño entró por Rakitic (en proceso de ganancia de autoestima después de la era de Luis Enrique) después de que Bernardeschi volviera a probar a Stegen. El alemán volaría para sacar de la base del poste un zurdazo impoluto de Dybala. El orgullo del aristócrata herido salía a conversación demasiado tarde.


Se cerró el enfrentamiento con penalti por mano de Piqué no pitado y ovación a Iniesta -absoluta y atronadora, en medio de la polémica por su renovación- cuando cedió su escaño a Andre Gomes. La fiesta catalana, un día después de la Diada y después de confirmarse que la evacuación y el acordonar de la Sagrada Familia (minutos antes del inicio del partido) fue una falsa alarma, resultó completa. La Juventus se fue dolorida, notando demasiado la baja de Mandzukic -su oferta de salidas por alto restó un arma notable a los italianos-, sabedora de lo complicado de ganarle el primer puesto de grupo a los culés después de esto. "Esto" que fue, en lo general y lo particular, otro día de leyenda de Leo Messi.

lunes, 11 de septiembre de 2017

EN TRES PARTIDOS A CUATRO PUNTOS

Después un convulso verano y un ridículo casi constante en la parcela ejecutiva, el Barça domina la Liga Santander y ha puesto al Madrid de Zidane a dos partidos

Antonio Blanca

A nadie se le escapa que faltan treinta y cinco jornadas para que la temporada eche el cierre, se baje el telón, se apaguen los focos y el Mundial centre toda la atención. Así, se puede adivinar un largo camino por recorrer para llegar a la cúspide de la Liga española, pero no es menos cierto que todas las jornadas y todos los puntos en disputa tienen el mismo valor, por lo tanto, aunque se pueden arreglan tropiezos, el que los ha cometido debe empezar a hacerlo cuanto antes, puesto que de no remontar, la ventaja se amplía progresivamente, y es cuando lleguen los meses de marzo y abril cuando vienen los lamentos de los fiascos veraniegos. Es el caso del Real Madrid. Tras dos exhibiciones colosales en la Supercopa de España ante el Barcelona, después de sumar otro título más con la Supercopa de Europa, el arranque liguero de los de Zidane ha dejado un sabor amargo en la parroquia blanca. El halago debilita y eso le ha debido de pasar al Real Madrid, amén de una cierta pérdida de calidad en la plantilla, al haber prescindido de dos magníficos ‘9’ suplentes como Morata y Mariano, y de no encontrarse Benzema o Bale en buena forma, que junto con la sanción a Ronaldo hace que el Madrid no encuentre gol fácilmente, su característica pegada. Esto ha devenido en dos empates en casa ante Valencia y Levante, que su máximo rival el Barça de Valverde y sin Neymar ha sabido aprovechar a la perfección con un excelso Messi. Tres de tres, nueve puntos, distancia a cuatro, no solo al Madrid, también al Atlético, y lo que era un incendio constante en lo referente al entorno culé, empieza a remitir y forjarse en una paz necesaria, la que duren los buenos resultados.

La jornada número tres dio su pistoletazo de salida con un gran derbi. Leganés frente a Getafe en Butarque. Los azulones leyeron la cartilla a los pepineros y se llevaron los tres puntos ganando 1-2 tras un gran partido de los de Bordalás.

El sábado a mediodía, el Madrid tras el parón por las selecciones volvía a su campo. Juego mediocre de los blancos, sin incisión, con algo de pereza y poca concentración, sobre todo al comienzo. El Levante que estuvo serio y práctico se adelantó aprovechando tal cóctel. Lucas Vázquez logró las tablas a uno en la primera mitad del partido, hecho que ofrecía una remontada que no llegó porque el Madrid a día de hoy carece de gol. Benzema se lesionó (tampoco había hecho nada en el juego de su equipo) y su recambió fue peor. Bale tuvo tres grandes oportunidades de poner al Madrid por delante, y Bale las desaprovechó, como para infortunio merengue es habitual en el otrora mejor jugador de la Premier League. La pelota no quiso aliarse con los merengues y un aguerrido Levante que tuvo en su portero al jugador estrella logró sacar un merecido punto del coliseo de Concha Espina y generar una “mini crisis” al Real de Zidane.

