Jordi Grimau
El Vicente Calderón se preparó para una final de alto nivel,
pero lo que demostraron Barcelona y Sevilla superó todas las expectativas. El
Sevilla salió mejor y el Barça se quedó con 10 en el minuto 35 por expulsión de
Mascherano, pero en la segunda mitad los sevillistas desaprovecharon sus
ocasiones, y la expulsión de Banega en el descuento niveló la prórroga. Con
igualdad de fuerzas y tras haber pasado el peor trago, apareció Messi para
poner un pase al hueco letal para Jordi Alba. 1-0 épico para los azulgranas que
Neymar certificó en el último minuto de la prórroga, y la Copa del Rey y el
doblete se fueron para Barcelona.
Comenzó la final como no podía ser de otra manera, con mucha
intensidad. Los azulgranas quisieron golpear primero con un pase al hueco de
Iniesta que remató fuera Suárez, pero rápidamente cambió el panorama.
Espoleado por los cánticos de su afición, mucho más ruidosa
que la del Barcelona, el Sevilla se plantó en su campo defendiendo a ultranza y
creando mucho peligro al contragolpe.
Fruto de este método dirigido por el catedrático Unai Emery,
Coke estuvo a punto de emular la final de Basilea marcando otro gol decisivo,
pero tras el pase atrás de Vitolo, el número 23 golpeó el cuero de la peor
manera posible y falló lo que era un gol cantado.
En el otro bando, solo Messi aparecía de vez en cuando por
el centro rompiendo el engranaje defensivo rival, pero el argentino, que
intentó un gol olímpico, no estaba fino con el último pase.
En media hora de partido no hubo ni rastro de Neymar ni de
Suárez, y el mayor peligro del Barça lo llevó Alves con un tiro lejano. Entre
tanto, la 'guerra' de las banderas en las gradas se convirtió en la 'guerra' de
los cánticos.
Del 'qué viva España' de los sevillistas al 'independencia'
de los catalanes. La política estaba muy presente en la final.
Y el júbilo se desató en el sector andaluz cuando el minuto
35 Gameiro aprovechaba un pelotazo para ganarle la espalda a Mascherano y
forzar la roja del argentino.
Cayó en la trampa el veterano defensor, y pudo dar las
gracias, dado que por poco comete la falta dentro de su propia área.
Acto seguido, Banega propició un paradón de Ter Stegen, y el
Barça, como un león herido, despertó de su letargo.
Con 10, pero con una calidad única en el ataque, llegaron
dos ocasiones que pudieron darle la vuelta a la tortilla. En un córner, Piqué
remató a placer y su remate se fue alto por poco.
Neymar hizo su primera aparición caracoleando en el área
después y cediendo a Messi un tiro franco, pero el '10' no pudo precisarlo.
0-0 al descanso, y todo por decidir con un Sevilla con
superioridad numérica ante un Barça tocado, pero para nada hundido.
La segunda parte de la película comenzó siendo un thriller
para el Barcelona. Tras una salida en tromba del Sevilla con tiro al palo de
Banega incluido, en la primera jugada de ataque azulgrana, Suárez se rompió.
El uruguayo sufrió un tirón en la parte posterior de la
pierna derecha, y se fue llorando del césped. La Copa América peligraba para
él, y sin él, lo hacía la Copa del Rey para el Barça.
El parón por la lesión se convirtió inesperadamente en un
soplo de aire fresco para el Barça, porque lo que vino después fue el Sevilla,
empujado por todo Nervión.
Primero Vitolo caracoleó y no tiró cuando tenía toda la
portería para él, y tras un error en la salida de balón de Busquets, un chut de
Iborra en el borde del área lo despejó la defensa azulgrana cual frontón.
Pero todavía faltaba lo peor, ya que a la salida del córner
Busquets despejó un disparo de Krychowiak que se iba para dentro. El Barça
salió vivo del chaparrón.
Y con dos acciones individuales de Neymar e Iniesta que
terminaron en falta, los azulgranas gozaron de un libre directo en botas de
Messi, pero el argentino tenía la mirilla desviada, y su chut lo recogió Rico
sin problemas.
A partir de ahí el partido se volvió una locura. El Sevilla
apretaba y del Cerro Grande se hizo enorme en el partido.
Falló cuando Neymar se iba solo, interpretando un piscinazo
que sería la segunda amarilla para Rami, y cargó a varios jugadores azulgranas
con amarillas por las protestas.
En la siguiente jugada, con un eslalon de Iniesta con pase
al hueco de Rafinha para Neymar, Banega derribó al brasileño y ahora sí,
expulsión para el aregntino.
Las fuerzas se igualaban con 10 jugadores y el partido,
envuelto en bronca y polémica, se fue directo a la prórroga.
El que perdona en fútbol la paga, y eso mismo le pasó al
Sevilla. En el minuto seis de la prórroga, Jordi Alba le ganó la espalda al
lateral derecho y tras recibir un pase largo de Messi desde el centro del
campo, superó por el segundo palo a Sergio Rico.
Estalló la grada azulgrana, que vivió casi una hora del
partido sufriendo las acometidas de un Sevilla en superioridad numérica. El
fútbol es imprevisible y este partido lo volvió a poner de manifiesto. No en
vano, Jordi Alba marcó su primer gol de la temporada en el momento más
indicado.
El gol fue un palo muy duro para un Sevilla que tuvo que
remar a contracorriente el resto del choque, con jugadores desesperados como
Carriço, que fue expulsado por protestar. Alves y Piqué pudieron aumentar la
cuenta azulgrana, pero solo Neymar pudo hacerlo en el último suspiro para poner
el 2-0 final.
El doblete se fue para Barcelona, el séptimo de Liga y Copa
en la historia de los culés y el segundo para Luis Enrique.