José Antonio Moya
La selección italiana se estrenó en el Mundial
de Brasil con una sobresaliente victoria ante Inglaterra (1-2) en un
duelo celebrado en el estadio Amazonia de Manaos, que resultó un
auténtico homenaje al fútbol por la cantidad de ocasiones que
dispusieron ambas escuadras, las cuales suman cinco títulos mundiales.
El equipo de Cesare Prandelli, al compás del talentoso Pirlo, fue
de menos a más y terminó culminando un triunfo de justicia. Una victoria
que confirma la evolución italiana en los últimos años. El
subcampeonato europeo y las semifinales en la Confederaciones no fueron
por azar.
Y eso que Inglaterra --apoyada en el esquema de Liverpool-- empezó
pasada de revoluciones. La velocidad de Raheem Sterling y Daniel
Sturridge generó las primeras ocasiones para el combinado de Roy
Hodgson, que comenzó asustando con dos lanzamientos desde la frontal que
pusieron en aviso a Sirigu, el inesperado guardián de la meta
transalpina por la lesión de última hora de Buffon.
Sterling disparó al lateral de la red en un disparo violento, a
los tres minutos, y Welbeck estuvo cerca de cabecear un centro de
Sturridge que se paseó por la zaga italiana, seguramente el punto débil
de la tetracampeona del mundo. Impensable años atrás si uno recuerda
nombres como Maldini, Baressi o Costacurta.
Prandelli arengó a los suyos y pidió más presencia a Pirlo, que
poco tardó en sacar el violín y afinar en los metros finales. Una
excelente jugada ensayada de córner, que dejó pasar bajo piernas el
cerebro de la Juve, terminó en los pies de Marchisio, que batió a Hart
de fuerte lanzamiento.
El 0-1 no hacía justicia al esfuerzo de los 'pross', que dos
minutos después saldarían su deuda con un gol con una acción impecable.
El mejor ejemplo de una contra, materializada por Sturridge, que supuso
una loa al balompié. Sterling sirvió para Rooney entre líneas y el del
United le regaló un caramelo al ariete 'red'.
Con el 1-1 se alcanzó el descanso, pero Italia quería más y lo
demostró Balotelli con una vaselina que pudo haber sido el gol del
torneo. Jaglieka, sobre la línea, la despejó con la testa antes de
enfilar el túnel de vestuarios. Nada más salir en la segunda mitad,
'SuperMario' encontró petróleo a la espalda de la zaga británica.
Un balón de Candreva, uno de los más destacados en Italia, acabó
siendo un servicio inigualabe para Balotelli, que cabeceó a gol y
estableció el definitivo 1-2. Inglaterra no cejó en su empeño y Gerrard,
a balón parado, también dispuso de alguna oportunidad para igualar el
choque en el tramo final.
Pero no, no hubo manera de encontrar la rendija e Italia --que
estuvo a punto de marcar el tercero tras una falta de Pirlo que se
estrelló en el larguero-- acomodó los tres puntos en la buchaca.
Inglaterra, por su parte, tuvo que conformarse con una derrota más que
digna, que le obliga a no fallar ante Uruguay en la segunda jornada.