Julio Candela
La selección española repitió el guión de
Sudáfrica y comenzó hincando la rodilla en su estreno mundialista (1-5),
aunque en esta ocasión lo hizo con estrépito ante Holanda, que
empequeñeció a la vigente campeona en una segunda parte en la que los
pupilos de Del Bosque estuvieron irreconocibles.
No se recuerda un batacazo igual en la España reciente, ni tan
siquiera aquel traspié ante Suiza de hace cuatro veranos. Sin chispa y
sin recursos, Holanda tuvo más hambre, más fuerza y --también-- más
suerte. En cualquier caso, nadie hubiera imaginado tal desastre a los 42
minutos de partido, cuando Silva falló solo un mano a mano con remate
picado.
Del 2-0 se pasó al 1-1. La máxima del fútbol volvió a cumplirse,
segundos después de que Sergio Ramos y Piqué firmasen el primer enredo
de la noche. Van Persie aprovechó el hueco y cabeceó por encima de
Casillas, que había comenzado de dulce con un buena parada a Sneijder.
El empate enfrió a una España que ya se había olvidado del gol de Xabi
Alonso.
Todo había comenzado según lo previsto, al menos para esta España,
acostumbrada a los violines desde hace más de seis años. Un sensacional
pase de Xavi Hernández lo recogió Diego Costa, engañó a su defensor y
éste cometió penalti. Alonso tiró ajustado y colocó el 1-0. Se abrieron
entonces la puertas del buen gusto e Iniesta volvió a reclamar la
atención.
Así se llegó al descanso, con Holanda de menos a más y con España
tocando su techo. El gol descolocó a la vigente campeona, superada por
Van Persie y Robben en todo momento, además de la fortaleza de su centro
del campo, escasamente creador, pero diseñado a la perfección para
contener el juego cansado de 'La Roja'.
El paso por vestuarios no aclaró el panorama, sino todo lo
contrario. Robben volvió a encontrar el hueco entre los dos centrales
españoles y fusiló a Casillas dentro del área. El 1-2 no cambió el
discurso de España, pero evidenció que no sería suficiente para frenar
el ímpetu de la actual subcampeona mundial.
A partir de ahí, nada le salió a los chicos de Del Bosque, que
andaban cabizbajos sobre el césped de Salvador de Bahía y con el
infortunio de recibir el 1-3 en una jugada que debió ser falta. Van
Persie obstaculizó en el salto a Casillas y De Vrij, libre de marca en
el segundo palo, logró el gol casi sin oposición.
Ahí llegó la barra libre para la selección 'oranje' que encontró
una mina de oro en la debilidad de Piqué y Ramos. Para colmo, y tras un
gol anulado a Silva por fuera de juego, llegó el cuarto después un error
estrepitoso de Iker Casillas. El capitán controló mal y Van Persie no
tuvo problemas en dar la puntilla.
Al final, y después de que el delantero del Manchester la
estrellase en el larguero, Robben volvió a empequeñecer a la zaga
española y a su centro del campo, donde se echó de menos el oxígeno de
Koke, o la creatividad de algún jugador más de ataque, no tan
encorsetado en la dupla Alonso-Busquets.
La humillación llegó a su fin con un dos nuevas ocasiones, todas
ellas generadas por el físico, y España volvió a pellizcarse. La doble
campeona de Europa y defensora del título abrió los ojos, consciente de
la pesadilla que vivió en Salvador de Bahía. Ahora, contra las cuerdas,
no tiene de error ante Chile y Australia.