En la sobremesa se disputó un partido muy táctico entre Valencia y Atlético de Madrid. 0-0 en un encuentro donde la intensidad se impuso a la calidad, donde Kongdobia brilló por encima del resto, confirmando su fantástica actuación de hace dos semanas en el Bernabéu. El Atlético se dejó dos puntos y mira al Barça ya a cuatro, como el Real Madrid. El Valencia de Marcelino estuvo pulcro, serio y tuvo sus ocasiones, salvando con enorme suficiencia dos complicadísimos envites ante los dos cuadros de la capital de España, por lo que la inercia negativa de otras campañas parece haberse esfumado de la capital del Turia.

El Sevilla barrió al Éibar en el Sánchez Pizjuán por 3-0 y ya suma siete puntos. Berizzo empieza a darle su toque al cuadro andaluz, que tras la salida de “Monchi” o Vitolo podría pensarse en una bajada de nivel de la plantilla y a priori los resultados y el juego indican lo contrario.

5-0 con hat trick de Messi en el Camp Nou doblegó fácil el Barcelona al Espanyol en el derbi de la ciudad condal. Resultado que pone líder al equipo de Valverde y que calma así la rebelión del vestuario contra la directiva, y de la masa social que ahora empieza a preocuparse por una supuesta independencia de Cataluña de España y dónde se ubicaría el Barcelona, como mostraron en la grada con pancartas sonrojantes y desvergonzadas, permitidas por un directiva inepta y que acepta y a veces hasta insufla tal conducta, que cada vez provoca más rechazo en aquellos seguidores culés y que empiezan a verse excluidos por el propio Barcelona. Por cierto, si cupiere alguna duda, si se diera la independencia de Cataluña, el Barcelona habría de hacer sus maletas y marcharse a jugar en una supuesta liga catalana, porque supongo que los demás también podríamos ejercer el derecho al voto y mandarles con viento fresco.

El domingo por la mañana la Real Sociedad desplegó un gran juego en Riazor para vencer al Deportivo de la Coruña por 2-4, con una actuación estelar de Illarramendi (anotó dos goles, uno cual timonel de baloncesto de “costa a costa”) que llama a las puertas de Lopetegui. Victoria del equipo de Eusebio para seguir arriba junto con el Barça en lo más alto de la tabla y esperar la próxima semana al Real Madrid en un partidazo que podría abrir la caja de la crisis blanca y prolongar los almíbares de la Bella Easo.

La parte vespertina dominical se puso en marcha en el Nuevo San Mamés en el partido que enfrentaba al Athletic de Bilbao y al Gerona. Los “leones” se impusieron por 2-0 al cuadro catalán sin darle opción alguna a plantarle cara, volviendo Aduriz a ver puerta, dejando la propia como las dos anteriores jornadas sin sacar la pelota de sus redes.

El Celta de Vigo venció 1-0 al Alavés que empieza a echar de menos la plantilla del año pasado, con más calidad y quizás más compensada. Los vigueses sumaron los tres primeros puntos del curso y respiran aliviados, alejando los fantasmas de un paupérrimo inicio que pudiera condenarlos para más adelante.

El Betis vio como el Villarreal le comía la tostada cuando ya pensaban en llevarse el mollete a la boca. En el Madrigal los castellonenses remontaron el tanto inicial de los verdiblancos para llevarse el choque por 3-1 y obtener los tres primeros puntos del curso.

Esta noche se cierra la jornada en la Rosaleda con el partido que disputarán el Málaga y Las Palmas. 

domingo, 10 de septiembre de 2017

LOS BANCOS TAMBIÉN EMPIEZAN A JUGAR

Aránzazu Gálvez

El fútbol es uno de los mayores mercados para el patrocinio, pues al afectar directamente al sentimiento y emociones de los consumidores, permite crear una relación con el cliente más allá de lo puramente comercial. En España, a nivel de clubes, el líder del patrocinio del balompié es Caixabank, con hasta 15 clubes de LaLiga Santander (y 11 en LaLiga 1,2,3), tras el anuncio el pasado lunes del nuevo acuerdo con el Leganés. LaLiga Santander, que lleva apellido financiero desde 2008, primero con el BBVA, y desde el pasado año, con Santander, es la competición europea más vinculada al sector bancario. Hasta 18 de lo 20 equipos cuentan con un socio financiero: a los 15 clubes de primera división de Caixabank (entre los que figuran Real Madrid, FC Barcelona, Atlético, Sevilla y Valencia, entre otros; además de los 11 que patrocina en segunda división) hay que sumar los dos equipos vascos (Athletic Club y Real Sociedad) con Kutxabank, y los gallegos (Deportivo y Celta) con Abanca. Tan sólo Getafe tienen libre el espacio bancario.

