jueves, 27 de septiembre de 2018

EL LEGANÉS DESNUDA AL BARÇA

Jordi Grimau

Batacazo del Barcelona en Leganés (2-1), con lo que entra en una dinámica peligrosa y preocupante. El equipo azulgrana es un coladero, defensivamente se desangra y uno de los señalados tras esta derrota en Butarque es Piqué. El central, que también cometió varios despistes y errores en el empate contra el Girona en el Camp Nou, volvió a fallar en el minuto loco del Leganés. A la defensa del Barcelona le cogieron la espalda en los dos goles, con dos acciones en balones largos, pero en el segundo a Piqué se le enredaron las piernas. Cedió el balón para que Óscar Rodríguez culminara una remontada fulminante en 68 segundos. Vermaelen, en el tanto del empate de El Zhar, fue el otro protagonista negativo de una zaga que hace aguas. Al Barça le han marcado siete goles en las seis jornadas de Liga cuando la temporada pasada llevaba encajados siete goles en las 18 primeras jornadas. Un dato demoledor que habla muy mal de la zaga y de la fragilidad de una defensa irreconocible.

Con Messi no vale. Parece más fácil si lo tienes en el campo de inicio para no llevarte un susto, pero el resto del equipo está muy por debajo del nivel que tiene que ofrecer un aspirante al título. El argentino se libró de ir al banquillo en otro día en que Ernesto Valverde apostó por las rotaciones y sentó a dos de los mejores socios del argentino. No fueron titulares ni Jordi Alba ni Luis Suárez. Messi se quedó sin referencias por el costado izquierdo y en la punta de ataque. Vermaelen y Munir tuvieron la oportunidad de empezar de inicio en un Barcelona que no podía ceder después del empate en el Camp Nou ante el Girona. Sin hacer daño por ese largo carril izquierdo que provocan las subidas de Alba, siempre un puñal, y todo lo que provoca Suárez, a Messi le tocó multiplicarse y convirtió cada ataque en una lucha contra todos. De esta forma desequilibró el partido —minuto 12— con una acción en la que consiguió hacer un aclarado a Coutinho. Messi, rodeado de cinco futbolistas del Leganés sin poder quitarle la pelota. Su pase al centro del área lo amortiguó Coutinho y fusiló, con esa facilidad que tiene el brasileño para armar la pierna y pegarle a la pelota con potencia y colocación, al portero Cuéllar.

Messi fue una obsesión para el Leganés. El partido tuvo fases broncas con el marcaje férreo y las quejas del argentino por la reiteración de las faltas. Hasta que el árbitro, Unidiano Mallenco, decidió avisar con una tarjeta amarilla a Rubén Pérez por una entrada a Leo por detrás. No había manera de frenar los giros y arrancadas de un Messi que tiró del equipo en la construcción y aceleración. Al descanso, el partido parecía controlado por el equipo culé. Pero el inicio de la segunda parte fue una pesadilla para los de Valverde.

Si Messi puso el desconcierto y Coutinho la definición, atrás volvió a aparecer Ter Stegen que, como en Anoeta, mostró que es decisivo cuando el equipo tiene apuros. El portero alemán salvó las pocas ocasiones claras del Leganés. Esta es la gran asignatura de Valverde. Conseguir que al Barcelona le hagan menos ocasiones, ser un conjunto más compacto y sólido.

Si Ter Stegen estuvo bien, el que ofreció una resistencia soberbia fue Cuéllar, con dos paradones en el minuto 80. El Barcelona buscó la remontada con más épica que juego y metió en el campo a Luis Suárez, Jordi Alba y Malcom. El Barcelona ha perdido cuatro puntos en las dos últimas jornadas. Para el Leganés, es un resultado histórico. Para el Barcelona, una debacle. Para Piqué, un palo importante porque está lejos de su mejor versión.

ENCEFALOGRAMA DESCENDENTE

Noche de ensueño del Sevilla ante el Real Madrid que vapuleó por 3-0 con un verdadero recital de jugar al contragolpe

Antonio Blanca

El resbalón del Barcelona en Leganés sorprendió al Real Madrid en el verde del Sánchez Pizjuán. Con el calentamiento hecho de cara a su enfrentamiento ante el Sevilla, los jugadores capitalinos comprendieron que estaba en su mano acceder al liderato de La Liga. Quizá, se relajaron. Al menos, esa es la conjetura que sobrevendría como consecuencia de la puesta en escena durante la media hora inicial. Porque en ese trecho los andaluces volaron mientras que los visitantes querían anestesiar un tempo del que no dispusieron el timón.

Pablo Machín se la jugó en su planteamiento y le salió redondo. Ante la baja de sus dos mediocentros defensivos, salió con un 3-5-2 en el que Banega ejercía como ancla única. Con Navas y Arana en los carriles, Vázquez y Sarabia como interiores y Ben Yedder y Andre Silva en punta, los locales dispusieron una apuesta ofensiva, arriesgada y valiente. Porque confiaron en su capacidad defensiva y compromiso colectivo para amortiguar la amenaza a la contra de los merengues. Y esa maniobra estratégica les entregaría los tres puntos a las primeras de cambio.

Julen Lopetegui reprodujo su idea de posesión, recuperando a Marcelo, Kroos y Bale como titulares. Asensio y Benzema ejercerían como delanteros en un 4-3-3 que fue deglutido por la hiperactividad ajena. El regreso a la nómina de piezas característica -salvo la entrada de Nacho por Carvajal- sólo sirvió al preparador vasco para comprender la dimensión del envés de su colorido libreto si la intensidad y la concentración no abonan el terreno. Ante el Sevilla, que venía de meter 6 goles al Levante, su plan quedaría arrasado con estrépito.

A pesar de la ausencia de presión a cancha completa sevillana, los madridistas pretendieron sobrevivir con una circulación pausada, perenne y anestésica al vendaval. Por ende, sucumbieron. Tardarían 10 minutos en enlazar más de cinco pases y su tiro inaugural se registró en el 23, cuando Bale despertó y se sacó una acción individual en la que sentó a tres rivales y sacó un zurdazo que se estrelló en la madera. Hasta ese pico el bloqueo táctico ejecutado por los andaluces apagó el juego entre líneas y al hueco de los favoritos. Además, amortizó el agujero que se desnudó en la banda de Marcelo. Por flagrante inapetencia defensiva del carioca y la falta de ayuda de Asensio.

Treinta segundos demoró el hambriento escuadrón de Nervión en perforar por ese perfil. Sarabia abrió al espacio para sacar de sitio a un Varane dormido. Andre Silva se coló y, sin ángulo, chutó para el despeje precoz de Courtois. El arquero belga participaría también en la falta frontal lanzada por Banega que confluyó en un centro de Sergi Gómez y el testarazo a los guantes de Ben Yedder. Nada pudo hacer al cuarto de hora, cuando Navas ganó a Marcelo y puso un centro punzante que sacó bajo palos Nacho. Tampoco actuaría el mejor portero del Mundial ante el disparo a las nubes de Ben Yedder, en un córner defendido sin tensión por el gigante. Este último punto retrataría su desplome hacia el abismo.

No obstante, segundos después una pérdida injustificable del lateral zurdo dejó a Varane y Ramos contra tres atacantes. El colmillo afilado por Machín para tutear al campeón de Eurpa comenzó a hacer caja con el desborde de Navas y asistencia para que Andre Silva, sin marca, batiera a Courtois. Redundaría la distancia de concentración de manera oscena: un saque de esquina botado por Kroos generó un rechace que Navas tradujo en contragolpe fulgurante. Trazó una pared larga con Ben Yedder que le dejó en mano a mano con el meta belga (Marcelo quedó a decenas de metros del ex del City en la cobertura del despeje previo). Su derechazo fue repelido por el arquero, pero Silva surgió para embocar el 2-0.

El justificado alborozo de la tribuna pintó a Banega como plácido maestro de ceremonias. La verticalidad y fluidez que emanaba se transformaba en un ritmo combinativo mucho mayor que el contrincante. La fase defensiva merengue se inundó de dudas, y el esquema quedó partido ante la descoordinada presión. Un par de lanzamientos de Kroos -uno por encima del travesaño, a pase de Marcelo, y el otro desatinado, desde media distancia- constituyeron el intento de desperezarse de una medular anulada. Mas, lo que se subrayó fue la impotencia para conectar con a mediapunta y ganar superioridades exteriores. El Sevilla, inteligente, tumbaría del todo a los de Concha Espina antes del descanso.

Abrió boca una recuperación adelantada (fallo de Kroos) que lanzó Sarabia y remató al larguero el 'Mudo' Vázquez. En el 40 volvería a golpear a Lopetegui el fantasma de la complacencia. Banega botó un córner despejado por la zaga. La redonda quedó dividida y Vázquez le ganó el cuerpeo a un Marcelo lento. El cuero dibujó una parábola que recepcionó Ben Yedder. El francés enchufó una volea que inscribió el 3-0. En el 43, Sergi Gómez perdonó en el saque de una falta lateral del imperial Banega. El respigo postrero madridista no restaría oscuridad a la afrenta padecida porque Bale remató fuera, sin meta en el arco, un balón suelto en el área que propició la pizarra.

