domingo, 28 de marzo de 2010

CRUYFF "HONORIS CAUSA"

Daniel Iglesias

Es la noticia que sacude Can Barça tras la victoria en el partido de ayer sábado ante el Mallorca. El nombramiento de Johan Cruyff como presidente de honor del club blaugrana, en una decisión de Joan Laporta y su junta directiva que cogió a propios y extraños prácticamente por sorpresa y que ha levantado un gran revuelo, no sólo por lo inesperado de dicho nombramiento sino porque parece un arrebato más del presidente barcelonista a cuatro días, como quien dice, de que abandone su cargo. Que lo parezca no implica que lo sea.

Y es que todos están de acuerdo que el holandés, que actualmente también ocupa el cargo de seleccionador de Catalunya (otra noticia que en su día también sorprendió y dividió), ha sido, es y será toda una referencia en la institución de la ciudad condal. De su filosofía, de su manera de entender el deporte rey, de su pragmatismo el Barcelona ha creado su sello propio. En el Camp Nou no se entiende un fútbol que no sea el de ataque, el de ir a por el partido desde el minuto uno y practicando, a poder ser, un elaborado juego. De su ideal los culés levantaron en 1992 su primera Copa de Europa.

Siempre tenido en cuenta en cada una de sus aseveraciones, no cabe duda que Johan marcó un antes y un después en la historia del Barcelona, ya que la estética que creó para aquel inolvidable ‘Dream Team’ se sigue no sólo en la primera plantilla con un Pep Guardiola que ha mamado en primera persona del entrenador, sino en todas y cada una de las categorías inferiores, algo que de lo que pueden presumir muy pocos equipos en el mundo. Por ser quien es, por ser pionero en hacer atractivo el fútbol en el Estadi, que haya sido nombrado presidente de honor no se entiende como algo incomprensible. La cuestión quizá sean las circunstancias.

Y es tal decisión no hubiese creado controversia si, por ejemplo, hubiese sido ratificada por los socios en una asamblea o cumbre parecida. Y es que el problema, si es que lo hay, es que a Laporta y los suyos le quedan tres meses para abandonar el cargo. Y el nombramiento de Cruyff como presidente honorífico se podría haber retrasado perfectamente hasta las próximas elecciones, o dejar en manos de la nueva junta tal buena nueva siempre y cuando los socios estuvieran de acuerdo. Más teniendo en cuenta que el principal candidato a suceder a Laporta es Sandro Rosell, quien precisamente no es que mantenga una relación espectacular con el ex entrenador.

Sea como fuera, lo único que está claro es que Cruyff seguirá disfrutando de un lugar de privilegio en el palco, ahora y a expensas de una futura directiva que según el club barcelonista puede rectificar aunque "no lo entendería" (Oliver dixit), como presidente de honor y que si sus palabras ya eran tenidas en cuenta cuando no gozaba de este cargo y sí por ser quien fue y quien es, ahora habrá otra buena razón para no dejarle de escuchar. ¿Se lo merece o es simplemente otro golpe en la mesa de Laporta antes de dejar la presidencia?