Ligue 1
Dentro de este mercado, la siguiente competición con más patrocinadores del sector es la liga francesa, Ligue 1, con 12 de los veinte clubes vinculados a un banco. En ésta destaca Credit Agricole, que a través de las diferentes filiales regionales patrocina al Amiens SC, OGC Nice, Saint Etienne, Strasburg Alsace, Girondins y Stade Malherbe. La compañía de banca y seguros Credit Mutuel es la siguiente con más presencia del sector, y juega con en el Lille Olympique, el Stade Rennais y el En Avant de Guigcamp. El grupo bancario semicooperativo Caisse de Espargne patrocina el Dijon y el Olympique de Marseille. Ahora bien, el patrocinio del banco catarí QNB con PSG es el mayor de todos en términos de volumen de inversión.

Italia
La Serie A italiana ocuparía la tercera posición, con casi la mitad de los clubes con un socio financiero. Se trata de un mercado más equitativo que los anteriores, pues los bancos presentes cuentan en su mayoría con un par de activos patrocinados como es el caso de UBI Banca, con Atalanta y la Juventus; BPER (Banca Popolare dell'Emilia Romagna), con el FC Crotone y el Spal 2013; y Banca Carigie, con Genoa y Sampdoria. Tan sólo Banco BPME cuenta con tres: AC Milan, Chievoverona y Sassuolo.

Alemania
En la Bundesliga, la banca está presente en un tercio de los clubes. La filial alemana del banco Santander figura como socio del Borussia Mönchengladbach, ciudad en la que se encuentra la sede del banco en ese país. A excepción de Ferrari y la Copa Libertadores como patrocinios globales, el del Mönchengladbach como el de McLaren en Reino Unido y el de LaLiga en España, son acuerdos firmados por las filiales de los países de forma independiente.

El campeón de la liga alemaan también cuenta con socio financiero. El Bayern de Munich está Hypovereinsbank, división alemana de Unicredit; un acuerdo que, entre otros derechos, les permite -como Santander, Caixabank, UBI Banca y otras muchas entidades vinculadas a clubes- ofrecer una tarjeta asociada y que en este caso, devuelve el recargo de la tasa de interés por cada 10 goles (la tarjeta que este lunes presentó el Santander vinculada a LaLiga ofrece entre uno y tres euros por cada gol del equipo que elija el titular de la misma). Unicredit además es desde 2012 el banco oficial de la UEFA, competición en la que realiza diferentes promociones y sorteos vinculados a la Champions League entre los que se incluyen el mejor jugador de la semana o el Tour Trophy de la orejona (práctica habitual entre los socios de las ligas, no de los clubes. Como tal, Santander realizará una acción similar con el trofeo de LaLiga que se podrá ver en 40 sucursales del banco por toda España).

Otros bancos presentes en la liga alemana serían Sparda Bank, con Borussia de Dortmund, Berliner Volksbank con el Hertha Berlin, Starke Bank con VfB Stuttgart y el VR Bank con el FC Augsburgo.

Premier League
Aunque pueda parecer sorprendente, pues Reino Unido es el hub de las grandes entidades financieras del mundo, tan sólo Leicester, con el SCB (Siam Commercial Bank) y el Liverpool, con Standar Chartered cuentan con un banco como socio (otra cosa sería los acuerdos regionales con bancos en otros países, como es el caso del Arsenal, por ejemplo). Vinculados al sector financiero también figuran American Express y el emisor de tarjetas de crédito MBNA, con el Brighton y el Liverpool, y con el Tottenham, respectivamente.

