Carlos de Blas
El estadio Da Luz de Lisboa pondrá este sábado en juego el derbi más
grande de la historia entre Real Madrid y Atlético en el mejor escenario
posible, la final de la Liga de Campeones, en un apasionante duelo
entre la obsesión de la 'Décima' Copa de Europa blanca y el entusiasmo y
la ambición rojiblanca por la 'Primera'.
Todo el mundo del fútbol pendiente de un partido, de una cita para la
historia y la eternidad para la ciudad de Madrid, por un trofeo ansiado
por el equipo madridista desde hace doce años y una ocasión anhelada
por el Atlético desde hace 40, desde 1974, cuando perdió aquella
dolorosa final frente al Bayern Múnich en Bruselas.
Las individualidades y el poder ofensivo del Real Madrid, el campeón
de Copa del Rey esta temporada, contra el bloque, la intensidad, la
firmeza defensiva y la fortaleza del Atlético, subido en una ola de
buenas sensaciones en su formidable campaña, en la que el pasado sábado
festejó un campeonato de Liga 18 años después.
Un nuevo 'combate', seguramente el más transcendente, entre dos
rivales 'eternos', un duelo táctico entre el italiano Carlo Ancelotti y
el argentino Diego Simeone y el cuarto enfrentamiento entre los dos
equipos en este curso. Dos lo ganó el Real Madrid, uno el Atlético y el
último, a primeros del mes de marzo, terminó 2-2.
El premio para el ganador, ahora, es grandioso en Lisboa, donde el
Real Madrid encara el momento más esperado tras doce años que han dado
forma a una obsesión llamada 'Décima', en la oportunidad de oro de una
generación de culminar un crecimiento progresivo tras años en los que se
alejó del sitio que le correspondía en una competición en la que es el
equipo más laureado. Los seis años sin pasar de octavos de final fueron
una losa para un buen puñado de entrenadores hasta que aterrizó José
Mourinho.
Con el portugués se rompieron barreras pero se crearon otras nuevas,
unas semifinales en las que tropezaron tres años consecutivos hasta que
Carlo Ancelotti ha enseñado el camino, conduciendo al madridismo a su
decimotercera final. Desde la tranquilidad, siempre cerca del jugador y
con un perfil muy similar al de Vicente del Bosque, último técnico que
dio una Copa de Europa al madridismo.
Ancelotti puede convertirse en Lisboa en el técnico más laureado si
vence. Igualaría las tres Copas de Europa conseguidas por Bob Paisley
con el Liverpool. Ha sabido sacar partido de las virtudes de sus
jugadores, con una apuesta ofensiva bajo un 4-3-3, explotando el juego
directo con la velocidad de jugadores como Cristiano Ronaldo, Gareth
Bale o Ángel Di María y con una personalidad de salir siempre a por el
balón.
Tras la exhibición en la fase de grupos, con récord goleador del
equipo y de Cristiano Ronaldo, el Real Madrid tuvo que desmitificar la
'maldición alemana' para sembrar su camino a la final. Vapuleó al
Schalke, se vengó de su último verdugo, el Borussia Dormund, y sacó los
colores al vigente campeón, el Bayern Múnich. La brillantez de la
semifinal y el 0-4 firmado en un terreno donde jamás había vencido, el
Allianz Arena, provocaron la relajación final en Liga. El verdadero
objetivo lo tenían ante sí. La oportunidad de conseguir la 'Décima' tras
doce años de sequía era una realidad.