Empate
polémico en el derbi de la ciudad condal en la jornada en la que el Atlético a
diferencia del Madrid sigue manteniendo un hilo de vida en la pugna por la Liga
Antonio Blanca
Febrero
trajo, en su primer capítulo liguero, la cara más humana del Barcelona. El
líder, que goza de su plácido colchón, visitaba Cornellá para volver a
enfrentarse al único equipo que le ha ganado desde la Supercopa de España, en
agosto de 2017. Lo hizo aplicando rotaciones. Valverde entendió que el margen
de maniobra en el torneo de la regularidad y la cercanía de la vuelta de las
semifinales coperas en Mestalla invitaban a dejar en el banco y dar respiro a
piezas como Lionel Messi, Rakitic, Sergi Roberto o Jordi Alba. Pues bien, lo
pagaría. El conjunto entrenado por Quique Sánchez Flores consiguió defenderse
con eficacia. Tanto que llegó a desesperar a un gigante azulgrana en el que ni
Coutinho (solo brilló con un lanzamiento a la cruceta) ni Alcácer aprovecharon
la alternativa. Semedo y Digne no aportaron en ataque y sólo Iniesta imaginaba
algo distinto, con Paulinho yaciendo como instrascendente. En consecuencia,
Diego López era un espectador y los 'pericos' creyeron que podían exponerse y
arriesgar algo más para buscar el gol. Sería Gerard Moreno, omnipresente, el
autor del merecido 1-0, anulándose correctamente otro tanto. Pero en ese punto, con la lluvia dificultando el estilo
culé, el Txingurri deshizo su apuesta y dio entrada a Alba, Roberto y Messi. Recuperaría
las bandas y el juego entre líneas ipso facto. Pero le costaría trazar un
asalto definitivo que remontara el desaguisado. Tuvo que ser a balón parado
cuando un centro del genio argentino conectó con la cabeza de Piqué (dejó una
celebración merecedora de sanción por irrespetuosa con la afición del Español) para
las tablas definitivas. Precisamente una escaramuza entre el central y el
delantero y goleador blanquiazul apagaría el pretendido incendio final culé y
remarcaría el reparto de puntos que dejó con sabor agridulce al ardoroso
esfuerzo españolista.
Ese
pinchazo del gobernador del fútbol español dejó una ventana a la esperanza para
Atlético de Madrid y Valencia, segundo y tercero en la tabla. Ambos equipos se
midieron en el Wanda Metropolitano y en un partido de fútbol disfrazado de
ajedrez. Nunca se soltarían los futbolistas de la soga táctica impuesta por sus
técnicos, si bien Simeone quiso llevar más la iniciativa y dañar a los visitantes.
Pero el buen hacer del repliegue en ambos bandos limitaría las llegadas al
extremo. Neto sacó un cabezazo a Diego Costa en el primer acto y los
valencianos acelerarían en la reanudación, ganando ambición pero no fluidez en
su producción de remates. Y cuando se asentaba el cambio de inercia, con una mayor
posesión de los de Marcelino, Correa pescó uno de los pocos pases entre líneas
y descerrajó un derechazo que se coló por la escuadra. Desde ese punto, los
levantinos acumularon tres delanteros y dos extremos para tratar de llegar a la
orilla y salvar un punto, pero sus intentos no complicarían a Oblak. El oficio
de los colchoneros se impuso en una batalla intensa pero carente de creatividad
para recortar dos puntos al primero y distanciarse a nueve de su enemigo
íntimo.
El
Real Madrid volvió a pinchar en la tónica habitual de su penosa campaña. Esta
vez fue en el Ciudad de Valencia. A pesar de haber mejorado en sus prestaciones
en ambas fases del juego durante el primer tiempo, los merengues no pudieron
sostener la concentración y fueron empatados dos veces. El gol de Ramos fue
neutralizado por Boateng antes del descanso y el de Isco (que fue suplente en
favor de la BBC) encontró su enmienda en el fichaje invernal Pazzini, que firmó
las tablas en el 89. Los errores defensivos penalizaron a un esquema de Zidane
mejorado pero tan irregular como de costumbre.
Por
detrás, en los puestos de Europa League,
todavía sobreviven Villarreal y Sevilla. Los dos perderían, si bien unos lo
harían tras un desempeño presentable y los otros serían vapuleados. El submarino
castellonense no pudo competir con garantías al ser bien expulsado Bonera y
tener que jugar durante una hora con uno menos ante la ilusión del Betis. El
canterano Loren firmó dos golazos en su sorprendente rendimiento y un penalti
de Bacca, en el tramo final, sólo serviría para maquillas la derrota.
Por
otro lado, los pupilos de Vincezo Montella, pendientes de las semis de Copa del
Rey, sufrirían un rotundo 5-1 en Ipurúa. Un doblete de Orellana y los goles de
Kike, Ramis y Arbilla sentenciaron, con merecimiento, a los del Pizjuán.
Tales
resbalones han dado alas a aquellos que rondan los puestos continentales. En
ese grupeto destacan Éibar, Celta, Girona, Betis, Getafe y Leganés. Estos dos
últimos se anularían en el primer derbi entre ellos en Primera y en el Coliseum
Alfonso Pérez. Dos remates al poste de los azulones no bastaron para afianzarse
como uno de los equipos sorpresa del campeonato. Ese cartel es propiedad, de
momento, de los gerundenses, que aleccionaron al Athletic con dos goles del
efervescente Stuani. Defenderían Montilivi con todo del mismo modo en que el
Alavés hizo lo propio con Mendizorroza e la visita de los vigueses. Los goles
tempraneros de Alfonso y Munir dejaron si puntos a un Iago Aspas que sumó otra
diana, esta vez inocua, a su mochila.
Así,
el Éibar queda a un punto del Sevilla, que es sexto y ocupa la última plaza de
la Europa League. Celta y Girona permanecen a dos puntos de los de Nervión
mientras que el Betis es décimo, a tres unidades. Pepineros y getafenses
acortaron la distancia y alcanzan a mirar a N´Zonzi y compañía a cuatro puntos.
En
la lucha por el descenso, a falta del importante duelo de este lunes que enfrentará
a Las Palmas y al Málaga (penúltimo y colista, respectivamente), perdió pie un
Deportivo arrasado por la Real Sociedad. Los donostiarras se curaron las
heridas de la marcha de Íñigo Martínez a Lezama con un balsámico 5-0 (goles de
William José, Canales, Elustondo y doblete de Illarramendi). De este modo, los
coruñeses han cesado a su entrenador Cristóbal Parralo y darle las riendas a
Clarence Seedorf, para tratar de cazar al Levante (decimoséptimo, a tres
puntos) y optar a la permanencia. Así, la victoria de los babazorros les
permitió tomar oxígeno y alejarse un poco de la quema.