Una de las causas por las que la presencia de las entidades financieras es tan reducida en la liga inglesa está en su tradicional title sponsor, Barclays, que puso nombre a la competición durante quince años, hasta la pasada temporada (no incluida). Se estima que la entidad contaría con una cláusula de exclusividad en el terreno financiero (práctica habitual en el patrocinio deportivo), lo que habría impedido que cada equipo de los veinte que componen la competición más rica del mundo de fútbol llegará a acuerdos de forma individual con otras enseñas del sector para el mercado inglés. Esto ha hecho que sean los traders y casas de apuestas las empresas más vinculadas a la Premier, competición que ahora busca que sus equipos puedan abrirse a negociar con otras empresas de mayor prestigio, por lo que cabe esperar que tras la no renovación con Barclays se empiecen a ver más entidades financieras en el fútbol inglés.

Mercado internacional
Banca, seguros y finanzas suelen ser las empresas con mayor presencia en el universo deportivo. Sobre todo, en EEUU, donde están muy presentes en grandes competiciones como la NBA o la NFL, pero también en estadios, ligas universitarias, golf, tenis... En Canadá, esta misma semana, se ha firmado el acuerdo de naming right más caro de la historia, y ha sido protagonizado por un banco, el Scotiabank, que pondrá nombre al Air Canada Center, sede de los Toronto Maple Leafs de la NHL, por 800 millones de dólares durante los próximos veinte años.

En USA, merece ser destacado el papel del banco español BBVA como banco oficial de la NBA, con el que entre otras acciones, comercializa tarjetas de los diferentes equipos, como hace Caixabank en España y la propia compañía que preside Francisco González con los diferentes equipos que patrocina en Latinoamerica como serían el River Plate, Boca Juniors, Talleres de Cordoba, Club Nacional de Uruguay, la selección venezonalana, etc.

Las tarjetas relacionadas con el deporte, tan moda esta semana en España, son uno de los beneficios o derechos que puede explitar el patrocinador. Éstas sirven sin duda para fidelizar a los socios y ganar cuota de mercado con la llegada de simpatizantes del club patrocinado, pero entre los derechos que se suelen negociar con los clubes figura también las nominas e inversiones de la empresa patrocinada.


Luego cada entidad puede ofrecer más o menos ventajas a sus socios, como financiación de la cuota de abono, descuentos a los socios y, en todo caso, experiencias especiales a sus clientes. Si no, que se lo digan a Mastercard, patrocinador oficial de la UEFA Champions League, que a través del fútbol ha hecho suya la máxima para cualquier patrocinador como son las experiencias que el dinero no puede comprar, 'priceless'.

viernes, 8 de septiembre de 2017

LO QUE SE ESPERA DE DEMBELÉ

Jordi Grimau

Es la hora y comienza el reto de su vida para el joven francés Ousmane Dembelé, quien a partir de ahora tendrá que demostrar que la multimillonaria inversión que realizó el Barcelona está justificada.

No es pequeña la presión que tendrá que soportar este muchacho de 20 años. Se declaró en rebeldía en el Borussia Dortmund para fichar por el Barcelona, que pagó por él 105 millones más 40 en variables con el fin de hacer olvidar la marcha de Neymar al PSG.

Fue el fichaje más caro en la historia del club y el segundo del fútbol mundial tras los 222 millones que invirtió el PSG por Neymar. El tiempo dirá si Dembele mereció tan extraordinario desembolso.

El Barcelona juega mañana ante el Espanyol en el Camp Nou y parece que será la ocasión propicia para el debut del jugador con su nueva camiseta. Pero hace falta saber cómo está de forma teniendo en cuenta su atípica pretemporada.

Es difícil pensar en un Dembelé integrado, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Pero un club como el Barcelona no espera, y menos en la situación en la que se encuentra la entidad. Las críticas a sus dirigentes son enormes por la gestión deportiva y muchos hablan de un plantel de inferior calidad al de la pasada temporada. La sombra de Neymar sigue siendo muy alargada. En este sentido, Dembelé le haría un tremendo favor al club si comienza pronto a ofrecer detalles de gran jugador. "Mi objetivo es aprender de los mejores, de Messi, de Suárez, y ganar el máximo número de títulos", declaró en la presentación. Pero el Barcelona necesita de él resultados inmediatos.

