viernes, 16 de octubre de 2015

LA LEYENDA DEL '7'

Aránzazu Gálvez

El 15 de octubre de 2015 es una fecha para la historia en el madridismo y en el fútbol mundial. Es el día en el que Raúl González Blanco anuncia que cuelga las botas en una decisión que él mismo califica de difícil. Un paso complicado de dar, que le habrá tenido noches y noches de desvelos. Si ha dado el paso es porque ya no le quedan más pilas, más fuerzas y porque las piernas le han dicho que hasta aquí hemos llegado. La cabeza nunca le ha frenado porque si algo tenía el gran Raúl es que era el más fuerte de todos mentalmente. Indestructible en la adversidad e insuperable en la derrota. Con esta mentalidad, sus valores, su pasión y su ambición hizo un Real Madrid para la historia.

A sus 38 años pone fin a una trayectoria para enmarcar. Raúl ha sido el mejor fichaje que ha hecho el Real Madrid en los últimos 20 años y me quedo corto. Hay que darle las gracias a Jorge Valdano que, como ya es sabido por todos, apostó ciegamente por este enclenque canterano que salió del Atleti para hacer una carrera plagada de éxito en el Real Madrid. Valdano hizo una advertencia cuando era entrenador del Real Madrid en el año 1996: “Quien se quiera comer el mundo tiene las puertas abiertas del primer equipo”. Y el loco de Raúl se devoró, nada más ni nada menos, que al emblema de la Quinta del Buitre, a Emilio Butragueño.

Tres días antes de debutar con 17 años en La Romareda, Valdano llamó al imberbe Raúl a su despacho en la Ciudad Deportiva antigua del Real Madrid, donde hoy están las cuatro torres gigantes que se hacen llamar Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham. En ese despacho de vestuario, Valdano le dijo a Raúl: “¿Niño, estás preparado para cuando dé la alineación antes del partido y diga tu nombre? No quiero que te desmayes”. Raúl contestó: “Míster, si quiere ganar sólo tiene que ponerme”. Este era Raúl. El gran descarado, el ambicioso, el incombustible y la mentalidad más voraz que he conocido como futbolista. Un inconformista. Vivía el fútbol las 24 horas del día. Con un carácter fuerte, ganador, carisma y un señor respetado por todos los rivales. Acaba su carrera sin haber sido expulsado en ningún partido.


Me quedo para este día del adiós con una fotografía que publica otro mito y rival como Puyol, el gran capitán del Barcelona, que puso por la mañana, antes de que se hiciera oficial la retirada del ’7′, un abrazo de los dos y el siguiente mensaje: #rivalesnoenemigos. Puyol ya lo sabía. Antes que nadie. El resto de la historia ya lo conocen. Un palmarés histórico con tres Champions, por ejemplo. Para mí, que viví muy de cerca toda su carrera en el Real Madrid y en la selección, es principalmente el artífice de un fin de ciclo en Europa. Con Raúl llegaron las Copas de Europa en color. La Séptima, Octava y Novena. Y muchos más títulos. Me pongo en pie y le aplaudo. Gracias Raúl.