Primera
victoria del Madrid de Zinedine Zidane en casa que sigue a siete puntos del
Barcelona, que venció a Las Palmas tras un intento de boicot a la competición
Antonio Blanca
Dijo
Groucho Marx, “estos son mis principios, si no les gustan tengo otros”. Afirmación
totalmente aplicable al Barcelona, después del sainete que se produjo en la
tarde de ayer. El estoico club catalán, bandera del contumaz independentismo,
pensaba en erigirse en héroe de una supuesta jornada histórica, la del 1-O.
Para ello y como conspicua acción, pretendían de modo unilateral suspender el
partido de la séptima jornada de Liga española ante Las Palmas. Bastó ante tal
procaz y vergonzoso dislate, la amenaza de la Real Federación Española de
Fútbol de la pérdida de seis puntos, para que el heroico Barça tragara y
cambiara de ideales, los puntos de la Liga del país que quieren abandonar,
valen más que cualquier ideal de independencia. A esta bajada de calzones, le
prosiguió un comportamiento infantil y maleducado, el oprobio de la RFEF al
catalanismo militante, en prueba de resilencia nacionalista, fue jugar a puerta
cerrada. No importaban los socios, los aficionados venidos de cualquier parte
del mundo, los fans del equipo visitante, que habían viajado en avión al
proceder de Las Palmas. La masa social, la gente, su propia gente, son para
este Barcelona un cero a la izquierda, y desde luego algo inane si no eres de
la propia Cataluña. Un culé de más allá de las fronteras de hasta que pase algo
que lo revierta, Comunidad Autónoma de España, no cuenta, no son nada ni nadie,
aún pagando su cuota de socio o entrada al Camp Nou. La imagen del Barcelona quedó
ayer muy perjudicada, dentro y fuera de España, me pregunto si hoy muchos
aficionados han abierto definitivamente los ojos ante el club que siguen y
apoyan, y ven que para ese equipo no son tenidos en consideración, una absoluta
fruslería.
La
séptima jornada de la Liga acogió, al fin, el primer triunfo casero del Real
Madrid. Tras los empates ante Levante y Valencia y la derrota ante el Betis (resultados
que han minado su candidatura hasta abrir una desventaja de siete puntos con el
líder), el sistema de Zinedine Zidane consiguió imponer sus aciertos a sus
errores frente a un Espanyol que reacción en el segundo acto para refrescar los
fantasmas del Bernabéu. Los de Quique Flores fueron muy inferiores en el primer
tiempo pero sobrevivieron, en parte por la endémica mala puntería madridista.
Cristiano Ronaldo sigue a cero en este torneo. Sin laterales, el técnico galo
decidió colocar al debutante Achraf y a Nacho muy cerca de Asensio e Isco, y
estos últimos, junto a Modric, gobernarían el partido en un primer capítulo de
superioridad merengue en todas las facetas. Aún así, sólo el malagueño
acertaría a batir a Pau López. Pero los catalanes hicieron un doble cambio en
vestuarios y, sobre todo, modificaron su actitud, robaron la posesión al gigante
y obligaron a Navas a actuar para sostener a los suyos. En el peor momento
merengue, Isco sentenció el envite a pase de Asensio, certificando lo bipolar
del rendimiento de los de Concha Espina. Esta vez, el atino goleador superó a
la irregularidad y los puntos no volaron de la capital.
El
duelo en el que el Madrid salvó otro indigesto matchpoint coincidió con una histórica jornada en Barcelona. El
club azulgrana pidió a la RFEF y La Liga suspender su partido ante Las Palmas
como protesta contra la actuación policial en el marco del referéndum
independentista del 1-O. Como recibieron una negativa por respuesta y la
amenaza de una sanción de seis puntos, por incomparecencia y en coherencia con
el reglamento, los culés terminaron por saltar al césped en un Camp Nou vacío
de público. Bartomeu justificó ese escenario fantasmal por lo "excepcional
de lo acontecido". Messi y compañía se vieron contaminados por el silencio
y los canarios, que estrenaban a Ayestarán como entrenador, dominarían la
pelota y las ocasiones en un primer tiempo que puede ser el peor tramo de juego
de los barceloneses en esta Liga. De hecho, Stegen salvó a su equipo y Calleri
se toparía con la madera antes de que Valverde deshiciera su apuesta en el
descanso. Sentó a Aleix Vidal y a Paulinho para incluir a Iniesta y Rakitic y
el Barça resolvió el envite en media hora de sintonía, con Messi como único
elemento desequilibrante (dos goles y una asistencia a Busquets). Finalmente,
los culés completaron el pleno de siete victorias en siete partidos, aunque las
sensaciones, y más hoy, no sean las mejores.
Pero,
sea como fuere, son mejores que las que degusta el Atlético de Madrid. Los
colchoneros visitaban Butarque y sangraron por la herida del Chelsea. Simeone
trató de implementar un cambio táctico hacia los tres centrales (puso a Saúl
como carrilero izquierdo) y sus jugadores compitieron desorientados. Más tarde,
tras sentar a Griezmann y volver al 4-4-2 tampoco llegaría a dominar el
desgobierno sobre el que El Zhar y Szymanowski erigieron a Oblak en el mejor
del partido. El esloveno realizó tres paradas de lujo para que el punto, al
menos, viajara al Wanda (0-0).
Los
colchoneros han cedido ya la segunda plaza. Los han hecho en favor de un
Sevilla que recuperó sensaciones ganando 2-0 al Málaga, en dos minutos y
colocando a Míchel en una situación delicada, y de un Valencia que sigue
creciendo. Los de Marcelino afrontaron este domingo el examen del Athletic y lo
aprobaron por 3-2, con otra actuación coral comprometida e intensa que tumbó a
uno bloque vasco que sigue sin encontrarse. Y más si Ziganda deja en el
banquillo a Aduriz y a Raúl García. Ambos anotaron los goles visitantes en el
segundo tiempo.
La
Real Sociedad y el Betis se homenajearon en Anoeta con un empate a cuatro que
hizo las delicias del aficionado, aunque frenó el progreso de los dos equipos
en sus aspiraciones europeas. El estilo ofensivo y sin amarres de Setién
contagió al de Eusebio para dibujar un partido espectacular que, para su
desgracia, abrió las puertas del avance a un Villarreal que dio la bienvenida a
su nuevo entrenador, Javier Calleja, con una clara victoria ante el Éibar (3-0)
por mor del triplete de Bakambú.
Por
último, en los puestos de descenso y cercanías siguen inmersos Málaga, Las
Palmas, Alavés, Éibar y Girona. Los catalanes reprodujeron el prisma del
partido de San Sebastián y firmaron un empate a tres goles en Balaídos.
Sumaron, por tanto, un punto que vale de poco si se contemplan las victorias
del Deportivo ante el Getafe -con remontada de Lucas Pérez y Andone para salvar
a Pepe Mel- y del que fuera colista vitoriano frente al Levante. Los vascos
inauguraron el mandato de De Biasi asaltando el Ciudad de Valencia con un gran
Munir.