jueves, 27 de abril de 2017

EL ARTE HECHO FÚTBOL

Enésima exhibición de la temporada de Isco acompañado por un colosal  Marco Asensio y una grandiosa “unidad B” del Real Madrid que merece muchísimo más que partidos sueltos

Antonio Blanca

Tres días después del fatídico Clásico perdido en el último minuto, el Real Madrid visitaba un estadio complicado en su historia. El equipo blanco estaba sobre aviso tras la goleada del Barcelona a Osasuna (7-1), y serían los Isco, Morata y Asensio los que tendrían que recuperar el pulso en La Liga. Con el primero de ellos al mando, las dudas desaparecieron en el minuto uno. Riazor disfrutó de un recital de Isco.

Las rotaciones de Zidane, dejando a Ronaldo y a Kroos en Madrid, no se notaron en el conjunto blanco. Más bien pusieron de manifiesto que el plan B del técnico francés tiene en sus botas fútbol a raudales.

Los primeros 20 minutos fueron un espectáculo de los madridistas comandado por el mejor Isco. No se había llegado ni al minuto 1 y el malagueño ya había puesto un balón al hueco para que Morata hiciese el 0-1, y eso solo fue el principio.

La presión en tres cuartos de campo ahogó al Depor provocando que en el espacio de 10 minutos el Madrid gozase de oportunidades para sentenciar. No lo hizo pero sí aumentó su renta con una pared entre Lucas Vázquez y James que el colombiano envió al fondo de la red.

Media hora de juego en Riazor y su equipo no había comparecido todavía. Su bagaje había sido un tiro alto de Guilherme desde la frontal, aunque ya se sabe que el fútbol puede cambiar en cuestión de segundos.

Tras una brutal parada de Lux a Morata con la cara, Andone no perdonó cazando un chut desviado de Kakuta para marcar el 1-2. De repente, tras un asedio en el que podía haber encajado cuatro goles, el Dépor creía.

Casilla se sumó al empuje blanquiazul sin quererlo. Al guardameta blanco se le escapó una pelota por alto y solo la suerte evitó que el remate de Sidnei involuntario no empatase el partido.

Habían jugado con fuego, casi se habían quemado pero llegó Lucas Vázquez para disipar las dudas. El gallego ajustició a sus paisanos rematando en el corazón del área un pase de Marcelo tras una jugada con ruleta incluida de Isco. Cada vez que aparecía el de Arroyo de la Miel, la magia futbolística fluía en A Coruña.

Comenzaba la segunda parte con más malas noticias para el Depor. Tyton sustituía a Lux en la portería por una sobrecarga en el músculo y Pepe Mel movía ficha dando entrada a Navarro por Kakuta. Un cambio defensivo que metió al Dépor todavía más atrás.

El Madrid jugó un rondo en la segunda mitad y tan solo era cuestión de tiempo que llegasen más goles. La goleada la pudo ampliar Lucas Vázquez gracias a Asensio.

Una diagonal marca de la casa de uno de los héroes contra el Bayern finalizó con un pase que dejó solo a Lucas ante Tyton. Esta vez no acertó y su disparo rozó el poste izquierdo.

Isco prosiguió con su recital, Kovacic se abonó a los taconazos y el 1-4 llevó la firma de James. Otro pase al hueco de Isco dejó a Morata solo ante el guardameta y el ariete mostró su generosidad. Cedió la pelota para que James hiciese a placer su doblete particular.

El único tanto que faltaba era el del rey de la pista. La endeble defensa local sucumbió a su magia llevando su firma el 1-5. Isco superó a Tyton por el primer palo y se retiró ovacionado por medio Riazor. Joselu marcó el segundo del Dépor y Casemiro cerró la fiesta tras una actuación magistral de Isco que permite al Madrid no ceder en la lucha por La Liga. El Barcelona sigue líder con los mismos puntos que el Madrid (78) pero con un partido más.