En
Gerona se vio la peor imagen del Madrid de Zidane, sin ganas y apático, solo
Isco tiró de un equipo que no juega absolutamente a nada
Antonio Blanca
La
décima jornada de Liga sacudió al vigente campeón. Los pupilos de Zinedine
Zidane, nueve de ellos titulares en la final de la pasada Liga de Campeones,
hicieron historia al perder en el primer partido que el Real Madrid disputó en
Gerona y en el marco de la competición doméstica por excelencia. Pero, peor que
volver a quedar a ocho puntos del líder culé, más allá del desasosiego que
provoca mirar a la tabla al madridismo, emerge el vacío absoluto de fútbol e
intensidad que evidenció el favorito a ganarlo todo. Los tropiezos que
aplazaron el primer triunfo en el Bernabéu del curso hasta la cuarta tentativa
dejaron de ser avisos este domingo. La autocomplacencia es ya más que un
síntoma en Concha Espina. Esta vez llegaron en ventaja al descanso, gracias a un
contragolpe certero que remató a la red Isco (el único que se salvó de la
debacle en cuanto a actitud), pero la zozobra en todos los aspectos del juego
era ya nítida. Tras pasar por el camarín, lejos de reaccionar empeoraron las
cosas. Los gerundenses arreciaron en su estrategia energética, con la táctica muy
bien estudiada y desplegando una lluvia de centros que desbordó, de manera
continuada, al coloso. Así, en cuatro minutos dieron la vuelta al marcador.
Stuani y Portu (en fuera de juego) son los nombres que subrayaron la
declaración oficial de la crisis en el sistema merengue.
"Estamos preocupados por todo. Hay que
trabajar más", declaró Casemiro al término del resbalón grosero. En
efecto, sin los goles salvadores de Ronaldo (sólo lleva uno en el torneo de la
regularidad) o de Ramos, el Madrid ya no abraza la épica con el sorprendente
exitoso resultado de la pasada temporada. Y las lagunas colectivas con y sin
pelota se desnudan por doquier. Y de ello se aprovecharon en esta fecha
Barcelona y Valencia.
Los
primeros tampoco brillaron en su visita a San Mamés. El Athletic le robó la
pelota a los de Valverde porque, entre otras cosas, el técnico apostó por
Paulinho y André Gomes como acompañantes de Busquets y Rakitic. La baja de
Iniesta se notó sobremanera, pero en el caso de los azulgrana su estrella sí
responde. Messi fue el encargado de decidir el duelo. Con un gol arquetípico en
combinación con Jordi Alba e iniciando la jugada que terminaría en la sentencia
de Paulinho. La Pulga volvió a remarcar su condición de único entre la maraña
catalana y la impotencia de un bloque vasco al que le falta pegada y
resultados. Ziganda no acaba de despegar, con Beñat en el banquillo.
Y
si el puntero demostró que es capaz de ganar sin jugar bien ni de manera
reconocible a su estilo, con Ter Stegen realizando uno de sus mejores partidos
desde que llegó a Can Barça, el equipo dirigido por Marcelino mostró a sus
competidores que su segunda plaza también está cimentada en el oficio. Hubieron
de sacar esta herramienta competitiva, y la capacidad de sufrimiento en la
resistencia y el achique, para ganar en Vitoria. El Alavés, renacido con catenaccio incluido, se lo pondría
difícil, pero Zaza y Rodrigo respondieron al gol de Alexis para alimentar las
aspiraciones de un Valencia que ha ilusionado a su tribuna.
Sensación
diversa es la que arrastra el Atlético de Madrid. El equipo del “Cholo”, que se
sigue dejando puntos, sumó su quinto empate de Liga a pesar de ser mejor que el
Villarreal. Se dibujó en el Wanda un enfrentamiento abierto y los madrileños
dominaron el primer acto con total rigor y ardor. Los automatismos rojiblancos
se refrescaron, para vanagloria de la parroquia. Pero la sequía goleadora les
pasaría factura. Correa, el elemento más iluminado, abriría el marcador y, tras
ellos, los colchoneros volvería a gestionar la ventaja encerrados. Entonces,
Trigueros gobernó y Bacca firmó las tablas en el 81. Sin margen de maniobra,
otra vez pinchó el semifinalista de Champions que está al borde de la
eliminación prematura de dicha competición.
Por
detrás en la tabla navegan Sevilla, Leganés y Betis. Jugando los verdiblancos
este lunes, sólo merecen comentario los rendimientos de hispalenses y pepineros
en este fin de semana. Los de Berizzo se reencontraron con la senda del
triunfo, precisamente frente a los blanquiazules. Lo lograron en un
enfrentamiento muy igualado en el que Ben Yedder, Szymanowski y Sarabia
alternaron sus anotaciones para que los puntos se quedaran en Nervión y la
convicción se repartiera en registros positivos por igual.
La
Real Sociedad sufrió un revés en su intento de aproximación a las plazas de
Europa League. Los donostiarras caerían en Getafe a pesar del gol marcado por
Oyarzabal en el quinto minuto. Los de Eusebio bajarían las revoluciones y los
azulones, necesitados, se aferraron al partido hasta remontarlo. Los cambios
introducidos por Bordalás, sobre todo el de Ángel, resultaron decisivos. El
delantero recién entrado lograría el empate y provocaría el penalti que sería
transformado òr Jorge Molina para dar impulso a los madrileños.
Un
empujón similar es el que arrancó el Málaga en La Rosaleda. La visita del
Celta, irregular, supuso el escenario idóneo para que el escuadrón de Míchel
ganar su primer partido en lo que va de calendario. Su hijo Adrián y Recio, de
penalti y en el minuto 83 regalaron oxígeno al entrenador que se había
compungido cuando Iago Aspas firmó las tablas antes de la recta final. Y,
finalmente, Éibar y Levante se repartieron los puntos en un empate a dos que
dejó buen regusto para los levantinos, a pesar de dejarse igualar un 0-2. Los
armeros, por su parte, han de seguir trabajando para refrendar con victorias la
reacción susurrada en esta jornada.
Esta
noche la décima jornada pone su punto y final con dos partidos, Las
Palmas-Deportivo de la Coruña y el Español-Betis.