Más del 60% de posesión estableció el Madrid en un primer acto en el que no pasó del rol de sujeto pasivo. Su iniciativa no gozó de coherencia sin pelota y quedó en nada. No trabajaron los peones de Lopetegui para que su calidad fracturara el riesgo asumido por Machín. En la reanudación movió el vasco a sus piezas, sin sustituir a nadie. Imaginó una zaga de tres centrales (retrasando a Casemiro), para empatar la predominancia numérica sevillista en el ecuador del terreno, con Marcelo y Nacho devenidos en extremos. Un volantazo que no bastaría para arrancar un punto ni maquillar el paseo por el precipicio de su ideología.

Intercambiarían disparos inocuos Bale y Andre Silva antes de la cesión de metros local y la ganancia de confianza ofensiva madridista. Un gol anulado a Modric (buena actuación del VAR), un punterazo del croata que desvió Vaclik y una chilena fuera de tino de Ramos se amontonaron en tres minutos. Respondieron los sevillanos con un latigazo de Sarabia (vuelo de Courtois) y el despeje, in extremis, de Bale, para evitar el cuarto. Tras este fogonazo de fútbol alegre Lucas Vázquez y Mariano entraron por Nacho y Benzema. La latente fragilidad del cierre visitante no soltaría su esencia y el paisaje espectacular sería bordado por la carrera del galés que sacó Vaclik con una reacción de reflejos.

Se quemarían los minutos hacia el desenlace con la contemporización andaluza y la desesperación de un Madrid reducido a pesadilla a días del derbi colchonero. Participarían Promes, Ceballos, Nolito y Roque Mesa por Ben Yedder (enrachado), Modric (rotado), Arana (lesionado) y Banega (brillante y con espacios, a pesar de jugar sólo en el mediocentro). Y Mariano y Bale alternarían probaturas sin dirección a portería al tiempo que Marcelo se lesionaba. Con 10 jugadores, los de Chamartín sollozarían por el pitido final, con Vázquez rozando el 4-0. La noche se desataría con euforía para unos y resignación preocupante para los otros.

martes, 25 de septiembre de 2018

MODRIC HACE JUSTICIA

Aránzazu Gálvez

Emocionaron especialmente los aplausos dirigidos a Luka Modric, porque es difícil enamorarse de un mortal, cuando tu mundo lo dominan dos criaturas procedentes de la Luna que todavía presiden la mesa de cuerpo presente. Y también, porque los realmente buenos escasean. La belleza de Modric proviene de sus silencios; de su voluntad constante por construir una obra a partir de la nada. Alguno ha demostrado que tiene mucho que callar, que le debe una lección importante a sus hijos: saber perder nos hace mejores, nos hace humanos. Nos engrandece. Ya lo dijo Rafa Nadal, el mejor de los nuestros, el día después de proclamarse campeón del US Open el pasado año: “Ser buena gente vale más que cualquier título”.

Todavía recuerdo, con claridad inusual, aquel partido de la Supercopa de España de finales de verano de 2012 contra el Barcelona. Esa media melena rubia mecida por las penúltimas brisas estivales saltaba al césped del Santiago Bernabéu en el minuto 83 reemplazando a Mesut Özil, para cambiar el la existencia del Real Madrid. Luka Modric revivió el centro del campo de un equipo que pedía clemencia al enemigo. Un Madrid descompuesto encontró a su pequeño guía espiritual.

Su exterior empezaba a pulirse digno y pulcro. Luka nunca se rindió ni se resignó, porque empezó a temerse que, tarde o temprano, los buenos siempre ganan. Luka ordenó un caos autoritario, escaso de valores y de visiones. El croata dio forma a una nueva era que todavía a esta hora no somos capaces de asumir. De hecho, tardaremos años en hacerlo y nos acordaremos de él cuando la oscuridad se cierna sobre nosotros.

A partir de ahora, este tipo de premios habría de ser justos o desaparecer. Pero claro, también se quieren muchas cosas para este mundo que se antojan complicadas por no decir imposibles. No se puede pedir equidad cuando entra en juego tanta subjetividad, es cierto, pero hay cosas que rayan el mal gusto. El premio Puskas a Salah es un gesto entrañable, pero Bale debe de estar jurando en arameo.

Lo que se ha reconocido con el premio The Best, es que Modric convierte el fútbol en algo literario, artístico, teatral. No solo este año, sino todos los anteriores en los que los goles han cegado nuestra razón. Sus clases no son puntuales, son una costumbre. Creo que lo he repetido hasta la saciedad, no recuerdo un mal partido de ese caballero hijo de Zadar. Se ha hecho justicia con un hombre que dignifica su profesión. Espero que todos estemos de acuerdo, o al menos, de buen humor. Estoy convencida de que ese sería el mejor regalo para Luka, el mejor de los buenos.

lunes, 24 de septiembre de 2018

CONTINÚA LA GUERRA

Jaime Trevijano

Como el perro y el gato, Luis Rubiales y Javier Tebas buscan lugares en los que seguir su pelea personal. Los presidentes de la RFEF y La Liga han demostrado en los últimos meses, desde que el primero llegó a su cargo actual, que no se iban a ahorrar ni una frase, ni un ataque. Si la cosa es a cuenta del partido en Miami, adelante; si lo que tocan son los horarios de la Liga, más madera. Y así con todo.

Este domingo, caluroso en exceso para lo que se acostumbra en septiembre, ha habido algún golpe de calor en el partido que se disputaba en Valencia al mediodía entre el Levante y el Sevilla. Rubiales calificaba de "vergüenza" e "inadmisible" que se disputase el evento a más de 30º. Además amenazaba con recuperar la competencia en la materia de horarios.

Decía Rubiales: “Si @LaLiga mantiene horarios disparatados, recuperaremos la competencia para 19/20. VERGÜENZA para AFICIONADOS y GENTE del FÚTBOL. A más de 30º no se puede jugar a determinadas horas. Golpes de calor por decenas.
INADMISIBLE. En la @rfef estamos hartos#RespetemosElFutbol”

Respondía en el mismo medio (Twitter) Javier Tebas: “Amigo @LuisRubiales  mucha demagogia, hoy en #AragonGP 32° y 114.000 personas al sol disfrutando de las carreras, sin quejas.Por cierto este agosto torneo de niños Evergrande/RFEFen Las Rozas 36°. No se puede recuperar lo que no es de uno”.

Ese "amigo" del principio es todo lo irónico que puede llegar a ser. Tebas estaba en el motociclismo, algo curioso porque pocos le recuerdan yendo al fútbol, que no deja de ser el territorio en el que se mueve normalmente. Recordó un torneo celebrado en las instalaciones de la Ciudad del Fútbol en días bastante más cálidos de los que se están dando este fin de semana.

Los dos, posteriormente, se pusieron en los micrófonos de la COPE. No juntos, evitan el contacto, pero sí intentando desarrollar sus respectivos discursos, que no son más que una escena de una película mucho mayor. De hecho, la reclamación de Rubiales se refiere a los horarios y él asegura que es algo que le compete a él, o le puede volver a competer, pues actualmente está transferido. "Tenemos las competencias en los horarios en 1ª y 2ª que están transferidas y las queremos recuperar. Y que en 2ªB y 3ª pase lo mismo". "Que se mire por el dinero pero sin poner en riesgo la salud", explicaba el presidente federativo. "Cuando se supere una temperatura, tendrán que retrasarse los horarios. 30ºC a las 20.00 de la tarde no son 30ºC a las 16.00 de la tarde", abundaba el mandatario.

En el mismo lugar, unos minutos después, respondía Tebas. "Ya dijimos que si no nos ponemos de acuerdo, que parece ser que no nos vamos a poner de acuerdo, es un tema competencial, los horarios, no por el calor. Que resuelvan los tribunales quién es el competente con el tema", señalaba Tebas. "Nosotros consideramos que desde la Ley del Deporte es el organizador de la competición el que tiene el tema de los horarios, ratificado en 2015, pero si la federación considera lo contrario, habrá que discutirlo y llevarlo a los órganos que correspondan".

En este sentido, Tebas está convencido de que no le van a quitar ese punto, que es clave en la estrategia televisiva de la liga. También apuntó que se ha reunido en ocasiones con el secretario general de la RFEF y el jefe de la asesoría jurídica y han discutido estos temas, apuntando a que hay cierta demagogia en las palabras de Rubiales, que sabe en qué punto están esas conversaciones.

Tebas, además, le dejó un recado a Rubiales en la grupa de la FIFA. "Con el protocolo de FIFA del Mundial se han jugado partidos a 36 y 37 grados, por qué si lo que puede hacer la FIFA, ahora que tanto nos gusta la FIFA, no copiamos el protocolo. Si hay las medidas adecuadas pertinentes no hay ningún problema para la salud de nadie". Lo dice porque esta misma semana la RFEF ha rechazado su plan para hacer un partido en Miami excusándose, precisamente, en la opinión de Infantino.

EL BARÇA PINCHA Y CULPA AL VAR

Jordi Grimau

El Barcelona se dejó los dos primeros puntos de la temporada al ceder un empate frente al Gerona (2-2) en un partido marcado por la 'expulsión de VAR' del defensa francés Clement Lenglet a los 35 minutos. Con este resultado, los azulgranas mantienen el liderato de la división de honor, pero vuelven a estar acompañados en puntos del Real Madrid. Ambos se sitúan con 13 puntos tras ganas cuatro partidos y empatar uno de los cinco disputados.

