viernes, 6 de mayo de 2016

SUS DIECISIETE FINALES

Aránzazu Gálvez

El Real Madrid fue el dueño de Europa durante la primera década de vida de la Copa de Europa. La competición, fundada por la UEFA en la primavera de 1955 e impulsada en sus primeros años por el diario francés L’Equipe y por Santiago Bernabéu, asistió en su primer lustro de vida a cinco victorias consecutivas del Real Madrid, desde 1956 hasta 1960, un hito que todavía no se ha igualado.

En aquellas primeros pasos de la competición de clubes más importante del mundo, el Real Madrid estrenó el palmarés con una victoria sobre le Stade Remis en el Parque de los Príncipes de París. Fue el 13 de junio de 1956 cuando un gol en los últimos minutos de Héctor Rial ponía el 4-3 para los blancos, que habían remontado un 0-2 y un 2-3.

En 1957, en el Santiago Bernabéu, un gol de Gento y otro de Di Stéfano, que ya había marcado en la final de 1956, dieron la segunda Copa de Europa al Real Madrid frente a la Fiorentina. Éxito repetido en Heysel, Bruselas, al año siguiente. Allí y ante el Milan, al Real Madrid le volvió a tocar remontar para ser campeón de Europa. Di Stéfano y Rial neutralizaron los goles de Schiaffino y Grillo, para superar un 0-1 y un 1-2 y mandar el duelo a la prórroga. Gento, en el minuto 107 le dio al Madrid la tercera.

El quinquenio mágico del Madrid se cerraría con la Copa de Europa de 1959, en Stuttgart y de nuevo ante el Stade Remis (2-0, Mateos y Di Stéfano) y con el que se considera uno de los mejores partidos de la historia del fútbol, el disputado en Glasgow en 1960 entre el Real Madrid y el Eintracht Frankfurt. El Madrid levantaba su quinta Copa de Europa venciendo a los alemanes por 7-3, con cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano, que alcanzaba así el hito de marcar en toda y cada una de las finales ganadas hasta ese momento.

No volvería a ganar el Madrid hasta 1966 un Copa de Europa, contra el Partizan de Belgrado (2-1, Amancio y Serena remontaron un 0-1), otra vez en Heysel y con todos los jugadores españoles. Gento todavía estaba en el equipo y alzaba en ese Madrid ‘Ye-Ye’ su sexta Copa de Europa. Antes, a los blancos, les dio tiempo a perder dos finales, en 1962 contra el Benfica de Eusebio (la última vez que los lisboetas ganaron un título europeo, haciendo válida la maldición de Béla Guttman) y en 1964 ante el Inter. Esa primera década de vida de la Copa de Europa arrojaba en sus once ediciones, ocho finales disputadas por el Real Madrid, con seis títulos y la Copa de Europa en propiedad.

Georg Schwarzenbeck estará para siempre en el recuerdo dramático del Atlético de Madrid. Un gol suyo con la prórroga agonizando en la final de la Copa de Europa de 1974 envió al Bayern de Munich al partido de desempate. Por entonces, las igualadas más allá de los 120 minutos se resolvían con otro encuentro, en lugar de los ahora tradicionales penaltis. En la que hasta la de Lisboa 2014 había sido la única final disputada por el Atlético de Madrid en la Copa de Europa, Luis Aragonés había colocado de perfecto lanzamiento de falta el 1-0 para los colchoneros en el 114 de la prórroga. Seis minutos separaron a los madrileños de una gloria que les quitó Georg Schwarzenbeck con ese tiro postrero y más tarde, todo el Bayern de Munich en un encuentro de desempate donde arrasó al Atleti (4-0).

En pleno predominio de los equipos ingleses en la Copa de Europa, el Parque de los Príncipes asistió a la tercera y hasta el momento última derrota del Real Madrid en una final del máximo título continental. Alan Kennedy, tras un saque de banda, ajustició al Madrid en el minuto 81 dio el triunfo al Liverpool (1-0).

Diecisiete años después de lo acaecido en París y treinta y dos de la sexta Copa de Europa, en 1998 el Madrid acabó con sus años de sequía europea con la ansiada Séptima, tras vencer en Amsterdam a la Juventus por 1-0 y aquel gol de Pedja Mijatovic. Y es que el Madrid consiguió entonces en cuatro años ajustar el palmarés que tanto le había dado la espalda durante décadas y sólo dos años después de volver a reinar en Europa, ganaba al Valencia por 3-0, en París, con dianas de Morientes, McManaman y Raúl.

Si Glasgow había asistido 42 años antes a uno de las mejores finales de Copa de Europa de siempre, en 2002 la ciudad escocesa volvió a ser testigo de una gran gesta del Real Madrid, que alzó ante el Bayer Leverkusen su novena Copa de Europa. Fue la noche de la bolea de Zinedine Zidane y los minutos de añadido épicos de Iker Casillas, que salvó bajo palos el 2-1 del Real Madrid, que se había puesto 1-0 por medio de Raúl

Fue la primera vez en que una ciudad ponía a los dos equipos en un final. La de Lisboa en 2014 fue donde buscó el Atleti su título tras la noche triste de 1974 y donde lo tuvo en las manos, pero el gol de Ramos en el tiempo añadido igualó el de Godín y mandó el duelo a la prórroga, donde los de Ancelotti golpearon sin piedad.


Ahora en Milán, el Madrid tiene la ocasión de ser todavía un poquito más el rey de Europa, de sumar su undécimo entorchado y de agrandar su leyenda, la que le marca como equipo que más títulos tiene. El Atleti de Simeone, a estrenar un casillero que lleva mereciendo tiempo tener su nombre.