lunes, 5 de febrero de 2018

EL BARÇA SUFRE PERO NO CAE

Empate polémico en el derbi de la ciudad condal en la jornada en la que el Atlético a diferencia del Madrid sigue manteniendo un hilo de vida en la pugna por la Liga

Antonio Blanca

Febrero trajo, en su primer capítulo liguero, la cara más humana del Barcelona. El líder, que goza de su plácido colchón, visitaba Cornellá para volver a enfrentarse al único equipo que le ha ganado desde la Supercopa de España, en agosto de 2017. Lo hizo aplicando rotaciones. Valverde entendió que el margen de maniobra en el torneo de la regularidad y la cercanía de la vuelta de las semifinales coperas en Mestalla invitaban a dejar en el banco y dar respiro a piezas como Lionel Messi, Rakitic, Sergi Roberto o Jordi Alba. Pues bien, lo pagaría. El conjunto entrenado por Quique Sánchez Flores consiguió defenderse con eficacia. Tanto que llegó a desesperar a un gigante azulgrana en el que ni Coutinho (solo brilló con un lanzamiento a la cruceta) ni Alcácer aprovecharon la alternativa. Semedo y Digne no aportaron en ataque y sólo Iniesta imaginaba algo distinto, con Paulinho yaciendo como instrascendente. En consecuencia, Diego López era un espectador y los 'pericos' creyeron que podían exponerse y arriesgar algo más para buscar el gol. Sería Gerard Moreno, omnipresente, el autor del merecido 1-0, anulándose correctamente otro tanto. Pero en ese punto, con la lluvia dificultando el estilo culé, el Txingurri deshizo su apuesta y dio entrada a Alba, Roberto y Messi. Recuperaría las bandas y el juego entre líneas ipso facto. Pero le costaría trazar un asalto definitivo que remontara el desaguisado. Tuvo que ser a balón parado cuando un centro del genio argentino conectó con la cabeza de Piqué (dejó una celebración merecedora de sanción por irrespetuosa con la afición del Español) para las tablas definitivas. Precisamente una escaramuza entre el central y el delantero y goleador blanquiazul apagaría el pretendido incendio final culé y remarcaría el reparto de puntos que dejó con sabor agridulce al ardoroso esfuerzo españolista.

Ese pinchazo del gobernador del fútbol español dejó una ventana a la esperanza para Atlético de Madrid y Valencia, segundo y tercero en la tabla. Ambos equipos se midieron en el Wanda Metropolitano y en un partido de fútbol disfrazado de ajedrez. Nunca se soltarían los futbolistas de la soga táctica impuesta por sus técnicos, si bien Simeone quiso llevar más la iniciativa y dañar a los visitantes. Pero el buen hacer del repliegue en ambos bandos limitaría las llegadas al extremo. Neto sacó un cabezazo a Diego Costa en el primer acto y los valencianos acelerarían en la reanudación, ganando ambición pero no fluidez en su producción de remates. Y cuando se asentaba el cambio de inercia, con una mayor posesión de los de Marcelino, Correa pescó uno de los pocos pases entre líneas y descerrajó un derechazo que se coló por la escuadra. Desde ese punto, los levantinos acumularon tres delanteros y dos extremos para tratar de llegar a la orilla y salvar un punto, pero sus intentos no complicarían a Oblak. El oficio de los colchoneros se impuso en una batalla intensa pero carente de creatividad para recortar dos puntos al primero y distanciarse a nueve de su enemigo íntimo.

El Real Madrid volvió a pinchar en la tónica habitual de su penosa campaña. Esta vez fue en el Ciudad de Valencia. A pesar de haber mejorado en sus prestaciones en ambas fases del juego durante el primer tiempo, los merengues no pudieron sostener la concentración y fueron empatados dos veces. El gol de Ramos fue neutralizado por Boateng antes del descanso y el de Isco (que fue suplente en favor de la BBC) encontró su enmienda en el fichaje invernal Pazzini, que firmó las tablas en el 89. Los errores defensivos penalizaron a un esquema de Zidane mejorado pero tan irregular como de costumbre.

Por detrás, en los puestos de Europa League, todavía sobreviven Villarreal y Sevilla. Los dos perderían, si bien unos lo harían tras un desempeño presentable y los otros serían vapuleados. El submarino castellonense no pudo competir con garantías al ser bien expulsado Bonera y tener que jugar durante una hora con uno menos ante la ilusión del Betis. El canterano Loren firmó dos golazos en su sorprendente rendimiento y un penalti de Bacca, en el tramo final, sólo serviría para maquillas la derrota.

Por otro lado, los pupilos de Vincezo Montella, pendientes de las semis de Copa del Rey, sufrirían un rotundo 5-1 en Ipurúa. Un doblete de Orellana y los goles de Kike, Ramis y Arbilla sentenciaron, con merecimiento, a los del Pizjuán.

Tales resbalones han dado alas a aquellos que rondan los puestos continentales. En ese grupeto destacan Éibar, Celta, Girona, Betis, Getafe y Leganés. Estos dos últimos se anularían en el primer derbi entre ellos en Primera y en el Coliseum Alfonso Pérez. Dos remates al poste de los azulones no bastaron para afianzarse como uno de los equipos sorpresa del campeonato. Ese cartel es propiedad, de momento, de los gerundenses, que aleccionaron al Athletic con dos goles del efervescente Stuani. Defenderían Montilivi con todo del mismo modo en que el Alavés hizo lo propio con Mendizorroza e la visita de los vigueses. Los goles tempraneros de Alfonso y Munir dejaron si puntos a un Iago Aspas que sumó otra diana, esta vez inocua, a su mochila.

Así, el Éibar queda a un punto del Sevilla, que es sexto y ocupa la última plaza de la Europa League. Celta y Girona permanecen a dos puntos de los de Nervión mientras que el Betis es décimo, a tres unidades. Pepineros y getafenses acortaron la distancia y alcanzan a mirar a N´Zonzi y compañía a cuatro puntos.

En la lucha por el descenso, a falta del importante duelo de este lunes que enfrentará a Las Palmas y al Málaga (penúltimo y colista, respectivamente), perdió pie un Deportivo arrasado por la Real Sociedad. Los donostiarras se curaron las heridas de la marcha de Íñigo Martínez a Lezama con un balsámico 5-0 (goles de William José, Canales, Elustondo y doblete de Illarramendi). De este modo, los coruñeses han cesado a su entrenador Cristóbal Parralo y darle las riendas a Clarence Seedorf, para tratar de cazar al Levante (decimoséptimo, a tres puntos) y optar a la permanencia. Así, la victoria de los babazorros les permitió tomar oxígeno y alejarse un poco de la quema.