Hasta el momento de la expulsión a través del vídeo, y pese a la osadía del conjunto de Eusebio Sacristán, el equipo azulgrana mandaba merced a una diana del argentino Leo Messi a pase del chileno Arturo Vidal y, en general, parecía tener bastante controlado el encuentro, con acercamientos peligrosos y alguna parada de merito del portero Bono, como en la que sacó con la punta de los dedos un disparo casi letal de Messi.

Pero en esta placidez, corría el minuto 35 cuando el colegiado extremeño Jesús Gil Manzano decretó una falta de Pere Pons sobre Lenglet. Sin embargo, recibió el aviso del VAR, fue a revisar el vídeo y entendió que el defensa francés había propinado un codazo en la cara del jugador visitante y le mostró la roja. A partir de ahí, el duelo catalán cambió. Un par de dianas del uruguayo Christian Stuani, una justo antes del descanso y otra al inicio del segundo periodo, encendieron las alarmas en el Camp Nou.

El Gerona, no obstante, no pudo contener la ofensiva del conjunto barcelonista, que pese a su inferioridad se lanzó al ataque y por medio de Gerard Piqué consiguió aprovechar una indecisión de la zaga rojiblanca. Pese a que quedaba media hora por delante, Messi y compañía ya no tuvieron la precisión necesaria para amarrar el choque.

Este resultado mantiene al Barcelona en cabeza de la tabla de La Liga Santander, aunque ahora empatado con el Real Madrid, que el sábado venció con muchos apuros al Espanyol (1-0), mientras que es tercero el sorprendente Alavés a tres puntos.

ASENSIO SALVA LOS MUEBLES

El Madrid se dejó ir en la segunda parte y un muy buen Español estuvo a punto de sacar un punto del Santiago Bernabéu

Antonio Blanca

El Real Madrid volvió al Santiago Bernabéu después de haber fascinado con su fútbol en Liga de Campeones. Su exhibición contra la Roma bien podrían generar un crecimiento en la convicción de los jugadores para con el plan del entrenador, pero, a su vez, contenía el riesgo de la complacencia.

Los catalanes viajaron a la capital en puestos europeos, evidenciando ya lo compacto de su planteamiento. Conceder pocos goles y amortizan al máximo los anotados. Rubí no contó de salida con Sergio García ni Baptistao, pero introdujo a Marc Roca, Darder y Granero con el fin de pelear la posesión al gigante. Piatti, Hernán Pérez y Borja Iglesias buscarían las cosquillas a la zaga local. Este pegajoso sistema comenzó valiente, desafiando al tú a tú al vigente campeón de Europa.

Adelantaron líneas y presionaron los dos bloques. Ambos no escatimarían en gallardía para tratar de sacar la pelota jugada a pesar de la ambiciosa oposición ajena, generando un juego en medio del campo que tardaría en soltarse. En los primeros diez minutos sólo se registrarían dos llegadas, en consecuencia. Un robo de Casemiro a Granero, que activó una transición que confluyó en el centro de Odriozola y el remate tímido de Isco a las manos de Diego López, que fue respondido, casi de inmediato, por el vuelo 'perico' que embocó Piatti en el despeje de Sergio Ramos.

Con el paso del tiempo, el devenir tendería a la pronosticada ocupación de espacios. La pelota se convirtió en jurisdicción del control horizontal merengue y la verticalidad se tornó en la herramienta de un Espanyol que replegaba y ya sólo presionaba de manera selectiva. Aplicaría intensidad la nómina de mediocampistas y delanteros barceloneses para taponar los pasillos entre líneas y las superioridades en banda que proponía el libreto de Lopetegui. Aún así, Piatti gozó de la mejor oportunidad tras un error de Varane. Hernán tomó el cuero y cedió para el zurdazo del argentino que lamió el poste de Courtois. El aviso lanzado resultó contundente: si el favorito desconectaba en fase defensiva y en la atención al equilibrio táctico se le indigestaría la noche.

Odriozola acumularía centros inocuos al área. La telaraña diseñada por Rubí, que cortaba con faltas estratégicas cada conducción que amenazaba como desajuste, incomodó mucho a un Madrid que luchaba por eludir la densidad y la guerra de guerrillas propuesta. Modric, Ceballos, Asensio e Isco no se asociaban por el centro y Diego López no padecería una tormenta, ni mucho menos. Los creativos madridistas verían examinada su paciencia. Frente al compromiso defensivo de todos los peones visitantes, los locales mantuvieron su presión a campo completo. Y Ceballos emitió síntomas de crecimiento en el papel de gobernador incipiente.

Un lanzamiento desde larga distancia y muy alejado de arco de Vila atravesó la media hora de reducción de espacios y disparos por mor del tacticismo. El cabezazo picado y pegado a la madera de Casemiro, en un córner, recordó a los de Concha Espina el magnetismo del balón parado para desatascar el entuerto en el que se descubría ejecutando ataques de balonmano. Y en el 36 Hernán se encontró con un mano a mano con Ramos, sentó al andaluz y se topó en los guantes de Courtois. Una nueva advertencia catalana a un dibujo dominador sin, siquiera, acercarse a la posiblidad de morder. La alineación del Madrid, precabida ante lo venidero -partidos ante Sevilla y Atlético en la semana próxima-, granjeó el monopolio de la redonda. Nada más. Y esa falta de veneno y verticalidad dio seguridad y alas al astuto Espanyol.

A la reanudación se arribaría con el tempo combinativo local anestesiado; con Ramos, Casemiro y Varane expuestos tras cada pérdida propia; y con la energía remitiendo y conllevando que la presión no llegara a tiempo, para la creciente placidez visitante. Y, a pesar de todo esto, con el 1-0. En una acción salicada de rechaces, Modric engatilló un derechazo desde la frontal que le cayó, tras ser repelido por un zaguero, a la zurda de Asensio. El balear lanzó, desde el pico del área, un golpeo raso, ajustado e inapelable al segundo palo. La calidad rescató de la apariencia plomiza a la identidad buscada por el exseleccionador nacional. Isco y Nacho rondarían a Diego López para clausurar el comprimido primer acto.

Una asociación certera y fluida entre Isco, Ceballos y Modric, con disparo final del croata y despeje de Diego López, inauguró el segundo tiempo. El derechazo peligroso y angulado del malagueño, a continuación, afianzó lo que parecía un acelerón en las revoluciones del Madrid. Por ende, el esquema de Rubi retrasó filas y fue constreñido a capear el temporal desde la cueva, con el contragolpe ansiado cada vez más lejos. El preparador 'perico' reaccionó sacando a Darder y a Piatti para dar entrada a Baptistao y al pulmón Víctor Sánchez. Lopetegui resolvió intentar propulsar la inercia sobrevenida añadiendo picante y restando elaboración, saltaron al verde Mariano y Lucas Vázquez, y descansaron Benzema y Ceballos.

Con ese matiz en la morfología del dibujo el conjunto local apostaba por el desborde, la resolución ofensiva del duelo y el ataque de los espacios que el Espanyol tendría que dejar si quería buscar el empate. Mas, antes de que se materializara (o no) ese plan, Borja Iglesias superó a Courtois y se estrelló en el travesaño después de penalizar la relajación defensiva -en este particular caso de Ramos-. El susto heló a la tribuna y despertó a la ambición catalana. Roca remataría al cuerpo del arquero belga, redondenado el respingo visiante. Sergio García entró, entonces, para quemar las naves del todo. No le había salido la cesión de la posesión y el centro del campo al técnico madridista.

Los 20 minutos postreros realzaron la influencia del calor y la falta de fuelle. Modric e Isco se desperezarían, fabricando el cabezazo de Ramos que Diego López envió a córner con una estirada de foto, y su equipo reclamó las riendas del envite para facturar el triunfo desde el control. Pero, al no sostenerse en el tiempo ese repunte de intensidad el desenlace no escaparía a la incertidumbre. Los 'pericos' amenazaron a la contra (Baptistao falló un centro claro en un tres para dos) y a balón parado.

En el 81 se había fracturado el proyecto táctico, con los esquemas partidos y el ida y vuelto desplegado. El entrenador local deshizo su viraje previo y colocó a Marcos Lorente como doble pivote, al lado de Casemiro. Un volantazo defensivo que no evitaría el intercambio de golpes resbaladizo. Asensio, Baptistao, Lucas Vázquez, Llorente y Víctor Sánchez lo probarían mientras que la impotencia atacante forzaba a languidecer a un Espanyol que fue capaz de tener al segundo clasificado en vilo hasta el pitido final. Le valdría el despliegue descuidado al coloso para sellar otra victoria.

viernes, 21 de septiembre de 2018

RUBIALES GOLPEA A TEBAS

Carlos de Blas

La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) impedirá que el partido entre Girona y Barcelona, perteneciente a la jornada 21 de la Liga Santander, se dispute en Miami el 27 de enero "no autorizando" su celebración fuera de las fronteras nacionales para no adulterar la competición.

La RFEF ha asegurado que "las posibilidades de que se juegue el Girona-Barcelona en Miami son del 0,0%" y que este viernes, a primera hora, enviarán una carta al presidente de La Liga, Javier Tebas, para que se dé por enterado de la postura adoptada por el ente que preside Luis Rubiales.

En esa misiva, la RFEF explica que ni UEFA, ni FIFA son partidarias de esta idea, que el Gobierno español "no lo ve con buenos ojos" y que el sindicato de futbolistas AFE también ha mostrado "una postura contraria". Además, esta misma carta será enviada a los organismos internacionales del fútbol para poner en conocimiento la posibilidad de que un partido de la Liga española se dispute en EEUU.

