Carlos de Blas
Hastiado del frenesí y la revolución generada por José Mourinho
en todos los ámbitos, Florentino Pérez, con todo el dolor del mundo,
decidió prescindir de José Mourinho y llamar al teléfono de un Carlo Ancelotti
que había sido objeto de su devoción años antes. El técnico italiano
aunaba todas las características que proclamaba el presidente: un
ganador que había jugado en un grande y que tenía grandes dotes para
administrar los egos de una plantilla que había declarado la guerra a
Mourinho.
Se le catalogó como 'pacificador' desde el primer día, pero el
italiano se quitó los cliches e inculcó un sistema de juego ofensivo
basado en la posesión pero sin hacer ascos al arte de correr que había
elevado Mourinho a la máxima potencia. Ancelotti buscó esa dualidad para
perder la previsibilidad de un equipo que perecía cuando era necesario
atacar en estático.
El técnico italiano hizo un canto al fútbol espectáculo nada más poner pie en tierra el 26 de junio de 2013. "El Real Madrid tiene que jugar un fútbol espectacular",
dijo. Y el Madrid gustó y ganó. El ex técnico, que ya había ganado dos
Champions con el Milan, logró cuatro títulos en sus primeros 15 meses
como técnico madridista y el aroma de una posible renovación ya se
respiraba en el ambiente. Pero el Real Madrid está condenado a la
excelencia y enfrentarse a un año sin conquistar Liga, Copa y Champions es demasiada osadía aunque llegara a la semifinal de la Champions y llegara al campeonato doméstico con opciones hasta la penúltima jornada.
Antes de conquistar la Décima Copa de Europa en el último minuto y la
Copa del Rey en la final ante el Barcelona, el técnico italiano tuvo el
primer examen donde demostró que tener mano izquierda no es algo
repudiable. La llegada de Bale enervó a un Di María que llegó a enfrentarse a un Bernabéu que le condenó por llevarse los manos a los genitales. Ante tal situación, el italiano le dio galones al argentino
como volante para que este se convirtiera en el jugador imprevisible
capaz de sobreponerse a cualquier ataque estático. El resto ya se sabe:
el argentino anotó en la final de la Copa del Rey y fue el mejor hombre
en la final de Champions League.
Tras la consecución del doblete Florentino decidió prescindir del
argentino y nuevos jugadores llegaron con el objetivo de aumentar las
prestaciones del equipo. Otra vez, Ancelotti tuvo que esmerarse para
recolocar las piezas del puzzle. Ese quizá ha sido la principal virtud
del italiano, saber adaptarse a las exigencias de arriba y adaptar a jugadores a posiciones desconocidas para ellos. Caso de Kroos, James, Bale o Isco, por ejemplo.
El Real Madrid, durante dos años, ha sido un equipo que ha ido de más
a menos en la competición. Durante la pasada temporada llegó como líder
en Liga y acabó dinamitando sus opciones en el mes de marzo y esta
temporada ha ocurrido algo similar después de conseguir el récord de las
22 victorias donde el conjunto blanco se ganó la admiración del mundo
entero.
El Real Madrid también sufrió dos 'pinchazos' consecutivos la
temporada pasada en marzo, ante Barcelona (3-4) y Sevilla (2-1). Pasó de
ser líder a quedarse como tercer candidato al título. De contar con 70 puntos y estar 3 por encima del Atlético y 4 del Barça, pasó a estar 3 por debajo del Atlético y 2 del Barça.
Este año el equipo blanco ha vuelto a tropezar con la misma piedra en
marzo. Antes del partido ante el Villarreal, estaba a 4 puntos del
Barcelona y tras la derrota en San Mamés, el Barcelona le rebasó tras ganar al Rayo Vallecano en casa.
Uno de los pecados de Ancelotti ha sido el de haber creado un sistema obsoleto de rotaciones
que ha fundido a los jugadores más importantes de la plantilla. El Real
Madrid ha visto que la preparación física de su cuerpo técnico
encabezado por Giovanni Mauri no ha sido la adecuada por la acumulación
de minutos que se han traducido en numerosas lesiones.
En la presente temporada Kroos es el que más ha jugado con 54 partidos y 4.684 minutos y
sus suplentes Illarramendi (41 partidos y 1.846 minutos) y Lucas Silva
(9 partidos y 454 minutos) no han sido jugadores a tener en cuenta para
el técnico. Ocurre lo mismo en el caso del lateral izquierdo donde
Marcelo ha disputado 4.255 minutos, Nacho sólo 1.088 minutos mientras que Coentrao 1.036 minutos. Vamos con Carvajal: 42 partidos y 3.475 minutos por los 34 de Arbeloa y 1.976 minutos.
Además de Kroos, hay otros dos jugadores que superan los cincuenta encuentros. Son Cristiano Ronaldo (54 partidos y 4.828 minutos)
e Isco (53 encuentros y 3.899 minutos). Bale está en 48 partidos y
4.200 minutos y Benzema en 46 con 3.747 minutos. Contrasta con
Chicharito (33 partidos y 1.451 minutos) y Jesé (23 partidos y sólo 724 minutos). Modric sólo ha podido jugar 25 partidos y 2.047 minutos.
Los números de Ancelotti como entrenador blanco son encomiables. En
117 partidos, su Real Madrid consiguió 87 victorias y anotó 316 goles
pero no dio el nivel ante los grandes en Liga. Bajo sus órdenes, el
conjunto blanco ha conseguido tan solo siete victorias en 22 partidos
ante Barcelona, Valencia y Atlético. Ante estos tres equipos sólo ha
conseguido 9 puntos de 36 posibles.
Durante la época en la que el champán corrió por el vestuario blanco
todos los jugadores, al unísono, hicieron un canto a la gran labor de
Ancelotti para darle el mérito al entrenador que cuenta con todo el
respaldo de la plantilla. Cristiano Ronaldo subió una foto a una red
social dejando claro que esperaba estar junto al italiano la próxima
temporada. El último en saltar a la palestra para elogiar al preparador
ha sido Luka Modric al afirmar que "Ancelotti es el técnico adecuado para el Real Madrid".
Florentino y la dirección deportiva blanca no consideran lo mismo.
Ganar la Décima no ha sido suficiente para Ancelotti. El próximo
entrenador del Real Madrid estará sometido a un alto grado de exigencia.