En principio, Dembelé ocuparía la posición que dejó vacante Neymar, en la banda izquierda del ataque, aunque para él es una posición más natural que lo era para el brasileño, reubicado en esa zona del campo ante el excedente de delanteros con el que se encontró desde su llegada.

Por supuesto, el juego del francés es diferente al de Neymar. Dembelé no es tan hábil, pero sí más potente y profundo en los desmarques. También es uno de los signos de los tiempos, el de un Barcelona que progresivamente ha ido abandonando su tradicional seña de identidad, el fútbol de toque, para ofrecer más músculo.

"Viene con el cartel de figura mundial porque así lo consideran quienes saben de fútbol y porque el precio pagado por él también lo confirma. Ahora, para que la jugada sea completa, y con la inestimable ayuda que ofrece el hecho de vestir la camiseta blaugrana, es Dembele quien debe acabar el trabajo", aseguró el diario Sport.


Cambió la tranquila Dortmund por la exigente Barcelona. Se conocen sus cualidades futbolísticas y su margen para el progreso, pero ahora hace falta comprobar cómo asume la presión un futbolista con apenas 50 partidos jugados en la élite y siete disputados con su selección. Dembelé necesitaba al Barcelona y ahora el Barcelona lo necesita a él.

jueves, 7 de septiembre de 2017

PROBLEMAS EN LA PAMPA

La selección albiceleste sigue sin cerrar su clasificación para el Mundial de Rusia del año próximo y a ella se le suma Chile que puede verse apeada del mismo

Antonio Blanca

La eterna fase clasificatoria mundialista de América Latina está llegando a su fin. Y lo hace con el anuncio de sorpresas y una traca final estupenda de cara a las dos últimas jornadas de la batalla por el acceso a Rusia 2018. Y es que a estas alturas los dos finalistas de las últimas dos Copa América están inmersos en una crisis que les mantienen con serias opciones de no asistir al Mundial del curso que viene. Por chocante que pueda resultar.

Argentina y Chile jugaban sobre el filo ya antes de los partidos de este miércoles. El empate cosechado por la albiceleste en Uruguay sólo se haría bueno si los de Sampaoli ganaban a la última clasificada, la desahuciada Venezuela; y los vigentes campeones del continente debían mostrar el icónico carácter para sobreponerse a la goleada encajada en casa ante Paraguay (0-3) con un triunfo en su visita, siempre complicada, a la altura boliviana.

Sin embargo, ni unos ni otro pudieron gacer honor a su pedigrí. El conjunto liderado por Leo Messi -desaparecido-, Dybala y Di María comenzó su duelo ante los venezolanos con la intensidad y actitud adecuadas. Pero la lesión del Fodeo -el mejor de su seleccionado- en el minuto 27 les restaría mortdiente ofensiva y el continuo monopolio del cuero y de las llegadas quedarían en nada a falta de acierto en el último pase. Icardi sólo atinó a forzar el gol en propia meta (de Rolf Feltscher) que empató el resultado de manera definitiva.

La Vinotino sacó un valioso punto en e Monumental de River Plate con la generación juvenil que está llamada a hacer grandes cosas. La inclusión de Banega mejoró a los argentinos pero les faltó pegada. Y la mentalidad no les bastó para terminar de remontar el chocante gol inicial, rematado por John Murillo. El delantero del Inter Icardi fracasó ante el prometedor portero Wuilker Fariñez, protagonista del defensivo y efectivo planteamiento del conjunto caribeño. Messi sólo dispuso de una acción clara, al filo del descanso y Dybala tampoco atinó en su par de zurdazos claros.

Así, Argentina sólo queda en el puesto de la repesca en la tabla clasificatoria porque Chile empeoró su resultado. La Roja no reaccionó y se dejó los tres puntos en La Paz. Ls bolivianos ganaron por primera vez a los chilenos, con un gol de penalt,i y se vengaron de los tres puntos que la Roja les quitó en los despachos por alineación indebida de un jugador. Juan Carlos 'Conejo' Arce fue el encargado de anotar el 1-0 definitivo que deja a los de Pizzi, favoritos en la Confederaciones, fuera de la repesca. En una jornada histórica para los locales.