Tebas, que recibió la noticia esta misma noche, aseguró que "eso no son argumentos" al conocer el contenido de la presunta carta. "Eso no son argumentos: la UEFA no se ha manifestado públicamente, la FIFA no tiene potestad y con AFE estamos negociando", dijo en declaraciones a la misma emisora.

El derbi catalán entre culés y gerundenses de la segunda vuelta sería el primer partido del campeonato nacional en celebrase fuera de las fronteras españolas. Una circunstancia que no ha gustado, por ejemplo, al entrenador del Real Madrid, Julen Lopetegui. "Todos los equipos deben jugar en los mismos campos", dijo hace una semana en rueda de prensa.

Quién también se ha manifestado al respecto fue Jordi Alba, uno de los afectados en su condición de jugador del Barça. "Es una decisión que tiene que tomar el club, pero de momento no nos han comunicado nada. Por lo menos, no a mí", dijo el lateral blaugrana.

jueves, 20 de septiembre de 2018

EL MADRID DELEITA

Brillantísimo partido del cuadro de Julen Lopetegui en su estreno en Champions League

Antonio Blanca

El Real Madrid, dominador de las tres últimas ediciones de la Copa de Europa, inició un nuevo camino a la historia con una exhibición de fuerza en su mejor encuentro con Lopetegui, con un fútbol coral que atropelló a un semifinalista de la pasada edición, la Roma, tumbado por Isco, Bale y Mariano amen de un Modric sencillamente excelso.

Su primer examen no era sencillo. La Roma, que llegó a semis el año pasado, está ahora en la búsqueda de un estilo propio, añorando las figuras de Nainggolan y Strootman en su centro del campo, donde tampoco ayudó la baja de Pastore. Le quemó el balón y no encontró salida nunca a la presión madridista. Modric adelantó unos metros y al unísono se movieron las líneas para recuperar balón en terreno contrario y generar peligro continuo.

Hasta dieciséis remates madridistas precedieron al primer gol. Cuando Olsen se erigía como el héroe de la noche y clavado sobre el césped, seguía con la mirada el toque de magia de Isco de falta. Suave para caer muerto a la red tras superar la barrera y hacer justicia en el último suspiro del primer acto.

Lopetegui devolvió la portería a Keylor Navas y el debate se incendió por su firmeza. El castigo a un portero que este año no ha fallado habría sido excesivo en caso de quedarse solo con la Copa del Rey tras ceder el testigo a Courtois en Liga. Campeón de las tres últimas Champions disfrutó de una gran noche, la primera en la que Marco Asensio comenzó en el banquillo. No entran todos e Isco tras dos suplencias consecutivas, llamaba a la puerta.

Un Real Madrid comprometido, unido en el esfuerzo, trabajado tácticamente con retoque de Julen para dar al fin libertad a Isco, dejándole disfrutar por el centro, a costa de renunciar a su tridente.

Jugar con dos arriba dio mayor libertad a Modric para inventar, dejó solo a Isco en un mano a mano que salvó con manopla abajo Olsen, a Kroos para probar suerte con continuos disparos desde la frontal y Bale tuvo espacios para correr y soltar disparos peligrosos. Ramos se sumaba siempre peligroso en sus remates a balón parado. Los laterales Marcelo y Carvajal acariciando el gol. El recital de ocasiones llegaba por todos los flancos, hasta 10 disparos en menos de media hora.

Se mantuvo en pie lo que pudo el conjunto italiano, que cuando llegó a área rival se topó con Keylor. Nzonzi era el primero en probar la seguridad de un portero que no bajará los brazos. Arrancaba el segundo acto con un paradón a zurdazo de Under cuando el Roma adelantó metros y comprobó los registros que maneja el nuevo Real Madrid.

Tan cómodo con el balón como al contragolpe, la sentencia llegó con espacios que devora Bale en una acción que lo define a la perfección. Había perdona la primera contra, el travesaño evitaba su tanto en otra ocasión y a la tercera, tras mostrar su velocidad punta, definió pegado al poste imparable para Olsen.

El madridismo se divirtió tanto como sus jugadores sin que un solo espectador se acordase del rey destronado. Pedía el Balón de Oro desde la grada para Modric, despedía en pie a Benzema y Bale, de silbados hace meses a admirados, se asombraba ante gestos de Isco y Asensio y recibía con honores a Mariano en su estreno.

Mientras, Keylor seguía a lo suyo con tres paradas más que frenaban cualquier atisbo de reacción italiana y Olsen se lucía ante Kroos y evitando el tanto de la noche. Asensio dejaba una ruleta en área chica y tocaba con delicadeza el balón buscando el broche que puso Mariano mostrando su hambre de éxito, con rosca a la escuadra, en una noche de esperanza renovada para el campeón.

martes, 18 de septiembre de 2018

COMIENZA LA LIGA DE CAMPEONES

Aránzazu Gálvez

La espera ha llegado a su fin. La fase final de la Champions League comienza este martes, fecha en que echa a andar la competición por la que sueñan todos los clubes, futbolistas y aficionados europeos. El trofeo de equipos más prestigioso del mundo lo hace tras un verano que podría haber cambiado el equilibrio de fuerzas entre aspirantes, con cambios y un botín nada desdeñable de más de 1.950 millones de euros.

La marcha de Cristiano Ronaldo y Zinedine Zidane hacen que, este año, el Real Madrid tenga una porción menor de favoritismo, aunque no deja de partir como el rival a batir. El rendimiento del equipo de Julen Lopetegui es todo un misterio, pero la transformación de la escuadra en una más colaborativa, más coral, será su arma para retomar la defensa de un título que parece hecho para ella.

En España, el Real Madrid tendrá dos serios rivales para pelearle 'La Orejona'. El Barcelona, en otro año de cambios (el primero sin Andrés Iniesta) y el Atlético de Madrid (que tiene el excitante aliciente de alojar la final en su campo) aparecen entre los candidatos más fuertes, pero no serán los únicos. Con Leo Messi y Antoine Griezmann liderando sus proyectos, los otros dos 'grandes' españoles, retocados en el mercado veraniego, desean reponerse de sus fracasos (especialmente, el rojiblanco) en la anterior edición.

La Juventus es una inevitable aspirante. La entidad de Turín ha fichado a Cristiano Ronaldo con el objetivo evidente de llevarse, 22 años después, el gato al agua. La inversión en el luso, punta de lanza de un proyecto de más de 210 millones de euros, les eleva como uno de los equipos a batir.

Junto a los italianos, el Manchester City y el PSG, por plantilla y poderío económico, son los siguientes de la lista. Ambos tienen la obligación de reponerse de sus tempranas eliminaciones en la pasada edición y presentan planteles más que suficientes para pelear por el título. La de los dos gigantes económicos es una lucha contra el infortunio y la presión que supone su capacidad de gasto, sus fichajes, su dominio en la competición nacional y su tendencia a naufragar en Europa. Mientras que los ingleses tienen a uno de los genios de los banquillos (Pep Guardiola), los galos, ahora con Thomas Tuchel, poseen a uno de los maestros del balón (Neymar) y una de las promesas del fútbol mundial (Kylian Mbappé). Mimbres más que suficientes para ser favoritos.

Liverpool y Bayern de Múnich completan el abanico de candidatos. El de los 'reds' ya no es un papel secundario: el equipo de Jürgen Klopp se ganó, con su pasada temporada y el prometedor inicio de la actual, el derecho a estar entre los grandes. Salah, su buen verano en el mercado (llegaron Alisson, Fabinho, Keïta, Shaqiri...) y la conformación de un bloque cada vez más sólido y letal arriba (atención especial al tridente Salah-Mané-Firmino) le hacen un durísimo rival. En Múnich, más de lo mismo, que no es poco: la tendencia de los alemanes a ser un eterno y digno aspirante se repite un año más, esta vez bajo la batuta de Niko Kovac. El verano no le ha traído demasiadas novedades, pero en Baviera hay continuidad y fiabilidad, suficiente para un equipo siempre competitivo y con armas más que aptas tanto en ataque como en defensa. Los Lewandowski, Müller, James, Thiago, Hummels y compañía siempre cumplen.

Esta edición es una edición de cambios. La UEFA aprobó hace unos meses las novedades que, a partir del curso 18/19, dan un nuevo toque a la competición. El más significativo, para los clubes, es el del botín de premios. En un aumento histórico, la organización dará hasta 1.950 millones de euros a los participantes, un 54% más. En este reparto influirán ahora más variables, como la del coeficiente que tendrá en cuenta el rendimiento de los equipos durante los últimos diez años.

Los horarios también serán distintos (aquí puede acceder al calendario completo). En un cambio que afecta a los aficionados y a las televisiones, los partidos se disputarán en dos franjas: 18.55 o 21.00 horas, en lugar de la tradicional de las 20.45 .Este año, no habrá partido en abierto y el torneo se verá a través de Movistar+, Orange y Jazztel.

