jueves, 15 de mayo de 2014

DEL BOSQUE DOS CARAS


El seleccionador esgrime la exclusión de Arbeloa de la preselección para el Mundial de Brasil por su lesión y oculta los verdaderos motivos que le han llevado a no convocarle

Antonio Blanca

No me sorprende la no inclusión de Álvaro Arbeloa como de otros en la lista de 30 jugadores que Vicente del Bosque ha mandado a la FIFA y de la que tendrá que eliminar a 7, quedando los 23 definitivos que nos representarán en Brasil. El técnico salmantino ha vuelto a sacar a la luz su faceta de ser oscuro, injusto, discriminador e hipócrita, no yendo con la verdad por delante, llamando a las cosas por su nombre, y escondiéndose o enmascarándose en un supuesto buenismo aplaudido por toda su cohorte de palmeros, otrora quiénes más le vilipendiaban cuando entrenaba al Madrid.

Sí, al Real Madrid, porque Del Bosque ahora anda refirmando su madridismo a los cuatro vientos, solo de palabra, ya que de hechos dista mucho de parecer un hombre que ha crecido en la casa blanca como futbolista y también como persona durante más de treinta años. Pues con sus hechos se intuye bastante resquemor a la institución, presidente y alguno de los jugadores que no piensan como él.

Las críticas por el precio del fichaje de Bale, los silencios con las cifras del de Neymar, el apoyo a la carta escrita por el Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal defendiendo a un Barça imputado por delitos con la Administración tributaria, el mutis por el foro sobre la tributación en Sudáfrica de las primas conseguidas por el primer mundial, no recoger la medalla de oro otorgadas por los socios del Real Madrid que no por Florentino Pérez, no convocar a Raúl como así la prometió para poder despedirse de la selección, o las críticas a Álvaro Arbeloa por jugadas violentas con otros compañeros, cuando Busquets o Diego Costa también han procedido así, destapan la doble cara del seleccionador.

Pero no solo ha sido flagrante el trato a Arbeloa. Nadie entiende si de meritocracia se trata y bagaje deportivo del año porque están convocados Villa, Torres, De Gea, Cazorla, Mata o Xavi. Porqué Gabi del Atlético de Madrid, Isco, Gorka Iraizoz y Diego López (los dos zamoras españoles), Aduriz o Callejón (que suma 19 goles, 8 asistencias y un título están en dicha preselección. Si convoca a los anteriores, Arbeloa debería estar, con sus 55 nacionalidades, a no ser que ya no sea uno de los nuestros, frase que ha usado el seleccionador para convocar cuando no disputaba ni un solo minuto a Iker Casillas. 

Y si de las lesiones se trata, su lesión de rodilla le ha tenido apartado dos meses de los terrenos de juego, pero eso no debe ser excusa, puesto que en la lista, están Thiago (que desafortunadamente no llegará a tiempo), Silva y Navas que han pasado este año por lesiones de larga duración. Es más, en esa lista también están Piqué y Jordi Alba, dos jugadores que todavía están lesionados, pero a los que Del Bosque sí va a esperar. Como esperó a Villa y Torres en la Confederaciones y el Mundial respectivamente.

Qué hay cuarenta y cinco millones de seleccionadores en España ya lo sé, que cada uno convocaríamos a los que quisiéramos también, por eso insisto, qué es lo que prima para Del Bosque, ¿mantener el grupo (no se entiende la exclusión del defensa del Madrid) o el buen trabajo sobre el césped realizado durante toda la temporada? ¿O también la animadversión hacia ciertos jugadores? Alonso se ha quedado a un pestañeo de verse fuera de la lista. Justo los dos jugadores que dicen las cosas por su nombre, algo que a Vicente no le gusta en demasía y que ha condenado a Arbeloa a verse fuera de España y del Mundial, y respecto a José Callejón, ya se ha visto, puede que su pasado madridista y admirador de José Mourinho ya le haya condenado a las injusticias de un desconocido Vicente “dos caras”. 


Del Bosque hace su lista como le sale del marquesado que ara eso es el seleccionador, indiscutible. Claro que parece bastante obvio que no hay motivos, o sí, de los personales, por no estar bajo el mismo manto, por ser un verso suelto, si bien grandes son aquellos que a pesar de ser juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a nadie.