A
la épica victoria del Madrid ante el Valencia, respondió el Barcelona ganando
con solvencia el derbi de la ciudad condal
Antonio Blanca
La
Liga se aproxima a su desenlace con todos los frentes abiertos. Tanto el
título, al tercera plaza, la Europa League o la permanencia siguen sin haberse
resuelto a falta de tres jornadas para el final del calendario. En la cima de
la clasificación prosiguen su cerrado pulso Real Madrid y Barcelona, si bien lo
hicieron con diferentes sensaciones e influidos por distintos contextos. El
hecho de haber sido eliminados de la Liga de Campeones y de ser éste tramo
final el de la despedida de Luis Enrique parecería haber liberado a la
plantilla culé. Buena cuenta de ello dio el Espanyol. Los pericos domaron al
gigante catalán con un primer tiempo de exhibición defensiva en la que el
tridente quedó maniatado. Sin embargo, la baja de Iniesta no condicionaría a
sus compañeros, firmes con la pelota y con el mismo veneno arriba que endeblez
atrás.
Los
pupilos de Quique se afanaron en las labores defensivas y Jurado dispuso de la
mejor opción de gol de su equipo. El centrocampista marró un mano a mano
inicial ante Stegen y precisamente su calidad le llevó a cometer un error
trascendental en esta batalla por el título. Ex colchonero trazó una arriesgada
cesión hacia su portero desde la medular. Luis Suárez -muy desacertado hasta
entonces- interceptó el pase y batió a Diego López en el minuto 48. El resto de
segundo acto evidenció la superioridad de un Barça plácido en el juego de toque
y capacitado para explosionar al rival con cambios de ritmo locales cuando el
0-1 yacía en el electrónico. Crecerían las figuras de Neymar y Messi, que dio
el segundo tanto a Rakitic, y el delantero charrúa penalizaría otro error de
bulto local para redondear una goleada que disimuló la falta de fondo de
armario y que alimenta la convicción de un vestuario culé que sólo se
concentrará en su candidatura doméstica.
El
Real Madrid, por el contrario, salió al césped del Bernabéu con la cabeza
puesta en las semifinales de Champions que se jugarían tres días después.
Zidane no rotó y eligió a su once titular, con James (laboor completa) por el
lesionado Bale, para doblegar a un Valencia convencido de su solidez defensiva
y vértigo al contragolpe. De hecho, Mina marró un mano a mano a las primeras de
cambio como aviso. Evolucionaría el club de Chamartín hacia un denso dominio de
la pelota que le llevó al cabezazo certero de Ronaldo que abrió el marcador. A
partir de la primera media hora y con el resultado en franquía, dominaría el
cuero de forma especulativa el sistema merengue. Sólo Benzema y el luso
escapaban del guión controlador.
En
la reanudación mantuvieron los locales su ejecución, pero caerían en una
indolencia que ni siquiera despertó cuando Diego Alves le detuvo un penalti a
Cristiano. La pelota iría tornando al redil valenciano, con Dani Parejo como
gobernador de la multiplicidad de salidas peligrosas que no llegaban a Navas
por falta de pericia en el último toque. La calidad que le faltó a sus
delanteros la aglutinó el genial cerebro: puso en la escuadra una falta en la
frontal regalada por Casemiro. Entonces, a siete minutos de la conclusión, se
desató otra agónica contrarreloj con el liderato en juego. Esta vez Marcelo
salvó a los suyos con una incorporación de bandera que abortó el final
dramático en el coliseo de Concha Espina. Nuevamente la calidad y la épica salvaron
al vigente campeón de Europa.
El
subcampeón continental, por su parte, sacó ventaja de las fechas en la lucha
por la tercera plaza y presionó a un Sevilla que jugará este lunes. El Atlético
arrasó Las Palmas en 20 minutos -doblete de Gameiro y cabezazo sublime de Saúl-
en el mejor partido de Gaitán. Tanta fue la distancia en el compromiso y la
intensidad de ambos equipos que Ñíguez se mostró "sorprendido" por la
pasividad local. Oblak no sufriría (los de Setién no embocaron ni un tiro entre
palos) y sólo la lesión de Giménez, que deja a los rojiblancos sin laterales
diestros para las semis de Champions, se interpuso en la placidez atlética en
su visita a las islas.
Por
detrás, Villarreal, Real Sociedad, Athletic y Eibar no fallaron. Los cuatro
equipos se pelean por dos posiciones de acceso a la Europa League (o tres, si
el Barça gana al Alavés en la final de Copa). Los castellonenses lucieron
sobriedad para arrodillar al Sporting (3-1) con un doblete de Bakambu y una
diana de Soldado. Este marcador presionó al trío vasco, pero todos
responderían. Los donostiarras sobrevivieron a las urgencias del Granada (2-1,
con goles de Vela y el protagonista Juanmi), los vizcaínos se propulsaron sobre
el doblete de Raúl García para tomar Vigo (0-3 al ausente Celta, con tanto
final de Mikel Rico) y los armeros escaparon del Leganés gracias al buen hacer
de su delantera y de Pedro León (2-0, tantos de Kike y Enrich). Sesenta y tres,
62, 61 y 54 es la relación de puntos que registran los mencionados
contendientes cuando quedan 9 puntos en disputa.
En
la búsqueda en pos de la salvación ya no participará un Granada que firmó su
descenso al quedar a cuatro partidos del Leganés, equipo que marca la frontera
de la categoría y que todavía tendrá que guerrear con el Sporting (les separan
6 puntos). Osasuna, ya descendido, lució orgullo para empatar a dos frente al
Deportivo (doblete de Gilherme y goles del canterano Steven y Juanfran en
propia meta). La intrascendente goleada asestada por el Alavés al Betis (1-4)
clausuró una fecha que ejerce como telonera de la recta final.
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