El seleccionador esgrime la exclusión de Arbeloa de la preselección para el Mundial de Brasil por su lesión y oculta los verdaderos motivos que le han llevado a no convocarle
Antonio Blanca
No
me sorprende la no inclusión de Álvaro Arbeloa como de otros en la lista de 30
jugadores que Vicente del Bosque ha mandado a la FIFA y de la que tendrá que
eliminar a 7, quedando los 23 definitivos que nos representarán en Brasil. El
técnico salmantino ha vuelto a sacar a la luz su faceta de ser oscuro, injusto,
discriminador e hipócrita, no yendo con la verdad por delante, llamando a las
cosas por su nombre, y escondiéndose o enmascarándose en un supuesto buenismo
aplaudido por toda su cohorte de palmeros, otrora quiénes más le vilipendiaban
cuando entrenaba al Madrid.
Sí,
al Real Madrid, porque Del Bosque ahora anda refirmando su madridismo a los
cuatro vientos, solo de palabra, ya que de hechos dista mucho de parecer un
hombre que ha crecido en la casa blanca como futbolista y también como persona
durante más de treinta años. Pues con sus hechos se intuye bastante resquemor a
la institución, presidente y alguno de los jugadores que no piensan como él.
Las
críticas por el precio del fichaje de Bale, los silencios con las cifras del de
Neymar, el apoyo a la carta escrita por el Secretario de Estado para el Deporte,
Miguel Cardenal defendiendo a un Barça imputado por delitos con la
Administración tributaria, el mutis por el foro sobre la tributación en
Sudáfrica de las primas conseguidas por el primer mundial, no recoger la
medalla de oro otorgadas por los socios del Real Madrid que no por Florentino
Pérez, no convocar a Raúl como así la prometió para poder despedirse de la
selección, o las críticas a Álvaro Arbeloa por jugadas violentas con otros
compañeros, cuando Busquets o Diego Costa también han procedido así, destapan
la doble cara del seleccionador.
Pero
no solo ha sido flagrante el trato a Arbeloa. Nadie entiende si de meritocracia
se trata y bagaje deportivo del año porque están convocados Villa, Torres, De
Gea, Cazorla, Mata o Xavi. Porqué Gabi del Atlético de Madrid, Isco, Gorka
Iraizoz y Diego López (los dos zamoras españoles), Aduriz o Callejón (que suma
19 goles, 8 asistencias y un título están en dicha preselección. Si convoca a
los anteriores, Arbeloa debería estar, con sus 55 nacionalidades, a no ser que
ya no sea uno de los nuestros, frase que ha usado el seleccionador para
convocar cuando no disputaba ni un solo minuto a Iker Casillas.
Y
si de las lesiones se trata, su lesión
de rodilla le ha tenido apartado dos meses de los terrenos de juego, pero eso
no debe ser excusa, puesto que en la lista, están Thiago (que
desafortunadamente no llegará a tiempo), Silva y Navas que han pasado este año
por lesiones de larga duración. Es más, en esa lista también están Piqué y
Jordi Alba, dos jugadores que todavía están lesionados, pero a los que Del
Bosque sí va a esperar. Como esperó a Villa y Torres en la Confederaciones y el
Mundial respectivamente.
Qué
hay cuarenta y cinco millones de seleccionadores en España ya lo sé, que cada
uno convocaríamos a los que quisiéramos también, por eso insisto, qué es lo que
prima para Del Bosque, ¿mantener el grupo (no se entiende la exclusión del
defensa del Madrid) o el buen trabajo sobre el césped realizado durante toda la
temporada? ¿O también la animadversión hacia ciertos jugadores? Alonso se ha
quedado a un pestañeo de verse fuera de la lista. Justo los dos jugadores que
dicen las cosas por su nombre, algo que a Vicente no le gusta en demasía y que
ha condenado a Arbeloa a verse fuera de España y del Mundial, y respecto a José
Callejón, ya se ha visto, puede que su pasado madridista y admirador de José
Mourinho ya le haya condenado a las injusticias de un desconocido Vicente “dos
caras”.
Del Bosque hace su lista como le sale del marquesado que ara eso es el seleccionador, indiscutible. Claro que parece bastante obvio que no hay motivos, o sí, de los personales, por no estar bajo el mismo manto, por ser un verso suelto, si bien grandes son aquellos que a pesar de ser juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a nadie.