En lo referente al césped, varias normas han sido modificadas. Se ha reducido el cupo de equipos que pasan mediante la previa (hasta 26 se clasifican de manera directa, solo seis lo hacen de esa manera), se permitirá el cuarto cambio en las prórrogas, se amplían las convocatorias a 23 jugadores y también se da luz verde a la inscripción libre de jugadores que se hayan inscrito en un primer momento con otro participante. Queda para otra temporada (o para fases venideras de la presente) la introducción del VAR. La Champions, que introdujo en la final 15/16 la tecnología de gol, tiene aún pendiente el videoarbitraje.

lunes, 17 de septiembre de 2018

A MEDIAS

El Real Madrid no encontró la senda definitiva para tumbar al Athletic en San Mamés y se queda a dos puntos del Barcelona que venció en Anoeta

Antonio Blanca

El Real Madrid aterrizó en San Mamés con la idea de seguir el ritmo del Barcelona, que este sábado conquistó Anoeta y se destacó en el liderato de LaLiga. Además, los madrileños gozaban de la posibilidad de alejar al Atlético a siete puntos. Para lograrlo habrían de amortizar la irregularidad que había mostrado en las jornadas precedentes un Athletic que no despega. El pleno de triunfos era la carta de presentación de un favorito que se encontraba en este brete con la resaca de las citas de selecciones y el advenimiento de la Liga de Campeones.

Esta tesitura condujo a Julen Lopetegui a arriesgar rotando. El técnico dejó en el banquillo a Casemiro y a Isco. Dani Ceballos fue su apuesta para acompañar a Modric y Kroos, en un once en el que Courtois repetía titularidad como cimiento del esquema y la alineación más reconocible de los merengues -Asensio, Bale y Benzema en punta-. Por otro lado, Eduardo Berizzo movió a sus fichas y dio la alternativa a Beñat -por vez primera- y a Íñigo Martínez. Aduriz comenzaría en el banquillo, por detrás de Muniain, Susaeta, Raúl García y Williams. En juego se deplegaban tres puntos de trascendencia precoz.

No tardó el guión en desnudar la batalla de estilos. Los rojiblancos partieron un esfuerzo anatómico denodado de presión intensa que pretendía robar y salir volando a la contra. Los capitalinos, por su parte, jugarían con el cuero para domar la pretensión rival e ir creciendo con el paso de los minutos. Siempre anhelando salir en combinaciones fluidas y certeras que neutralizaran el estudiado ardor táctico ajeno. Por tanto, cada imprecisión supondría una autopista para el área de Courtois.

Con el 61% de posesión, los de Chamartín localizaron a Kroos como ancla, con Ceballos y Modric soltándose entre líneas. El croata abriría la relación de intentos, con Marcelo apuntalando otro chut antes del tercer minutos. Respondió Raúl García, a centro de Yuri, en una clara declaración de intenciones: los vizcaínos competirían de tú a tú. Antre su tribuna, los vascos iban al límite en cada balón dividido para hacer olvidar a su hinchada la imagen dada ante el Huesca. Y la superioridad numérica en la medular que activó Berizzo funcionaría, constriñendo a la horizontalidad controladora al Madrid. La mejor cara del Athletic frutificaría antes del intermedio.

Pocos toques y relámpagos eran los conceptos con los que los bilbaínos atacaban. Sus transiciones verían a Williams chutar demasiado cruzado -minuto 16- y a Susaeta encañonar un envío que lamió el larguero. Sólo un remate desviado de tino de Benzema -tras participación de Modric y Marcelo- aparentaba incomodar al punzante repliegue vasco. Y la descoordinación en el centro del campo merengue empezaría a avisar al meta belga. La presión no era equilibrada y Carvajal y Marcelo sufrían. Esta circunstancia mentalizó a los visitantes de lo idílico de ceder metros en torno a la media hora. Courtois atraparía un remate trompicado de Yuri.

Pero los de Concha Espina no soltarían con facilidad el timón de la redonda. Y llegaron al arco de Unai Simón con el centro-chut de Carvajal y el zurdazo con rosca de Asensio. El balear y Gareth Bale habían pasado desapercibidos, para vanagloria del estudio de Berizzo y su cuerpo técnico. El centrocampismo fue la frontera que frenó a los de Lopetegui al tiempo que los rojiblancos localizaban caminos de avance. Bien por el envío largo hacia Raúl García y Wiliams, bien por las construcciones aceleradas.

Precisamente de una de estas asociaciones rápidas en cancha contraria nació el primer tanto del anochecer. El cuero viajaba desde Beñat hasta el perfil izquierdo. Pero un cambio de banda retrató a Marcelo, que se dejó ganar la espalda. De Marcos arribó y centró, sorprendiendo a todo el sistema de achique visitante. Iñaki Williams disparó y Muniain -muy activo- abrió el marcador bajo palos -minuto 34-. Acusarían el golpe los jugadores en desventaja. No en vano, Raúl García hizo el 2-0 en una acción a balón parado, aunque la diana fue anulada por fuera de juego. Y hasta el camino a vestuarios el Madrid no evidenciaría alternativas a su plan predilecto -e inocuo-.

Únicamente las rupturas, en conducción, de Sergio Ramos desestabilizaban al dibujo local de tenso y valiente desempeño defensivo. Un chut de Modric que sacó Unai Simón bajaría el telón, con deberes para Lopetegui. El tempo no figuró entre sus conquistas y el dominio del balón se tornaría estéril ante sus desajustes en fase defensiva. Por ello, leyó el riesgo y sentó a Ceballos para dar entrada a Casemiro antes de que arrancara una reanudación en la que confiarían que el tipo de ejecución rival les penalizara con cansancio tarde o temprano.

Una acción individual, favorecida por la calidad de Beñat y rematada por Williams advirtió de la voluntad local de continuar la obra según sus presupuestos -minuto 47-. Se lesionaría Muniain a las primeras de cambio -sustituido por Ander Capa- en el segundo acto de creciente y lenta aparición de espacios (por el paso al frente merengue y la tardanza vizcaína en llegar a las coberturas). Y Bale inauguró la producción de su camarín con un remate fuera a la salida de un saque de esquina efectuado por Kroos. Berizzo colocaba a dos laterales diestros con el fin de protegerse cuando Marcelo, Kroos y Asensio se aliaran.

Una falta rematada por Bale y el rechace capturado por Sergio Ramos elevaron la figura de Unai Simón y antes del minuto 60 Isco saltó al verde -por el gris Modric-. Apostaba el otrora seleccionador español por acumular piezas en la mediapunta, restando control. Al menos ese era su proyecto. Y el galés volvería a asomar con un intento desprovisto de certeza, a pase de Carvajal, y fabricando el empate que firmó Isco. Centro soberbio y testarazo del malagueño -minuto 63-. De inmediato, el zurdo desaprovechó un disparo en posición franca.

Había mutado la dirección del viento. Parecería que el fuelle bajó mucho más en la convicción local que en la visitante y Varane y Ramos contaban con la ayuda de Casemiro para abortar las transiciones vascas. Un pase vertical del capitán merengue dejó a Asensio con todo a favor, pero Unai Simón recalcaría su estatus infranqueable -minuto 69-. Fue el mejor del enfrentamiento y sólo un desborde de Capa estiraría a sus compañeros en este largo tramo de atrincheramiento. Antes de que Ramos cometiera un error por desconcentración que regaló a Williams un lanzamiento fallido y oxígeno a un Atjhletic que se atrevió a adelantar líneas en manera racheada.

El desenlace se desarrollaría con Lucas Vázquez -entró por Bale-, San José -por Williams- y Mikel Rico -por Beñat-. Berizzo elevó los centímetros para alcanzar alguna salida que fracturara el mando contrincante. El espigado mediocentro presionaría arriba y se colocaría como faro aéreo junto a Raúl García, según el escenario En la otra trinchera el Madrid exhibía paciencia y posesión. Se cruzaría el 80 con ambos escuadrones buscando de victoria. Eso sí, los visitantes con la batuta y los locales con vértigo. Marcelo, San José, Asensio y Mikel Rico agotarían el intercambio de llegadas que terminó por repartir, con justicia, los puntos.

jueves, 13 de septiembre de 2018

ISCO SE CONVIERTE EN CAPITÁN GENERAL

El malagueño adquiere mayores galones y protagonismo en el Real Madrid y en España

Antonio Blanca

En el inicio de la 2018/2019, Isco ha sido una pieza clave en el esquema de Lopetegui, pero su rendimiento pese a ser bueno no estaba al nivel que había demostrado en los últimos meses. En total, el de Arroyo de la Miel ha disputado 246 minutos de 390 posibles, en los que ha repartido una asistencia. El '22' merengue ha sido titular en tres de los cuatro partidos que se han disputado hasta la fecha.

Aunque todavía le falta el premio del gol con el Real Madrid en este nuevo curso, el malagueño ya ha saboreado estas mieles con España. Frente a Croacia, flamante subcampeona del Mundial de Rusia, Isco Alarcón fue uno de los goleadores del encuentro celebrado en Elche, anotando un tanto prodigioso, demostrando así que paso a paso va recuperando su mejor nivel.

Durante este primer parón por los compromisos internacionales, el mediapunta ha vuelto a ser uno de los líderes de la nueva selección de Luis Enrique. El nombramiento del técnico asturiano fue muy discutido por su sabido sentimiento antimadridista, pero parece que este no nubla su criterio ya que convocó hasta a seis futbolistas blancos y, además, todos ellos fueron titulares en el segundo encuentro de la UEFA Nations League.

La selección española se convirtió en una vía de escape para el futbolista desde aquellos tiempos en los que el protagonismo se le negaba en la casa blanca. Isco vivió durante algunas temporadas a la sombra de la BBC, pero las lesiones de Bale le abrieron una puerta al once que el jugador andaluz no desaprovechó, convenciendo así a Zidane, quien no dudó en apostar por él en las dos últimas finales de la Champions League.

