Con
dos goles sublimen en Gijón el malagueño evitó que el Madrid perdiera la
ventaja que tiene frente al Barcelona en el momento crucial de la Liga
Antonio Blanca
La
Liga atravesó el ecuador de este alocado y trascendental mes de abril con los
dos gigantes mostrando síntomas claros de cansancio mental. Real Madrid y
Barcelona, que siguieron estrategias diversas a la hora de afrontar sus citas
previas a la batalla ante Bayern y Juventus, defendieron sus posiciones con más
agonía de lo previsto en dos envites anunciados y confirmados como
resbaladizos. Para alcanzar la valiosa cosecha de tres puntos, ambos colosos se
apoyaron en la magia de sus mejores jugadores en liza. En esta ocasión Isco
acompañó a Messi en esa categoría para desatascar a sus compañeros y
rescatarles de un pinchazo que podría condicionar sus candidaturas al título.
El
vigente campeón de Europa desplegó en El Molinón un equipo en el que sólo
repitieron Sergio Ramos y Nacho con respecto al escuadrón que tomó tres días
antes Munich. Asensio, Morata, Lucas Vázquez, James y incluso Coentrao
disponían de una alternativa que aprovecharía, sobre todo, Isco. El malagueño
fue el jugador sobre el que pivotó la fase ofensiva de un Madrid dominador de
la pelota. De sus botas fluyeron las combinaciones que conllevaron los tres
goles merengues, con dos dianas de extraordinaria factura, sobre todo la
primera. La segunda, más simple, resultaría decisiva porque llegó en el minuto
90 y significaría la cosecha de tres puntos que vendió muy cara el Sporting. Los
asturianos, con un modelo de defensa y frenético contragolpe, conseguirían
desestabilizar el mando y el equilibrio de un Madrid que notó la suplencia de
Casemiro sobremanera. Cop y Vesga adelantaron a los locales en dos ocasiones,
pero entre Isco y Morata se apañaron para empatar y completar una remontada que
pasó la presión de Chamartín al Camp Nou en la última media hora del
enfrentamiento del que los rojiblancos saldrían heridos en su brega por la
salvación.
El
Barcelona, todavía resacoso por el fiasco de Turín, evidenció las dudas que
vino a maquillar el legendario 6-1 ante el PSG. Los pupilos de Luis Enrique,
que volvió a la defensa de cuatro y sentó a Iniesta, mostraron un ejercicio de
bipolaridad demasiado familiar para la tribuna culé. La Real Sociedad retó a
pelear por la posesión a los locales y se jugaría con un ritmo vertiginoso y un
compás pleno de espacios y llegadas. Los dos equipos jugaban al ataque y
descubrían sus líneas defensivas, dibujando un primer tiempo en el que se
anotaron cinco goles. Messi sería el encargado de poner a los suyos 2-0 y de
asistir a un válido Alcácer en el 3-1. Ambos resultados parecían sentenciar los
puntos, pero el alma guerrera de los de Eusebio agujereó la espalda del sistema
blagurana con contras que llevaron el apretado 3-2 al descanso, con dianas de
Umtiti en propia meta y Xabi Prieto, sobre la hora. Y, en el segundo acto, el
coloso fue borrado del mapa por los donostiarras. El soliloquio visitante probó
a Stegen en múltiples ocasiones y contaminaría de incertidumbre el final de un
encentro en el que el equipo en ventaja bajó las revoluciones de forma
explícita. Sin embargo, llegaría a la orilla el Barcelona y defendería el
resultado para seguir la estela de su eterno enemigo, a una semana del decisivo
Clásico.
Por
detrás sigue asomando un Atlético que destacó por su rendimiento dentro del
trío puntero. Los colchoneros golearon a Osasuna con un doblete de Carrasco y
una diana de Filipe Luis y edificaron su tercera posición gracias, también, al
pinchazo de un impotente Sevilla que no pudo pasar de las tablas sin goles ante
el Valencia. Los de Sampaoli, que sufrieron la lesión de Vitolo, mostraron la
impotencia goleadora que viene arrastrando y terminaron por evidenciar el
intento de controlar a un sistema levantino que puso en aprietos a Diego Rico.
Con esos resultados, los rojiblancos viajarán a Inglaterra plenos de fe y los
andaluces ven cómo su colchón en Liga de Campeones se ve reducido.
Y
es que, a falta de la participación del Villarreal (que jugará contra el Alavés
en Mendizorroza), el Athletic se encaramó a la Europa League con fuerza,
gracias a los goles de Aduriz y Muniain (dos cada uno) en la goleada que los
vizcaínos le endosaron a Las Palmas (5-1). El Espanyol también se ha apuntado a
la batalla por los escaños continentales, ya que su triunfo ante el Leganés
-0-1, gol sobre la bocina de Baptistao- deja a los catalanes a un punto de un
Eibar que resbaló con creces, en cancha del Betis (2-0, con gol andaluz en el
primer y último minuto).
En
la parte baja no se movería la zona de descenso, pues todos perdieron y también
lo hizo el Leganés, que marca la frontera de la salvación en 27 puntos (cinco
por delante del Sporting). Cuatro por encima de ese listón se colocó un Deportivo
que, al fin, dio una alegría a su graderío y tomó el oxígeno suficiente que le
proporcionaron los goles de Joselu y Mosquera ante el plácido Málaga. Así pues,
el trío de cola quemó una fecha más de calendario sin reaccionar. Y en la
siguiente jornada se enfrentarán Osasuna y Sporting y el Granada viajará al
Pizjuán. Los pepineros, por su parte, se la jugarán en Villarreal.