También histórico fue el triunfo de Perú en Quito. Nunca los andinos habían ganado en casa de Ecuador, en la altura, pero el talento de su delantera resultó suficiente para quemar las opciones y la convicción de sus vecinos casi de manera definitiva. Los pupilos de Gareca entraron de lleno en la zona de clasificación directa a Rusia 2018 gracias al desempeño sensacional de Guerrero como facilitador de las llegadas de Carrillo, Cuevas y Edison Flores. Este último abrió un electrónico que sentenciaría Hurtado tres minutos después, en el 75. Los ecuatorianos picaron en la verticalidad visitante y sólo acertaron a reducidr distancias de penalti y por medio de Enner Valencia.

Por último, Colombia y Uruguay vieron reforzadas sus candidaturas a entrar de forma directa al Mundial. Los cafeteros arrancaron un empate, en casa, a Brasil. La Canarinha cortó su racha de nueve triunfos consecutivos a pesar de adelantarse en Barranquilla en base al golazo marcado por William. Un taconazo y el remate delicioso de Falcao a la red selló el punto que sabe a gloria para los de Pekerman, visto lo visto de sus competidores.

Y los charrúas sacaron una victoria agónica de su visita a la complicada Paraguay, que queda casi fuera de la pugna tras haberse reenganchado a última hora. Esta victoria fue también pionera, pues los ganadores del Mundial nunca había salido victorioso de Asunción. En esta ocasión retomaron el vuelo y disolvieron las dudas de las últimas fechas gracias a las dianas, en el último cuarto de hora, de Valverde y el de Gómez en propia puerta. Romero redujo distancias pero la eficiencia en el achique y la competitividad uruguaya les deja en la segunda plaza de la liguilla, con un colchón relativo.

Con seis puntos por jugarse, Brasil, líder, es seguida por los celestes (27 puntos, a 10 de los cariocas), Colombia (26 unidades), Perú (24 puntos) y Argentina (que marca la repesca y última plaza para el Mundial, con 24 puntos). Argentinos y peruanos se medirán en la dramática próxima cita. Por detrás aparecen Chile (23 puntos), Paraguay (21 puntos) y Ecuador (en caída libre, con 20 puntos). Arturo Vidal y Aélxis Sánchez se la jugarán contra Ecuador y Brasil para no protagonizar la sorpresa negativa de la fase, con permiso de Messi y compañía.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

SIN CONTEMPLACIONES ANTE LIECHTENSTEIN

Julio Candela

"El que haya optimismo e ilusión nunca puede ser malo, otra cosa es que haya euforia. No estamos clasificados aún, hay que ir por los tres puntos porque son igualmente de importantes que los de Italia. De nada vale lo hecho si no ganamos este martes", avisó Julen Lopetegui a un grupo de futbolistas que ha visto cómo se ha disparado su autoestima después del triunfo rutilante logrado sobre la azzurra y que dejaba el primer puesto en sus manos. A falta de tres jornadas. Y el primero de los pasos asequibles, presuntamente, era la visita a Liechtenstein. Un trámite de victoria tan obligada como el resto de los duelos que restan antes del Mundial ruso.

El técnico no rotó el núcleo duro de los nombres pero sí la estructura: apostó por la zaga de tres y la superpoblación del centro del campo con el fin de lograr que el partido fuera un monólogo y que la calidad jugara siempre en campo ajeno, es más, en la mediapunta de una selección que sólo ha anotado un tanto en esta fase clasificatoria y que había cedido 26 goles. El mantra reclamaba concentración aunque entre los contrincantes sólo se localizaran 10 profesionales y dos que compiten en la Primera Division (no de su país, que no dispone de Liga de fútbol).

Se lo tomarían en serio los recién ascendidos a favoritos para el Mundial 2018. En 15 minutos sentenciaron el duelo y encaminaron el cumplimiento exahustivo del plan de Lopetegui: había que golear para cerrar el billete directo a la cita mundialista lo antes posible. Así, con Ramos, Piqué y Montreal en el fondo, Isco, Iniesta, Busquets, Silva y Thiago cocinando en el centro y Pedro y Morata en la punta, España arrollaría con una salida tormentosa que hizo daño desde todos los flancos.

