La historia se repite para el Sevilla y, como ya sucediera hace dos años ante el Fenerbahce, se quedó a las puertas de los cuartos de final de la 'Champions' al ser derrotado con justicia por un CSKA de Moscú por 1-2 que, pese a ser inferior a priori y traer de la ida un 1-1 que le condenaba, superó a base orden y decisión al equipo de Manolo Jiménez.
El Sevilla salió con su once de gala y dispuesto a matar la eliminatoria por la vía rápida, a base del toque y la velocidad. De hecho, ya en el minuto 3 Luis Fabiano tenía la primera ocasión nítida de gol a pase de Navas, aunque el meta Akinfeev salvó el gol.
El CSKA tuvo claro que debía marcar para llevarse la eliminatoria y atacó mucho, sobre todo por la banda izquierda por la que actuó el internacional chileno Mark González, pues el futbolista ex del Real Betis estuvo siempre participativo.
El descaro del equipo que entrena Leonid Slutsky a la hora de atacar también sirvió al Sevilla para intentar el contragolpe en espacios libres que encontró en la defensa adversario, pero lo que más imperó fue el respeto entre ambos conjuntos.
De este intercambio de golpes, salió primero beneficiado el CSKA, cuando en el minuto 38 una buena acción de Honda, futbolista que mostró mucha calidad cada vez que participó, dejó el balón claro para que Necid, con precisión, se la pusiera imposible a Palop por bajo y ajustado a la cepa de un poste.
Dos minutos tardó el equipo de Manolo Jiménez en equilibrar el choque, con un tanto por bajo del argentino Diego Perotti ante la salida de Akinfeev, gol que empataba el encuentro y pero también la eliminatoria, por lo que quedó todo abierto para la segunda mitad.
Jiménez dio entrada desde el inicio del segundo período Frederic Kanouté en lugar de Diego Capel para dar más fuerza a la delantera andaluza y fue el malí, junto con Perotti, los que no llegaron por poco a un medido centro de Jesús Navas en lo que pudo ser el 2-1.
La respuesta visitante llegó muy poco después, pero en esta ocasión sí se tradujo en gol, en un saque de falta que lanzó Honda y al que no supo responder Andrés Palop al resbalársele el balón de las manos.
Se habían cumplido diez minutos de la reanudación y el Sevilla ya estaba obligado a marcar dos tantos ante un rival bien plantado que quiso tocar mucho el balón para que el tiempo corriera a su favor. Los sevillistas los intentaron con ganas, pero algo precipitados en sus acciones, por lo que tuvo que ingresar al campo Álvaro Negredo y al brasileño Adriano Correia para agotar todas las opciones de darle la vuelta a la eliminatoria.
El partido entró en su recta final muy cuesta arriba para los intereses del equipo local, que se fue con todo hacia arriba pero que también dejó muchos espacios para la contra rival. El asedio sevillista no dio frutos, porque nunca supo crear verdadero peligro frente a un CSKA que controló a la perfección su ventaja.