lunes, 10 de abril de 2017

UN PUNTO QUE VALE TRES

Horas después de que el empate en el derbi dejara al Real Madrid con un sabor agrio, Michel y su Málaga se encargaron de cambiar el sino de la Liga

Antonio Blanca

La jornada 31 de La Liga propuso uno de los platos principales de su desenlace por el título. El partido cumbre de la fecha reunían en el Santiago Bernabéu a Real Madrid y Atlético. Los de Chamartín luchaban por defender su liderato y presionar al Barcelona, que jugaba cuatro horas más tarde en Málaga; los segundos, por su parte, pugnaban por alimentar su tercera posición recién recuperada. Todo ello en medio de las cuentas pendientes que su renovada rivalidad ha generado y con la vista puesta en los enfrentamientos continentales del miércoles, ante Bayern y Leicester. Y la tensión del contexto sería el pentagrama sobre el que se jugaría en el verde.

Los pupilos de Zidane y los de Simeone se neutralizaron de inicio en una batalla en la que, poco a poco, se desnudaría el guión de ambos: el Madrid tendió a manejar más minutos de posesión al tiempo que los rojiblancos se amoldaban al modelo de repliegue y salida. La coral intensidad reduciría los espacios y las ocasiones, relegando las opciones a fogonazos. Benzema y Ronaldo probarían a Oblak en el primer acto y también en el segundo. Todo ello para vanagloria del meta esloveno. Antes de la segunda ráfaga de chuts, Torres marró un mano a mano despejado por Navas. Y es que ambos jugaban al filo cuando salían del “tacticismo”. Y Koke y Saúl habían adelantado el peso del balón parado en el minuto 2.

Pero en la reanudación se dibujaría otro perfil de ajedrez. Los merengues ascendieron las revoluciones en la salida de vestuarios e hicieron caja gracias a un córner botado por Kroos y cabeceado a la red por Pepe. Y, tras haber dominado a su escurridizo rival, los vigentes campeones de Europa soltaron las riendas del control que venían manejando para entregarse a un ejercicio de especulación de la posesión y cesión de metros que les terminaría por resultar abrasivo. Su condescendencia acrecentó la jerarquía colchonera y los de la ribera del Manzanares cumplirían su venganza con una diana de Griezmann en la recta final. Los cambios y la estrategia del Cholo (final dominante a pesar de contar con menos efectivos) arrancaron el empate de la casa del líder. El apagón de concentración tradicional de los madridistas no superó al exigencia atlética y ponían en bandeja la preponderancia liguera al gigante catalán.

Sin embargo, los blaugrana se olvidaron del ritmo, el ardor y la fluidez combinativa precedentes. Luis Enrique decidió volver al 4-3-3 y se la jugó colocando a Mascherano como lateral diestro. En consecuencia, sacrificó la profundidad por ese perfil y restó soluciones a una circulación que no sería lo suficientemente rápida como para desarbolar al ortodoxo y eficaz cierre de Míchel. Aún así, un pase largo de Jordi Alba dejó a Luis Suárez en mano a mano con un Kameni providencial. Se jugaba sobre la perenne posesión horizontal visitante y los andaluces se atrincheraban en busca de una contra que cazarían antes del descanso.

Un pelotazo de Juancar sintonizó con el desmarque de Sandro, que retrató el agujero táctico de un Barça muy adelantado y plomizo para batir a Stegen. El gol local condujo al descanso y en la reanudación saldría el segundo clasificado con Iniesta en el verde y, sobre todo, con otra actitud. Messi empezó a gozar de huecos para explotar entre líneas y el argentino lo intentaría en juego y, más que nada, a balón parado. Pero no llegaba la producción azulgrana a inquietar a Kameni. Luis Enrique planeó el regreso a los tres centrales como medida para abordar la obligada remontada, pero Neymar, intermitente, se auto-expulsó. Entró en un toma y daca continuo el desenlace, con el árbitro anulando un gol legal a Peñaranda y sacando fuera del área un penalti cometido sobre Sergi Roberto, no pitando otro sobre Fontás del Málaga. No llegaría a la orilla la épica de un Barcelona demasiado endeble. La enésima contra clara cedida a los blanquiazules terminó por sentenciar los tres puntos gracias al 2-0 que anotó Jony. La doble campanada está servida y el Madrid, finalmente, amplió en un punto su brecha en la cima clasificatoria.

Por detrás reaccionó un Sevilla que, en su caída (cinco partidos seguidos sin ganar) ya veía peligrar hasta el cuarto puesto. Los de Sampaoli recuperaron su colorido estilo para entregarse a la locura ofensiva que el Deportivo sólo pudo sostener en un primer acto de cinco goles. Jovetic y Sarabia adelantaron a los hispalenses y Kakuta selló, con un doblete, las tablas. Correa colocaría el 3-2 el borde del intermedio y la portería de Lux seguiría sufriendo una tormenta que cerró Ben Yedder. Así recuperó la sonrisa el club de Nervión en el homenaje a Monchi.

Los escaños por la Europa League siguen sin repartirse. El Villareal golpeó primero el viernes, en un duelo directo frente al Athletic. El Submarino fue muy superior en la defensa de su estadio y Víctor Ruiz, Bakambu y Adrián completaron un 3-1 esclarecedor que redondeó Laporte. Con ese triunfo se despegan los levantinos la estela del grupeto vasco. En ese intervalo clasificatorio, el de las plazas sexta y séptima mostró fuerza un Eibar muy competitivo, que este fin de semana tomó Balaídos ante un Celta con la mente puesta en su duelo continental ante el Genk. Kike García y Pedro León pusieron a los armeros sextos y presionaron a una Real Sociedad que ha de responder este lunes en su combate de urgencias ante el Sporting de Gijón. Por último, Piatti nutrió las aspiraciones europeas de un Espanyol que ganó por la mínima al desmotivado Alavés, para colocarse a un partido de la séptima posición.

La lucha por la permanencia abrió un nuevo capítulo con el único triunfo de Osasuna. Los pamploneses prolongaron su respingo al sumar su primera victoria casera de este curso (la jornada previa ganaron su segundo partido). Lo hicieron tras remontar al gol inicial del Leganés, anotado por Siovas. La fe de los pamploneses encendería a El Sadar con un doblete de Sergio León que colocó a su equipo a 10 puntos de la salvación. Lucieron los rojillos una fe no compartida por un Granada arrollado. Los nazaríes fueron goleados por el Valencia de Zaza (dos goles) en el Nuevo Los Cármenes. Además, el Betis parece apuntarse a la sufrida brega, después de haber sufrido un 4-1 ante un Las Palmas reconciliado consigo mismo.