Con una posesión cercana al 80% y los cabeceadores rematando cada centro, Ramos abrió la bacanal con un testarazo a la red que tradujo en el 0-1 el lanzamiento de falta lateral botada por Silva -desde el pico del área y en el minuto 3-. Dos minutos después Isco puso en ignición un cambio de banda profundo que el canario envió al primer poste en forma de centro-chut y segundos más tarde el malagueño chutó cruzado. En ambas ocasiones el portero Jehle repelió para adjudicarse el papel protagonista de su combinado.

Nada podría hacer el arquero para detener el remate angulado con la testa y a las mallas de Morata tras una jugada de balón parado sacada en corto y fabricada peligrosa entre Isco y Silva -minuto 15-. Y, en la siguiente jugada, la presión ardorosa de la línea ofensiva española se añadió al ramillete de virtudes del rendimiento global para forzar el fallo del guardameta. Jehle golpeó al aire en lugar de despejar el cuero y el delantero del Chelsea, hambriento, cedió para que Isco amagara e hiciera el 0-3 a placer.

El goleador canterano merengue se destacó en actitud y perisguió la ampliación de su zurrón particular con ahínco, aunque hasta el descanso sólo lograría un tanto anulado y un lanzamiento desviado por poco, a la media vuelta y después de un pase vertical filtrado por Iniesta que escapó al endeble radar de la zaga de los de Vaduz. Le tomaría el testigo Silva, que puso en la escuadra una falta desde el pico del área en lo que constituyó la guinda a la deliciosa puesta en escena española. Corría el minuto 39 y los de Lopetegui ya habían igualado el mejor resultado histórico en ese estadio, gustándose. Incluso De Gea se permitió un fallo para desperezarse: despejó a las botas de un rival que yacía en la frontal del área visitante para, después, detener con una palomita el intento de Salanovic -el solitario chut centroeuropeo-.

La anarquía dominadora nacional prosiguió su nivel de exigencia e Iago Aspas -que sustituyó a Silva al tiempo que Nacho sentó a Ramos- convirtió el 0-5 al cazar un rechace provocado por el cabezazo de Morata que se estrelló en el larguero. Corría el minuto 51 y, dos después, del delantero más activo del partido terminó por recibir el pase fugar de Aspas desde la frontal que le dejó en mano a mano con el meta. Esta vez no perdonaría el posible 9 titular español en el Mundial, con el 0-6.

El delantero del Celta de Vigo recogería otro mal rechace del meta de un equipo local de brazos bajados para ampliar su cuenta y la general hasta el 0-7 -minuto 62-. Pescó el rechace al chut de un Pedro desafinado. Deulofeu había suplido a un ovacionado Isco y había probado en una acción de contra rematada a los pies de Jehle -anotaría en el 89 para repetir el 0-8 de la ida-. Aún así, la afición rindió homenaje respetuoso y emotivo a los futbolistas que fueron sustituidos: Yildiz, Sele y Wolfinger entraron por Quintans, Polverino y Burgmeier.


El epílogo asitió, al fin, al descenso del ritmo español. España terminaba cada acción de ataque si forzaba un poco por encima de la marcheta horizontal impuesta en los 20 minutos finales y un lanzamientoe levado de Thiago y un remate desatinado de Monreal serían las acciones más peligrosas antes del final de un partido uniformado de entrenamiento con público desde temprano. Jehle todavía alcanzaría anegar otro gol a Morata al detener su chut angulado en el 83 como colofón de una noche casi redonda, pues Italia sobrevivió a la visita de Israel por la mínima y sudando bastante.

lunes, 4 de septiembre de 2017

FLORENTINO NO HA FALLADO

Tras las etapas de Mourinho y Ancelotti, el fallido intento de Benítez, Florentino ha encontrado en Zinedine Zidane una nueva estrella

