jueves, 18 de marzo de 2010

EL MADRID BUSCA MODELO

Después del enorme fiasco de la Champions, Florentino Pérez trabaja en la próxima campaña


Antonio Blanca


Euros, euros y hay más euros. ¿Crisis? El Real Madrid parece una fábrica de emisión de moneda, un pozo sin fondo repleto de billetes. Habrá que tirar de chequera para el curso 2010/2011 después de que la inversión nada desdeñable de 250 millones de euros de esta temporada haya quedado echa añicos a mediados del mes de marzo.

Florentino es el primer desilusionado en la masa merengue. Él, que había vendido un proyecto ganador, para devolver al Madrid donde le merecía, con su “ADN” europeo, y con un equipo de ensueño, tropezó otra vez en octavos de final. Para agravar aún más el hecho, la final de este año era en el Santiago Bernabéu, 2010, en casa, conquistar la “Décima”, un sueño que la plantilla con Pellegrini a la cabeza se encargaron de dilapidar hace ya una semana.

El técnico chileno cavó su tumba el 10 de marzo. Puede ganar la liga, puede batir todos los registros habidos y por haber, Florentino le ha tachado de la hoja de ruta. Al presidente le encantaría que Wenger el entrenador del Arsenal fuera quien ocupase el banquillo blanco, pero el francés abomina del concepto de club que tiene el máximo dirigente del Real Madrid. Su llegada al conjunto de Concha Espina ahora mismo es utópica. Arséne estuvo firmado, con un precontrato por Villarmir. Sin “Valdanos”, ni directores deportivos de turno, él se encargaría de todo. Si Florentino lo quiere sentar en el Bernabéu, ya sabe que tiene que hacer.

Enterrado en Europa, vivo en España, el Madrid refuerza sus contradicciones. No tener una filosofía a seguir, desde la salida de Del Bosque el equipo merengue ha perdido su sino, su ser, y no lo encuentra. Pasan entrenadores y jugadores (buenos y mediocres) y la cosa no cambia.

La realidad de los dirigentes del Real Madrid, es clara. La Liga es lo de menos. No pueden evitar pensar ya en la próxima temporada, en vender ilusión a una grada destrozada. Mientras los “empleados” se conjuran para mostrar unión y compromiso en el peor momento del curso, los ejecutivos ya sondean el mercado y reciben las primeras calabazas a su ideario mercantilista.

Como Pellegrini se mantiene sólo de cuerpo presente, se multiplican las cábalas sobre la herencia. La figura estilizada del francés Wenger, el preferido desde el primer día por Florentino Pérez, como he dicho es quimérica. Aboga por los proyectos a largo plazo, por pulir diamantes, y rechaza las urgencias que caracterizan al Madrid.

Y de Wenger, un amante del toque, del “fútbol-arte” que exhiben los 'gunners', a Mourinho, el paradigma del triunfo a cualquier precio, de un estilo italianizante semejante al propuesto por Capello.

Modelos antagónicos que podrían converger en la figura de Ancelotti, bien ponderado en el Chelsea. El portugués renovó con el Inter hasta junio de 2012, con una cláusula de rescisión de unos seis millones. Cobra unos once 'kilos' al año. El metódico Rafa Benítez también encuentra sus adeptos entre los asesores de Florentino Pérez. Ha prorrogado su compromiso con el Liverpool hasta 2014, a razón de unos cinco millones por ejercicio, pero cada vez es más discutido a orillas del Mersey y no le penalizarían por romper su contrato. Pero también exige ser el mandamás y vínculos a medio y largo plazo.

También se baraja imitar al Barça y apostar por Míchel, madridista empedernido, profundo estudioso del fútbol y conocedor de los entresijos e idiosincrasia de la 'casa blanca'. Y si nada sale, los detractores del régimen aseguran, con saña, que siempre habrá un cuarto o quinto plato, como lo fue Pellegrini, que trague con una plantilla ya confeccionada, con altas y bajas decididas desde arriba.

Los futbolistas hacen de tripas corazón, respaldan a su técnico, al menos en público (existen excepciones como Kaká) y a corto plazo, y apuestan por pasar página. ¿Pellegrini? Con él hasta final de temporada. Todo es maravilloso en el Madrid. Que la realidad no ciegue a la ficción, aunque si ellos lo dicen…