La
enfermería del conjunto blanco se llena de futbolistas asolada por las lesiones
que se agudizan merced al virus FIFA
Antonio Blanca
Otra
vez con Croacia, otra vez Luka Modric, otra vez una lesión muscular. A
diferencia de lo ocurrido el pasado noviembre, es una dolencia menos grave,
pero no menos incómoda, tres semanas de baja por una rotura en el aductor que
le hará perderse el vital partido ante el PSG en Champions League. Me pregunto,
¿qué le hacen a Luka en Croacia para que convocatoria tras convocatoria regrese
lesionado?
Con
la baja del croata, resucitan los viejos fantasmas. No es para menos, siempre
que el '19' no ha estado en el terreno de juego, el Real Madrid lo ha notado
mucho. Pasó durante los más de tres meses que se tiró en el dique seco, y posteriormente
en el tramo final del curso. En este caso concreto, James tomó las riendas y
fue de lo poco destacable de un equipo que acabó fundido. Pero ahora el
colombiano no está.
La
pregunta es la siguiente, ¿quién coge el relevo? Toni Kroos ha comenzado la
temporada en una versión muy gris. Por él pasa buena parte del juego, pero no
es capaz de darle una rápida circulación a la pelota. A diferencia de lo que
ocurre con Modric o James, el alemán no ha sido capaz en lo que de curso de
dejar su señal en el centro del campo. Ha pasado prácticamente desapercibido, e
incluso se habló de una hipotética suplencia tras el gran partido de Casemiro
en el Calderón.
Precisamente,
el brasileño queda excluido de esta tarea de liderar al equipo en la medular.
Su cometido es importante, pero no del que estamos hablando. A esto escapa
Mateo Kovacic, aunque por razones diferentes, el croata no ha llegado al Real
Madrid a hacer la función de su compatriota. No, al menos, en lo que se refiere
a adoptar todo tipo de responsabilidad en el juego. Sí es un complemento (un
perfecto complemento si exhibe el nivel mostrado en San Mamés) de mucha valía,
incluso un socio y recambio de cierta garantía. Pero en esta situación, con las
bajas de los dos motores blancos en el centro del campo, parece difícil que sea
el '16' el que recoja los galones.
Las
miradas se van a Isco, dada la falta de alternativas. Y esta tarea le llega al
malagueño en un momento extraño, está contando con los minutos que reclamaba,
pero no los está aprovechando como debería. No ha vuelto el Isco que sostuvo al
Real Madrid cuando comenzaba a experimentar un bajón crucial. No hay noticias
del jugador que llegó a provocar que parte de la afición pidiese sentar a Bale
en el banquillo.
Sin
pretendientes a un trono que queda vacío: así encara el Real Madrid las
siguientes tres semanas de competición hasta el próximo parón de selecciones.
Tres visitas muy duras como las del PSG, Celta y Sevilla esperan. Lo ocurrido
con el Barcelona es suficiente precedente para ver lo difícil que es conquistar
esos estadios, aunque el duelo en el Sánchez Pizjuán estará en el alambre.
Todos ellos, en definitiva, son partidos de altura. Y sin Modric, algo más
difíciles todavía.