La dirección técnica del equipo merengue gestiona la
planificación de la plantilla de la próxima temporada con el objetivo claro de
la Undécima
Antonio Blanca
De momento
tanteando el terreno, a la espera de que termine el Mundial de Fútbol de
Brasil, el Real Madrid se debate internamente sobre qué camino tomar en el
mercado de fichajes veraniego. ¿Una
política prudente, de retoques, o un movimiento estratégico que provoque un
nuevo impacto mediático? En su segunda etapa en la presidencia del club
de Chamartín, Florentino Pérez
se ha dejado asesorar en mayor medida que en la primera. No ha dado de lado a
sus clásicas contrataciones galácticas, pero ha satisfecho la gran
mayoría de las peticiones realizadas por los entrenadores que han pasado por el
banquillo local del estadio Santiago Bernabéu desde 2009, nunca dejando
pendiente la tarea de reforzar correctamente posiciones menos atractivas, que
puedan generar menos expectación.
Ahora, con Carlo Ancelotti en el banquillo, Cristiano Ronaldo y Gareth Bale en plantilla, y una vez
hecho realidad el sueño de la décima Copa de Europa, la entidad merengue
medita cuidadosamente la línea de actuación a seguir en lo que respecta al
acometimiento de próximas contrataciones. Se tiene claro que el conjunto presenta sus principales
carencias en el centro del campo y la delantera. Para la medular se
busca un futbolista de calidad, capaz de asumir el rol de canalizador del juego
e iniciar la fase de creación, pero bajo ningún concepto exento de notables
nociones tácticas, poder de recuperación y un físico que le permita abarcar un
amplio espacio de terreno sobre el césped.
Las dudas
asoman en la elección de un punta
a incorporar y en torno a dos aspectos concretos: las características futbolísticas del elegido y su categoría como jugador.
El primer punto se refiere a la tipología del ariete, es decir, a si se
pretende el fichaje de un Nueve clásico, que fije a los centrales,
posicional y rematador, o el de uno de estilo asociativo, quizá más conveniente
dentro de un esquema que hace uso de dos extremos que actúan a pierna cambiada.
Aunque tal es el perfil precisamente de Karim
Benzema. El segundo contempla la ejecución de una operación por un buen
recambio para el francés, o por una estrella que compita de igual a igual con
éste e incluso pudiera partir como titular en un principio.
Ambos grupos
engloban a hombres que podrían incluirse en el otro. Teniendo en cuenta que
Benzema, salvo giro inesperado y total de la situación, seguirá vistiendo de
blanco, con renovación de contrato incluida, la cual se anunciará tras concluir
el Mundial de Brasil, la lógica futbolística invita a pensar en la
incorporación de un delantero de cualidades distintas a las del francés. Dentro
de esta clasificación, el puesto número uno lo ocuparía Radamel Falcao. Para el colombiano siempre fue un sueño ejercer
como local en el Santiago Bernabéu, y lo sigue siendo. Sin embargo, dos factores invitan a la calma en la
negociación: el primero, conocer con exactitud en qué condiciones
afronta su vuelta a los terrenos de juego tras superar la rotura del ligamento
anterior cruzado de su rodilla izquierda; y el segundo, el precio que el
Mónaco, un equipo sin necesidades económicas que busca alimentar un ambicioso
proyecto deportivo, podría solicitar a cambio de la venta de uno de sus principales
activos.
La opción
del ariete cafetero resulta la más atractiva que puede ofrecer el
mercado de fichajes en lo que respecta a puntas natos. Pero no la única.
Nombres como los de Mario Mandzukic,
Vedad Ibisevic, Fernando Llorente, Mario Gómez, Miroslav Klose, u Óscar
Cardozo están ahí. Tienen en común hallarse en una franja de edad de
entre los 28 y 31 años, excepto el alemán de origen polaco. La llegada de
alguno de ellos recordaría al movimiento que en su día supuso la obtención de
la cesión con opción de compra de Emmanuel
Adebayor. Como entonces, se adquirirían experiencia, buenas cifras,
poderío por alto y remate, todo ello, además, a priori unido a la aceptación
por parte del elegido de un rol secundario dentro de la plantilla. En este
sentido, cuesta creer que el aún jugador del Bayern Múnich fuera capaz de
asumir de buen grado un papel así.
En lo que se
refiere al perfil más cercano al de un atacante asociativo, Luis Suárez y Edinson Cavani sobresalen por encima del resto. De todas formas,
la apuesta por renovar a Benzema disminuye claramente las posibilidades
relativas a la realización de una fuerte inversión en virtud de contratar a un
delantero de estas características. Quizá, una operación por una promesa
resultara más recomendable en este caso. Antoine Griezmann gusta mucho en Chamartín.
Si hay una
zona que preocupa al Real Madrid, es el centro del campo. Se llevará a cabo un
esfuerzo considerable con la intención de reforzar esta parcela. El objetivo
número uno es Toni Kroos. El
alemán es una petición expresa de Carlo Ancelotti. El italiano quiere
confeccionar una medular de ensueño y lo considera la pieza fundamental para
lograr este propósito. Al futbolista le seduce la idea de aterrizar en la
capital de España para vestir de blanco. El hecho de que su contrato con el
Bayern Múnich expire en 2015 debería facilitar el acuerdo entre clubes. El
italiano Marco Verratti también
representa una opción sumamente atractiva para el cuadro merengue.
Arturo Vidal es otro de
los jugadores que gustan al entrenador italiano, pero, como en el caso de Paul Pogba, la Juventus lo tasa muy
por encima de su valor real. Por su parte, Ramires no convence demasiado en la zona noble del Santiago
Bernabéu. El mercado de fichajes ofrece otras alternativas interesantes a
precios más asequibles, tales como Miralem
Pjanic, de la Roma, o William
Carvalho, del Sporting de Portugal.
Y por último la perla colombiana revelación del
Mundial que ha declarado su preferencia por jugar en el conjunto de Concha
Espina de darse la oportunidad, James Rodríguez quiere triunfar en un grande, y
parece que su sitio para ello sería el Madrid.