Esta confianza del entrenador francés también se vio traducida en el combinado nacional, donde el por aquel entonces seleccionador español dio la batuta a Isco. Durante aquella etapa, Julen Lopetegui no dudó en reiterar una y otra vez que el futbolista malagueño necesitaba más continuidad para mostrar su nivel más top y esto no ha quedado en palabras, sino que ha dotado en estos primeros compases del curso al jugador de esa estabilidad para llegar al cien por cien.

Con jugadores como Gareth Bale o Benzema en un estado de forma sobresaliente, el paso al frente del malagueño puede suponer ver a un todavía mejor Real Madrid. Isco es un futbolista diferente, capaz de romper las líneas rivales con una genialidad técnica o un pase imposible que desbarate las férreas defensas de los adversarios. Aunque ha iniciado bien la campaña, tampoco ha sido de los más destacados en el conjunto merengue, por lo que de llegar a este estado óptimo se puede presumir que ver al Madrid de Lopetegui puede ser una auténtica delicia.

Ahora, con el regreso de la Liga y el debut en la máxima competición continental la próxima semana frente a la Roma, el andaluz debe demostrar que ha recuperado su mejor nivel. La competencia por un puesto en el once inicial se vuelve feroz, ya que Modric había venido siendo suplente en algunos encuentros de este principio de temporada al haber sido el último en incorporarse al trabajo tras el Mundial.

Con el centrocampista croata de vuelta, las rotaciones de Julen Lopetegui serán una constante y varios jugadores pelearán por ocupar ese hueco libre que hay en el equipo de gala del técnico vasco. Isco competirá así con jugadores como Asensio, que también ha venido siendo de la partida en estos primeros duelos de la 2018/2019. Mientras que otros como Lucas Vázquez o Ceballos 'pelean' por convertirse en el jugador número doce del Real Madrid.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

ASENSIO LANZA COHETES

Carlos de Blas

España firmó una victoria de prestigio tras un espectacular goleada por 6-0 ante Croacia, en un gran encuentro coral de los pupilos de Luis Enrique, entre los que destacó la figura de Marcos Asensio, que firmó su mejor actuación con la selección y que, junto al gol inicial de Saúl, destrozó en el primer tiempo a la subcampeona mundial.

España, que comenzó con ciertas dudas en defensa, encontró la tranquilidad con el gol de Saúl y acabó goleando de forma escandalosa a Croacia para lograr un triunfo con el que encarrila la clasificación para a Final a Cuatro de la Liga de Naciones.

Tanto España como Croacia desplegaron una presión muy adelantada en los primeros compases del partido, aunque fueron los pupilos de Zlatko Dalic los que daban más sensación de peligro.

Primero Rakitic, con un disparo desde la frontal y posteriormente un remate franco de Perisic, que bloqueó Carvajal providencialmente, crearon el desasosiego en la zaga española y en las gradas. La lesión de Vrsaljko, a los veinte minutos de juego, fue un alivio para España, ya que las galopadas del lateral diestro habían puesto en apuros a la zaga española.

Sin la presencia de Thiago en la medular, la gestación de juego español fue más directo, sin largas posesiones, y con Asensio con libertad para moverse por todo el campo. Rodrigo se mostró muy peligroso en estos minutos iniciales, pero fue el jugador local Saúl el que abriría el marcador, al igual que hizo el pasado sábado en Wembley.

Un sensacional centro desde la banda con el exterior de Carvajal encontró un imperial cabezazo picado del jugador ilicitano que provocó el delirio en las gradas del Martínez Valero (minuto (24).

España ganó en aplomo y seguridad tras el gol. Asensio, que había pecado de cierto individualismo en sus acciones, puso la puntilla a Croacia en apenas dos minutos con dos disparos lejanos. El primero tras recuperar un balón en el balcón del área y el segundo tras una diagonal que acabó con un lanzamiento desde la frontal que se estrelló en el larguero y posteriormente en la espalda del meta croata para acabar en el tercer gol español.

Si Croacia albergaba alguna esperanza de meterse en el partido tras el paso por los vestuarios, España la borró de un plumazo, ya que nada más reanudarse el partido una gran asistencia de Asensio dejaba a Rodrigo solo ante el meta Kalinic y el valencianista no perdonó.

España estaba desatada ante un rival hundido, incapaz de frenar las acometidas de los españoles. Un cabezazo del capitán Sergio Ramos subía el quinto gol al marcador cuando aún restaba más de media hora de partido.

El correctivo era tremendo para Croacia. Ni rastro de Modric y Rakitic. España bajó un poco el pistón pero aún así, la superioridad era insultante e Isco se sumó a la fiesta goleadora para firmar el 6-0 definitivo en el partido número 300 de España como local.

lunes, 10 de septiembre de 2018

EL ROL DE ASENSIO

Se espera que tanto en el Real Madrid como en la selección española el joven futbolista vaya adquiriendo cada vez más galones e importancia

Antonio Blanca

La España de Luis Enrique es también la España del Real Madrid. El dominio blanco en la convocatoria es evidente y es que seis son los madridistas que inundan la lista del nuevo seleccionador en su estreno en el banquillo del combinado nacional. Por contra, solo dos del Barça: Busquets y Sergi Roberto.

El primer partido de Luis Enrique también dejó claro que los madridistas, además, serán importantes en su esquema. Cuatro fueron los titulares: Sergio Ramos, Nacho, Carvajal e Isco. La ausencia de Ceballos se entiende teniendo en cuenta que solo es un recién llegado, pero la de Asensio sorprendió a muchos y no es para menos.

Luis Enrique sorprendió con su alineación titular al incluir a Iago Aspas en banda, acompañando a Rodrigo e Isco en la delantera. El jugador gallego fue la solución del seleccionador a la baja de última hora de Diego Costa, quien se quedó en Madrid ante el nacimiento de su hija. Aspas no estaba en los planes iniciales, pero entró en el primer once de la era Luis Enrique en la Selección. La otra cara de la moneda, Asensio. Uno de los jugadores más en forma del fútbol español en el comienzo de temporada.

Asensio se tendría que conformar con jugar poco más de 20 minutos y volvieron a salir los fantasmas del pasado Mundial, donde solo jugó de titular el partido contra Rusia en octavos. Lopetegui apostó por él y empezó a darle más importancia hasta que llegó la tragedia que Luis Rubiales acometió a dos días del comienzo del campeonato mundialista. Curiosamente, ahora que su papel en la Selección vuelve a ser de revulsivo, en el Real Madrid goza de un protagonismo que no ha tenido hasta ahora.

Su papel en el Madrid actual es la principal razón por la que Asensio está preparado para dar el salto hacia los planos protagonistas con España. A Asensio no le tiembla el pulso, pese a tener solo 22 años. Cada vez asume más responsabilidades con una naturalidad pasmosa y hace de él un líder sobre el campo. Ha madurado muchísimo en sus dos primeras temporadas de blanco y la llegada de Lopetegui (y la salida de Cristiano) ha significado su salto definitivo en el Real Madrid. Conforma junto a Bale y Benzema la BBA que tan buenos resultados están dando en La Liga, siendo indiscutibles en el esquema merengue.

Asensio se entiende muy bien con todos. Además de la “BBA”, destaca sobre todo su unión con Isco que va más allá de los terrenos de juego. Una sociedad llena de magia de la que puede sacar mucho partido la Selección si se le da mayor protagonismo a Asensio. El malagueño está llamado a ser el líder de la España de Luis Enrique, el propio técnico ya se ha rendido ante él en público, pero es cierto que contra Inglaterra no tuvo su mejor partido. Estuvo un tanto desapercibido en ataque, aunque no hay que pasar por alto su trabajo y esfuerzo en la presión, pero todo cambió cuando salió Asensio. Con el mallorquín, dejó varias acciones buenas fruto de sus conexiones. Si Luis Enrique quiere que Isco sea la cara del equipo, ya tiene un socio ideal.

Pero, más allá de la conexión Isco - Asensio, el balear tiene muchas cosas que ofrecer a esta España. Luis Enrique quiere un juego más directo, sin dejar de lado el juego de toque tan característico. Ahora las bandas y la verticalidad cogerá más protagonismo, como lo hiciera en su Barcelona, y en Asensio tiene un jugador ideal para practicar el fútbol que pretende. Es un futbolista con velocidad, potencia y no la toca nada mal. Además, de cara a puerta es un peligro y su disparo lejano es un gran recurso para enterrar esas posesiones eternas que se vieron durante el Mundial. Este martes, España se medirá con Croacia y puede ser la oportunidad ideal para probar a Asensio de titular. Méritos tiene unos cuantos.

domingo, 9 de septiembre de 2018

ESPAÑA ASALTA WEMBLEY

Carlos de Blas


"Me gusta jugar contra Inglaterra y en Wembley. Aunque entrañe complicaciones", proclamó Luis Enrique en la previa de su estreno como seleccionador de España y en el debut de su obra en la Liga de Naciones. El asturiano, que no ha gozado del tiempo necesario para inculcar a sus pupilos la evolución del estilo que llevó a Julen Lopetegui a marcharse sin conocer la derrota, sufriría un sobresaliente examen en un templo renovado y repleto de ilusón. Tanto como el joven combinado al que Gareth Southgate llevó a las semis del pasado Mundial. Se cruzaban en Londres, por ende, dos conjuntos de inercias contrapuestas.