Antonio Blanca

Quizá la mejor forma de calibrar el mérito de Florentino Pérez sea acordarnos un instante de su homólogo en el Barça, Josep María Bartomeu, y comparar la evolución de ambos clubes; el peso específico de ambos dirigentes. Convertido desde hace muchos años en uno de los españoles más ricos y con más poder, si no el que más (después de Amancio Ortega), Florentino Pérez tiende al perfil bajo y disimula cuando puede sus labores cotidianas en Concha Espina. Acusado por la corriente crítica de haber querido mercantilizar el club en el pasado a costa de su identidad, de anteponer la rentabilidad a cualquier otra meta, la rotunda victoria de Cardiff ante el equipo (uno de ellos) que vapuleó al Barça esta temporada no sólo vincula a este Madrid con el de sus mayores gestas: refleja el triunfo definitivo de un hombre que ha pasado de presidir el club más rico y querido del planeta a encabezar, sin discusión, el mejor equipo de fútbol del mundo.

Quién habrá de criticar ahora al hombre que entregó su suerte a Zinedine Zidane cuando la nave que con tantos mimbres había construido se resquebrajaba en un mar de soberbia, conflictos personales y malas decisiones deportivas. El aspecto más fascinante de este apogeo florentiniano es la capacidad de regeneración de un equipo deshilachado, desunido, cansado, prematuramente avejentado, que en año y medio se torna en una formidable máquina de ganar sin techo conocido: una escuadra construida por Florentino que, sin embargo, eclosiona cuando se desprende de férreas máximas presidenciales: ni Bale es el icono del futuro, ni Ramos y CR7 están acabados, ni la ‘BBC’ es intocable. (De hecho, está acabada). Cuántas bocas de analistas fiables ha callado en un año este Madrid, el único equipo de Primera División sin director deportivo, dueño de una plantilla incomparable que aprendió a dosificarse coordinadamente hasta terminar barriendo del campo en la final de Champions a un equipo italiano que sólo había concedido tres goles en toda la temporada europea.

Ya no se habla en Madrid de ‘galácticos’: la perla es Asensio, o Carvajal, o Isco, o Nacho. El Madrid total que gana una final de Champions con goles de Cristiano, Casemiro y Asensio es la encarnación de otro esquema mental, el universo de ‘Zizou’, en el que el equipo es más importante que cualquier estrella del firmamento: un paisaje coral que permite a un héroe portugués brillar como nunca y a los demás encontrar un lugar distinguido.

El mérito del Madrid y de su presidente incluye haber saneado las cuentas hasta el punto de llegar a la final europea con el doble de presupuesto que su rival. Benzema era más que Higuaín, Modric es mucho más que Khedira. Rey de las finanzas, Florentino Pérez ha sido más extraordinario que nunca cuando ha asumido sus errores: un par de tornillos sueltos que lastraban una nave colosal. "Yo no he creído nunca en las rotaciones”, dijo en la radio poco después del partido de Cardiff, “porque las rotaciones no han dado muy buenos resultados a lo largo de la historia, pero ahora me tengo que callar".

59 años después, otro doblete europeo. Al presidente blanco le ha costado tres lustros lograrlo. Hace sólo 20 meses era pitado por el hosco Bernabéu de aquellos fríos meses de Rafa Benítez. La ‘BBC’ era intocable, Bale era el futuro, rotaciones las justas, la plantilla necesitaba una renovación completa empezando por sus líderes. Hoy la gloria es colectiva e individual; Ronaldo ganará muy probablemente su quinto Balón de Oro y el Madrid aspira al famoso 'sextete'. El descanso, para ello, ha de ser breve: “Cada triunfo es el lugar de partida para el siguiente”, recordó con exigencia Florentino en otra radio en Cardiff, sin ceder del todo a la euforia de la victoria aún caliente.

Su capital político no sólo le asegura continuidad sin frenos en el trono merengue, sino acceder al mercado de fichajes en posición preeminente. Ceballos prefirió ir al Bernabéu, con menos dinero y mucha más competencia, que recalar en el perdido Barça de Bartomeu. El momento es tan dulce que ya no hace ni falta resistir a la tentación de traer a De Gea por 60 millones de euros: no hace falta un portero español, joven y famoso para mantener y desarrollar la marca del club. Ni cambiar lo que funciona bien. Hay triunfos que ni siquiera en el fútbol son casualidad. ¿Quién cuestiona ahora al capitán de un buque fabuloso?