viernes, 8 de septiembre de 2017

LO QUE SE ESPERA DE DEMBELÉ

Jordi Grimau

Es la hora y comienza el reto de su vida para el joven francés Ousmane Dembelé, quien a partir de ahora tendrá que demostrar que la multimillonaria inversión que realizó el Barcelona está justificada.

No es pequeña la presión que tendrá que soportar este muchacho de 20 años. Se declaró en rebeldía en el Borussia Dortmund para fichar por el Barcelona, que pagó por él 105 millones más 40 en variables con el fin de hacer olvidar la marcha de Neymar al PSG.

Fue el fichaje más caro en la historia del club y el segundo del fútbol mundial tras los 222 millones que invirtió el PSG por Neymar. El tiempo dirá si Dembele mereció tan extraordinario desembolso.

El Barcelona juega mañana ante el Espanyol en el Camp Nou y parece que será la ocasión propicia para el debut del jugador con su nueva camiseta. Pero hace falta saber cómo está de forma teniendo en cuenta su atípica pretemporada.

Es difícil pensar en un Dembelé integrado, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Pero un club como el Barcelona no espera, y menos en la situación en la que se encuentra la entidad. Las críticas a sus dirigentes son enormes por la gestión deportiva y muchos hablan de un plantel de inferior calidad al de la pasada temporada. La sombra de Neymar sigue siendo muy alargada. En este sentido, Dembelé le haría un tremendo favor al club si comienza pronto a ofrecer detalles de gran jugador. "Mi objetivo es aprender de los mejores, de Messi, de Suárez, y ganar el máximo número de títulos", declaró en la presentación. Pero el Barcelona necesita de él resultados inmediatos.

En principio, Dembelé ocuparía la posición que dejó vacante Neymar, en la banda izquierda del ataque, aunque para él es una posición más natural que lo era para el brasileño, reubicado en esa zona del campo ante el excedente de delanteros con el que se encontró desde su llegada.

Por supuesto, el juego del francés es diferente al de Neymar. Dembelé no es tan hábil, pero sí más potente y profundo en los desmarques. También es uno de los signos de los tiempos, el de un Barcelona que progresivamente ha ido abandonando su tradicional seña de identidad, el fútbol de toque, para ofrecer más músculo.

"Viene con el cartel de figura mundial porque así lo consideran quienes saben de fútbol y porque el precio pagado por él también lo confirma. Ahora, para que la jugada sea completa, y con la inestimable ayuda que ofrece el hecho de vestir la camiseta blaugrana, es Dembele quien debe acabar el trabajo", aseguró el diario Sport.


Cambió la tranquila Dortmund por la exigente Barcelona. Se conocen sus cualidades futbolísticas y su margen para el progreso, pero ahora hace falta comprobar cómo asume la presión un futbolista con apenas 50 partidos jugados en la élite y siete disputados con su selección. Dembelé necesitaba al Barcelona y ahora el Barcelona lo necesita a él.