El punto y aparte nacional arrancaría con el anunciado 4-3-3. La nómina de jugadores constituiría la variante elegida por el seleccionador novato: Thiago y Saúl respaldarían a Busquets en la medular -más físico y llegada- y Rodrigo e Iago Aspas partirían como los escuderos del talento de Isco en la línea ofensiva. Dea Gea, Carvajal y Sergio Ramos compartirían retaguardia con Nacho y el lateral zurdo Marcos Alonso. Así, se quedaban fuera Asensio o Morata.

Los británicos, por su parte, se dispusieron a celebrar con los suyos el renacer de su fútbol escenificado en junio y julio de 2018. Y lo hicieron hambrientos, con ganas de morder a una de las favoritas a todo. Contrapondrían al pronosticado juego de toque ibérico el fluir anatómico y la movilidad de un esquema con tres centrales -Joe Gomez, John Stones y Harry Maguire-, dos carrileros -Luke Shaw y Kieran Tripper-, un doble pitove -Jesse Lingard y Jordan Henderson- y el prototípico tridente liderado por Harry Kane, el máximo goleador de la pasada cita mundialista. Junto al rematador del Tottenham volarían Rashford y Dele Alli.

El cruce de libretos estaba servido. Quedaría por comprobar si 'Lucho' había suturado la frontera física, de velocidad y verticalidad que dejó a los españoles en la cuneta por tercer gran torneo consecutivo. Lo cierto es que comenzaría la era del nuevo preparador con un despliegue pleno de personalidad. Los ingleses presionarían muy arriba, exigiendo precisión y templanza a la voluntad combinativa visitante. Y los representantes de LaLiga respondieron aceptando el reto. Con celeridad se dibujó una posesión horizontal, controladora, que aguardaba a los desmarques de ruptura de los tres delanteros, hacia la espalda de los tres centrales locales. Porque el sistema de Southgate se mantenía, valiente, con las líneas adelantadas.

La ausencia de un delantero posicional permitió a Aspas, Rodrigo e Isco asociarse por el centro y los laterales con Saúl y Thiago, que se descolgaban. Y la buena activación tras pérdida proporcionó el timón de la dinámica a España. Se había mostrado superior en la batalla por imponerse sacando el cuero desde atrás. Sin embargo, en el minuto 11 la explosividad a la contra de los isleños desactivó a la presión roja y dejó a Shaw en una gran posición. El lateral emitió un centro fenomenal que Rashford tradujo en el 1-0 con un zurdazo certero. Aún así, dos minutos más tarde empataría Saúl. Carvajal y Rodrigo delinearon paredes hasta que el delantero valencianista detectó la llegada al área del colchonero, que dio la razón a su técnico -no jugó ni un minuto en Rusia-.

El cuarto de hora inicial rubricó las virtudes y los defectos de los contendientes. El riesgo que representa presionar tan arriba dejaba a los zagueros en manos a mano con los delanteros si la coordinación no era la debida. El 1-1 quedó instaurado en el electrónico como testimonio de ello. Pero en esta pomposa probatura España no renegaría del modelo de aire jerárquico. Anhelaba el dominio total del tempo y la redonda. Y pasados los 30 minutos se jugaría en cancha inglesa con continuidad. Los semifinalistas en Rusia retrasaron filas y restaron ambición a su planteamiento. Un lanzamiento de Rodrigo -desviado y desde la frontal- y otro de Aspas -repelido por Maguire-, refutarían el mandato nacional. El trabajo de Nacho, Ramos y Busquets se restringiría al cuidado de su espalda y el despeje aéreo. Con Saúl como gobernador.

Kane despertaría en el 25, con un testarazo que atrapó De Gea en el cierre de una falta lateral botada por Trippier. El contragolpe, con Dele Alli como proporcionador, se erigió en el arma del maniatado defensor de Wembley. Henderson, Lingard y compañía sufrían ante la presión ajena y amontonaban pérdidas. Sólo le quedó a los británicos concentrarse en achicar. Y sin los automatismos bien engrasados, Thiago, Isco y Saúl batían líneas y conectaban con Rodrigo y Aspas sin dificultades. Con Carvajal sorprendiendo en banda. En consecuencia, los primos que bien podrían jugar con Brasil conectaron en una jugada a balón parado para completar la remontada -minuto 33-. Centro de Thiago y remate a gol de Rodrigo, anticipándose a todos.

Únicamente susurrarían querencia ofensiva e iniciativa los ingleses tras ese golpe. Trataron de voltear la dirección del viento y De Gea sostuvo a los visitantes con una parada de reflejos al cabezazo de Rashford -en un despiste defensivo nacional, en el minuto 36-. No lo lograrían, pues el cuero se aliaría con la filosofía española, que comprendía la alternancia de horizontalidad y verticalidad, siempre bajo el control del devenir. Asimismo, se vaciarían los centrocampistas ibéricos para sostener el nudo táctico adelantado y clausurar el camino a vestuarios. Las sensaciones emanaban optimismo. A la espera de la irrupción del factor cansancio.

Tardó en tomar calor la reanudación. Un golpe fortuito de Carvajal a Shaw dejó al lateral de United inconsciente. Cinco minutos de atmósfera helada -hasta que el jugador fue retirado en camilla- abrieron las puertas del segundo acto. Entraría de refresco Rose y una volea de Thiago, a centro de Marcos Alonso, lamió el larguero. El zarpazo rebosante de técnica, otra vez iniciado por Saúl, subrayó la confianza española. Todo lo contrario que la dubitativa escuadra birtánica, incapaz de encadenar dos pases. La multiplicidad de robos en tres cuartos de cancha alimentaría la convicción en el plan de Luis Enrique. Saúl lanzaría a los guantes de Pickford -minuto 62- para redondear su autoridad.

Southgate quiso aumentar su efervescencia y retiró a un cansado -y apagado- Henderson para dar entrada a Dier. El candado del Tottenham permitiría más libertad para subir a Lingard, con lo que la pretensión pasaba a volver a pelear por la pelota. España anestesiaría el ritmo con circulaciones perennes, salpicadas con latigazos en vuelo a través de los desmarques de Rodrigo y Aspas. Por el camino, el celtiña cedió su escaño a Asensio, y los minutos se quemarían sin sobresaltos hasta el epílogo, por mor de la inmaculada ejecución táctica nacional.

En el 76 Rashford conectó un derechazo tímido e inocuo, oasis en cuanto a la producción atacante local, y Sergi Roberto e Íñigo Martínez comparecieron en el verde -por el recuperado Thiago y por el eficiente Marcos Alonso- con el fin de apuntalar la excepcional ocupación de espacios. No obstante, el delantero del United pescaría un pase de Kane que desbarató a la zaga visitante para estrellarse en De Gea -minuto 82-, en el único acercamiento peligroso que concedería un combinado ibérico de rendimiento consistente, impropio para una inauguración. No arribaría con el oxígeno suficiente el sistema de un Luis Enrique triunfal, pero la irrebatible victoria certificaría sus tres primeros puntos en la Liga de Naciones. El intercambio de intentos entre Maguire y Rodrigo, y la astucia de Welbeck -que entró por Rashford-, no enmendarían el pastoreo sensacional de los nueve minutos de descuento.

jueves, 6 de septiembre de 2018

EL INVENTO DE PLATINI

El ex presidente de la UEFA fue el principal ideólogo de esta nueva competición que pretende obtener más beneficios económicos para la sede europea a costa de los amistosos de las Federaciones

Antonio Blanca

El francés Michel Platini consiguió su última gran victoria en marzo de 2014, un año antes del terremoto de corrupción que sacudió los cimientos de las organizaciones más poderosas del fútbol.

Aquel triunfo personal fue la creación de un nuevo gran torneo de selecciones a nivel europeo, la Liga de Naciones que arrancará mañana jueves con un primer plato más que apetecible, un Alemania-Francia que pondrá frente a frente en Múnich a las dos últimas campeonas del mundo.

En aquel 2014, Platini tenía 59 años y era el presidente de la UEFA. El genial ex futbolista francés lideró con éxito la fuerte expansión deportiva y económica del fútbol europeo al impulsar proyectos como la ampliación de la Eurocopa a 24 selecciones en 2016, la Eurocopa paneuropea en 13 países en 2020 y la Liga de Naciones.

Pero después llegó su caída en desgracia y un pago de dos millones de francos suizos que había recibido de Joseph Blatter en 2011 se convirtió en su tumba política. Al menos hasta diciembre de 2019, cuando expira la suspensión que le impuso la FIFA por corrupción.

Pero esta semana tendrá que ver desde la televisión el inicio de la Liga de Naciones, un torneo que cuenta con dos caras.

La buena, para los hinchas, que podrán ver partidos entre las mejores selecciones del continente más a menudo en vez de insulsos amistosos. Por ejemplo, Alemania, Francia y Holanda comparten un grupo y en otro están España, Inglaterra y Croacia.

"Los partidos amistosos ya no interesan a nadie: ni a los fans ni a los periodistas ni a los jugadores", llegó a decir Platini. Su sucesor al frente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, se mostró también encantado con la ida: "Siempre hemos tenido quejas de que los mejores equipos juegan ante los más flojos. Ahora jugarán entre ellos".

Sobre el papel, la nueva competición ofrece además premios para todos. Los mejores equipos europeos lucharán por un nuevo título; las selecciones de nivel medio están obligadas a ganar porque de sus resultados dependerá su posición en el playoff de la Eurocopa 2020; y las escuadras a priori más débiles jugarán partidos en los que siempre tendrán posibilidades de ganar.

