lunes, 17 de abril de 2017

SALVAVIDAS ISCO

Con dos goles sublimen en Gijón el malagueño evitó que el Madrid perdiera la ventaja que tiene frente al Barcelona en el momento crucial de la Liga

Antonio Blanca

La Liga atravesó el ecuador de este alocado y trascendental mes de abril con los dos gigantes mostrando síntomas claros de cansancio mental. Real Madrid y Barcelona, que siguieron estrategias diversas a la hora de afrontar sus citas previas a la batalla ante Bayern y Juventus, defendieron sus posiciones con más agonía de lo previsto en dos envites anunciados y confirmados como resbaladizos. Para alcanzar la valiosa cosecha de tres puntos, ambos colosos se apoyaron en la magia de sus mejores jugadores en liza. En esta ocasión Isco acompañó a Messi en esa categoría para desatascar a sus compañeros y rescatarles de un pinchazo que podría condicionar sus candidaturas al título.

El vigente campeón de Europa desplegó en El Molinón un equipo en el que sólo repitieron Sergio Ramos y Nacho con respecto al escuadrón que tomó tres días antes Munich. Asensio, Morata, Lucas Vázquez, James y incluso Coentrao disponían de una alternativa que aprovecharía, sobre todo, Isco. El malagueño fue el jugador sobre el que pivotó la fase ofensiva de un Madrid dominador de la pelota. De sus botas fluyeron las combinaciones que conllevaron los tres goles merengues, con dos dianas de extraordinaria factura, sobre todo la primera. La segunda, más simple, resultaría decisiva porque llegó en el minuto 90 y significaría la cosecha de tres puntos que vendió muy cara el Sporting. Los asturianos, con un modelo de defensa y frenético contragolpe, conseguirían desestabilizar el mando y el equilibrio de un Madrid que notó la suplencia de Casemiro sobremanera. Cop y Vesga adelantaron a los locales en dos ocasiones, pero entre Isco y Morata se apañaron para empatar y completar una remontada que pasó la presión de Chamartín al Camp Nou en la última media hora del enfrentamiento del que los rojiblancos saldrían heridos en su brega por la salvación.

El Barcelona, todavía resacoso por el fiasco de Turín, evidenció las dudas que vino a maquillar el legendario 6-1 ante el PSG. Los pupilos de Luis Enrique, que volvió a la defensa de cuatro y sentó a Iniesta, mostraron un ejercicio de bipolaridad demasiado familiar para la tribuna culé. La Real Sociedad retó a pelear por la posesión a los locales y se jugaría con un ritmo vertiginoso y un compás pleno de espacios y llegadas. Los dos equipos jugaban al ataque y descubrían sus líneas defensivas, dibujando un primer tiempo en el que se anotaron cinco goles. Messi sería el encargado de poner a los suyos 2-0 y de asistir a un válido Alcácer en el 3-1. Ambos resultados parecían sentenciar los puntos, pero el alma guerrera de los de Eusebio agujereó la espalda del sistema blagurana con contras que llevaron el apretado 3-2 al descanso, con dianas de Umtiti en propia meta y Xabi Prieto, sobre la hora. Y, en el segundo acto, el coloso fue borrado del mapa por los donostiarras. El soliloquio visitante probó a Stegen en múltiples ocasiones y contaminaría de incertidumbre el final de un encentro en el que el equipo en ventaja bajó las revoluciones de forma explícita. Sin embargo, llegaría a la orilla el Barcelona y defendería el resultado para seguir la estela de su eterno enemigo, a una semana del decisivo Clásico.

Por detrás sigue asomando un Atlético que destacó por su rendimiento dentro del trío puntero. Los colchoneros golearon a Osasuna con un doblete de Carrasco y una diana de Filipe Luis y edificaron su tercera posición gracias, también, al pinchazo de un impotente Sevilla que no pudo pasar de las tablas sin goles ante el Valencia. Los de Sampaoli, que sufrieron la lesión de Vitolo, mostraron la impotencia goleadora que viene arrastrando y terminaron por evidenciar el intento de controlar a un sistema levantino que puso en aprietos a Diego Rico. Con esos resultados, los rojiblancos viajarán a Inglaterra plenos de fe y los andaluces ven cómo su colchón en Liga de Campeones se ve reducido.

Y es que, a falta de la participación del Villarreal (que jugará contra el Alavés en Mendizorroza), el Athletic se encaramó a la Europa League con fuerza, gracias a los goles de Aduriz y Muniain (dos cada uno) en la goleada que los vizcaínos le endosaron a Las Palmas (5-1). El Espanyol también se ha apuntado a la batalla por los escaños continentales, ya que su triunfo ante el Leganés -0-1, gol sobre la bocina de Baptistao- deja a los catalanes a un punto de un Eibar que resbaló con creces, en cancha del Betis (2-0, con gol andaluz en el primer y último minuto).

En la parte baja no se movería la zona de descenso, pues todos perdieron y también lo hizo el Leganés, que marca la frontera de la salvación en 27 puntos (cinco por delante del Sporting). Cuatro por encima de ese listón se colocó un Deportivo que, al fin, dio una alegría a su graderío y tomó el oxígeno suficiente que le proporcionaron los goles de Joselu y Mosquera ante el plácido Málaga. Así pues, el trío de cola quemó una fecha más de calendario sin reaccionar. Y en la siguiente jornada se enfrentarán Osasuna y Sporting y el Granada viajará al Pizjuán. Los pepineros, por su parte, se la jugarán en Villarreal.