jueves, 29 de mayo de 2014

EL ATLÉTICO QUE VIENE


Tras una sobresaliente temporada donde el equipo madrileño ha conquistado la Liga y ha sido subcampeón de Europa, el futuro se adivina algo incierto
  
Antonio Blanca

¿Berlín 2015? ¿Objetivo utópico del Atlético de Simeone en la versión 3.0? Tras el sabor agridulce y la crueldad máxima de repetir la forma de perder cuarenta años después la final de Champions, esta vez ante el peor enemigo el Real Madrid en la infame noche de Lisboa, en la mente del equipo del Manzanares ha quedado el intento de repetir gesta y llegar a tal cita, si bien con un plantel poco o bastante diferente del presentado el 24 de mayo de 2015.

La afición rojiblanca que aún se frota los ojos para cerciorarse de que no sueña ni tiene visiones al ver a su equipo como campeón de Liga y dignísimo finalista de la Copa de Europa, cree que tiene la piedra angular del proyecto para seguir creyendo en la gloria: el “Cholo” Simeone. Desde la llegada del técnico argentino, laureado como jugador en el club rojiblanco, todos los problemas tornaron en posibilidades y las dificultades en oportunidades. Simeone y su equipo técnico cogieron a un club triste, alicaído, con algunos restos de triunfo circunstancial en la Europa League y Supercopa europea de 2010, pero con el mismo espíritu y concepto de pupas o equipo pequeño. Simeone creyó, y construyó un grupo temible y capaz de todo.

Se fue Radamel Falcao, uno de los mejores arietes del panorama mundial, y emergió Diego Costa junto a la 'ganga' de un David Villa venido a menos. De la misma manera que antes se fueron el “Kun” Agüero o Forlán, o antes de ellos Fernando Torres. Siempre el que llegó después consiguió superar al anterior, y nadie hoy en el Vicente Calderón recuerda con nostalgia al killer cafetero o al gambeteador argentino. Ninguno de ellos ganó la Liga española ni han sido finalistas de Champions League.

Una de las cuestiones que tiene que controlar siempre el club rojiblanco es el techo salarial. Por ahí se le escapa la posibilidad de retener a muchos jugadores valiosos, pero también es una excusa válida para no retener a quien no se gane el sueldo y generar salidas. El portugués Tiago Mendes, un tipo muy querido por la afición y muy peleado en su día por el club, finiquitará su paso por Madrid después de cuatro cursos exitosos. Los 33 años del centrocampista, su no convocatoria para el Mundial con Portugal (posiblemente injusta), y los dos errores cometidos en sendos primeros goles del Real Madrid en la finalísima de Lisboa, alejan definitivamente a Tiago del Calderón. El mediocampista bajó su sueldo en la pasada campaña, pero una nueva oferta de renovación a la baja parece que no dejaría satisfecha a ninguna de las dos partes.

Junto a él saldrá Diego Ribas. El crack que deslumbrara en su primera etapa en Madrid (2011-2012), campeón de la Liga Europa, no convenció en sus últimos seis meses al “Cholo”. Tan talentoso y genial como poco trabajador y liviano en la superación personal, Diego Ribas marchará rumbo a Turquía (Fenerbahçe) a disputar sus últimos años en la elite.

Claro que el asunto delicado se centra en torno a siete jugadores, las auténticas estrellas del equipo. Diego Costa tiene un precio desorbitado en Europa y su venta se haría en el mejor momento. Todo dependerá de la voluntad del futbolista. El Chelsea tiene ventaja para su fichaje. Thibaut Courtois es la perla mundial en la portería, pero no pertenece al club rojiblanco sino al Chelsea de Mourinho. Joao Miranda y Diego Godín se han convertido en dos de los mejores centrales del mundo y tienen varios pretendientes. El uruguayo estará en el Mundial mientras que Scolari no contará con el brasileño, al que siguen clubes como el Barcelona o el Manchester United, como tampoco lo hará con Filipe Luis, uno de los mejores laterales zurdos del momento y muy del gusto del Chelsea. Por último, la joya de la cantera atlética, Koke, que estará en la lista de Del Bosque y que apunta a marcar una era en el fútbol español, también es seguido muy de cerca por el conjunto catalán. Tampoco resulta nada clara la situación de David Villa, que termina su contrato de un año en la entidad y que podría escuchar ofertas de Estados Unidos. El Atlético 2014-2015 podría desmembrarse con estas más que posibles salidas, por lo que necesitaría imperiosamente fichajes de cierta talla. 

Además de ellas, parece inviable la continuidad de José Sosa, por el que el club debería desembolsar 10 millones de euros al Metalist ucraniano, la de Emiliano Insúa (podría irse cedido), o la de “Cebolla” Rodríguez.

El nuevo proyecto ilusionante más allá de la fe ciega en Diego Pablo Simeone, siempre que hubiera salidas, reside en los fichajes. El Atlético oficializa la contratación del argentino Ángel Correa, delantero de 19 años que abandona San Lorenzo este verano por una cantidad cercana a los 8 millones de euros. Aunque ya se sabe que las promesas argentinas suelen ser como los melones; no se sabe cómo de buenos son hasta que se abren.

Más allá de la llegada de Correa, el Atlético baraja la posibilidad de un guardameta de garantías por si no pudiera retener al gigante belga. El costarricense del Levante, Keylor Navas, sería el mejor colocado para ocupar la portería del Vicente Calderón. Además, tras el verano se incorporarán al equipo varios jugadores cedidos, como Leo Baptistao, Oliver Torres o Saúl Níguez, todos ellos con muy buenas condiciones y un futuro prometedor. 

Más allá de las posibilidades del jovencísimo Ángel Correa o de Keylor Navas en el caso de la salida de Courtois, sonaron durante el año algunos futbolistas que ilusionarían de verdad a la parroquia del Vicente Calderón. Fichajes casi tan utópicos como repetir la temporada que recién termina. Iván Rakitic es el futbolista que más resuena entre las paredes del feudo rojiblanco; un jugón de talla intercontinental que termina una temporada brillante en Sevilla y que afronta ahora el Mundial con Croacia.

Junto a él, en una lista que dio mucho que hablar a mitad de temporada en España, el lateral internacional Alberto Moreno (Sevilla), el habilidoso carrilero Siqueira (Benfica), el stopper belga Witsel (Zenit), el talentoso francés Valbuena (Marsella). Por último, la guinda más rimbombante y menos plausible, el todoterreno goleador uruguayo, Luis Suárez (Liverpool).

Lo que en la casa atlética está bastante dilucidado es que se vaya quien se vaya, otro jugador llegará. Lo único que perdura son los colores y el escudo.