Sin embargo, la otra cara de la moneda muestra un nuevo torneo en un calendario más que saturado. Si antes no había respiro, ahora ya no hay casi ni amistosos con las selecciones. Cualquier partido suma y vale.

"No necesitamos más partidos internacionales, sino al revés, menos partidos. Los futbolistas están físicamente al límite", criticó el presidente de la junta directiva del Bayern Múnich, Karl-Heinz Rummenigge. "Si no hubiera Liga de Naciones, nadie la echaría de menos", añadió el que es presidente de la Asociación Europea de Clubes (ECA). Así, un futbolista podría encadenar Mundial, Liga de Naciones y Eurocopa en tres años.

Esta una nueva competición tiene carácter bienal y en la misma participarán las selecciones de las 55 federaciones miembro de la UEFA, que quedaron divididas en cuatro categorías en función de su coeficiente. Cada categoría o Liga estará a su vez dividida en grupos.

En la Liga A participarán los mejores equipos del continente, como Alemania, Francia o España, mientras que en la Liga D competirán las selecciones de nivel más bajo.

Al término de la fase de grupos, cada Liga celebrará su propia final four, con los equipos de la Liga A luchando por el primer título de la Liga de Naciones.

Las selecciones que quedan campeonas de cada grupo de las tres peores Ligas (B, C y D) ascenderán a la siguiente categoría para la próxima edición, mientras que los últimos de cada grupo de las Ligas A, B y C descenderán. Además, los ganadores de grupo tendrán más posibilidades de clasificarse a la Eurocopa de 2020.

La Liga de Naciones arrancará con una doble fecha que se disputará entre mañana y el 11 de septiembre. Las dos siguientes serán del 11 al 16 de octubre y las dos últimas entre el 15 y el 20 de noviembre. La final four se celebrará del 5 al 9 de junio del año que viene en una sede aún por determinar.

martes, 4 de septiembre de 2018

LOS "THE BEST" SE PUBLICAN

Aránzazu Gálvez

La FIFA ha anunciado este lunes que el portugués Cristiano Ronaldo, el croata Luka Modric y el egipcio Mohamed Salah son los finalistas al premio 'The Best' que entrega cada año al mejor jugador del planeta, mientras que los franceses Didier Deschamps y Zinedine Zidane y el croata Zlatko Dalic son los candidatos en la categoría de entrenador. Se repitió el trío de aspirantes al mejor jugador del año de la UEFA, que la semana pasada recibió Modric en Montecarlo, y el croata, campeón de Europa con el Real Madrid y subcampeón mundial con su selección, volverá a compartir cartel con Cristiano y Salah.

El portugués, que este verano cambió Madrid por Turín, también ganó su tercera Liga de Campeones consecutiva con el equipo blanco aunque no logró brillar en el Mundial, mientras que Salah fue la gran irrupción de la temporada en el fútbol europeo y guió al Liverpool hasta la final de la Champions. Por contra, sorprende la ausencia de Antoine Griezmann, campeón del Mundial con Francia y de la Liga Europa con el Atlético de Madrid, o de algún otro compañero con la selección gala. Ninguno de ellos, al igual que el argentino Leo Messi, podrá aspirar a un galardón que en sus dos primeras ediciones se llevó Cristiano Ronaldo. En cuanto al premio al mejor portero, los aspirantes son el belga Thibaut Courtois, el francés Hugo Lloris y el danés Kasper Schmeichel.

En el capítulo de técnicos sí que se reconoce la figura de Deschamps, que comandó al equipo francés a bordar su segunda estrella en la camiseta, y también el de la final de Moscú, el croata Dalic. Además, Zidane, ganador del 'The Best' el año pasado y actualmente sin equipo, aspira a repetir tras conquistar su tercera Liga de Campeones como entrenador. En cuanto al fútbol femenino, las tres jugadoras finalistas son la noruega Ada Hegerberg, la brasileña Marta y la alemana Dzsenifer Marozsan, mientras que los técnicos candidatos son la japonesa Asako Takakura, la holandesa Sarina Wiegman y el francés Reynald Pedros.

Además, también se revelaron las listas de candidatos al Premio Puskás de la FIFA y al Premio a la Afición de la FIFA, cuyas votaciones ya están abiertas para que los aficionados ayuden a decidir a los ganadores. Esos siete premios, así como el Premio Fair Play de la FIFA y el FIFA/FIFPro World 11, se entregarán el 24 de septiembre en el Royal Festival Hall de Londres.

lunes, 3 de septiembre de 2018

EL BETIS MANDA EN LA CAPITAL

José Antonio Moya

El Betis ganó 1-0 al Sevilla y se llevó un derbi intenso, doce años después de su última victoria en casa ante el eterno rival, merced a un gol de su capitán, Joaquín Sánchez, a diez minutos del final de un choque que los sevillistas acabaron con diez por la expulsión de Roque Mesa mediada la segunda mitad.

En este duelo cainita, en el que no hubo demasiadas ocasiones claras, el Betis dominó más y fue superior, sobre todo en una primera parte en la que no acertó ante el gol, lo que permitió rehacerse a un Sevilla que acabó desmoronándose tras la expulsión.

Los eternos rivales llegaban a este derbi tan tempranero con la misma ilusión y ganas de dar una alegría a su afición: el Betis más necesitado, pues aún no había ganado ni marcado un gol y, además, jugaba en casa; y el Sevilla más rodado por sus previas europeas.

El técnico verdiblanco, Quique Setién, sorprendió con Cristian Tello en la derecha para buscar más profundidad, en vez de Francis o Barragán -éste descartado junto a Boudebouz y Kaptoum de los 21 citados-, y, con el medio mexicano Andrés Guardado ya recuperado, apostó arriba por Sergio Canales, el japonés Takashi Inui y Loren.

En el cuadro sevillista, sin los lesionados Escudero y Amadou, Pablo Machín sacó un once habitual, incluido el lateral brasileño Arana, al desestimar a Aleix Vidal a pierna cambiada, con Sarabia, el luso André Silva y el argentino Franco Vázquez de trío ofensivo.

Los béticos, con el portugués William Carvalho mandando en el medio y con alguna subida peligrosa, empezaron con más intensidad y brío, eléctricos, y rompieron pronto las hostilidades ante un Sevilla dominado, que comenzó conservador y dormido, sin imponerse nunca en el centro del campo y sin llegada, obligado a defenderse.

El empuje bético, mucho más nítido en el primer cuarto de hora, dio pie a las primeras ocasiones de un choque intenso, con tensión y siempre pasional. Primero, un centro de Canales no halló rematador y lo paró Tomas Vaclik, y luego un intento de Tello no tuvo premio y un peligroso centrochut de Guardado lo mandó a córner el meta checo.

El control siguió siendo del Betis, si bien el Sevilla se rehizo para sacudirse algo la presión del equipo de Setién, muchas veces asfixiante, como la noche, debido al intenso calor -34 grados y 37 de sensación térmica una hora antes del inicio, y 28 al descanso-.

Al Betis le faltó más claridad delante de la zaga rival y remate, lo que dio algo de oxígeno al cuadro de Machín, donde Jesús Navas no estuvo incisivo y, como el argentino Éver Banega, entró poco en juego, mientras que mediada esta mitad Sarabia desaprovechó dos opciones, una al perder el balón en el área y otra en un tiro flojo.

También lo intentó el 'Mudo' Vázquez, pero sin mucha convicción y su remate lo desvió sin problemas Pau López. En un choque igualado, los verdiblancos se animaron y pudieron desnivelar la balanza a 6 minutos del descanso, cuando Canales marcó a pase de Guardado, pero un asistente señaló un fuera de juego que luego ratificó el VAR.

En los últimos minutos tampoco atinaron el bético Tello, cuyo tiro lo desvió Sergi Gómez, ni los sevillistas en un córner que casi se colaba y sacó de cabeza Loren, y en un peligroso centro de Arana.

La reanudación, pese a un tempranero tiro lejano de Canales que paró Vaclik, empezó con otro panorama, pues el cuadro de Machín se empleó con más tensión, tras su discreta imagen de la primera parte, no se vio tan atosigado y también tuvo más llegadas.

Frente a un Betis que siguió a lo suyo, queriendo dominar y apretar arriba desde la posesión del balón, el Sevilla lo intentó en un centro de Navas que se envenenó y dio en la parte alta del larguero, y en un cabezazo de Sergi Gómez que neutralizó Pau López.

Sin poder llevar el peso del partido y sin efectividad alguna por parte blanquirroja, a los béticos se les puso todo más de cara por la expulsión de Roque Mesa por doble amarilla al filo del ecuador de este periodo, en el 66, lo que les dio alas para buscar el gol.

Canales lo buscó con una internada sin éxito en el 79, pero el gol, con el Betis manejando la situación y ahora de nuevo muy superior al estar su rival con diez, llegó un minuto después al cabecear Joaquín, que había salido poco antes por Carvalho, un gran centro del argelino Mandi y hacer el 1-0 en su debut en esta Liga.

A partir de ahí, el Sevilla, ya con Aleix Vidal y el holandés Quincy Promes -que debutó- en el campo tras relevar a Arana y Kjaer, atacó a la desesperada, pero sus intentos fueron baldíos y el triunfo se quedó en el Benito Villamarín, donde el Betis volvió a ganar un derbi doce años y cinco meses después de la última vez.