Aránzazu Gálvez
El Real Madrid culminó los festejos que empezaron desde que
Cristiano marcó el tanto de la victoria en Milán con un fin de fiesta
espectacular en el estadio Santiago Bernabéu donde 80.000 espectadores
aclamaron y se rindieron a los héroes que han conseguido la undécima Champions
League para el club más laureado del mundo.
Después de coronar la Cibeles durante la mañana del mismo
domingo y después de visitar las sedes del Ayuntamiento y Comunidad de Madrid,
los jugadores del Real Madrid se dieron un baño de masas con una afición que ha
respondido de forma sobresaliente tras la consecución del logro contra el
Atlético de Madrid.
Abarrotó la Plaza de la Cibeles desafiando a la hora y al
frío, llenó la Puerta del Sol y el Bernabéu no iba a ser menos. Todo estaba
preparado para recibir a los jugadores blancos que hicieron acto de presencia
en su estadio a eso de las 22.00 horas de la noche. La espera se hizo larga
pero mereció la pena. La Undécima lo merecía.
Ramos y Cristiano, los protagonistas
A eso de las 22.45 las luces se apagaron y los campeones de
Europa comenzaron a salir de uno en uno. El primer de ellos fue un Zinedine
Zidane que en cinco meses ha pasado de jugar en el pozo de la Segunda División
B a tocar el cielo con el primer equipo en Milán. Tras el técnico fue pasando
uno a uno hasta llegar a un Arbeloa que quiso hacer un homenaje a Cheryshev
portando su camiseta en la celebración de la Undécima Champions League.
Cristiano: "Es un orgullo vestir esta camiseta blanca
que me queda de p... madre"
El estadio coreó el nombre del carismático jugador maño pero
el público blanco rompió los audímetros cuando apareció por el césped Cristiano
Ronaldo, el héroe de Milán que dio el triunfo a los blancos en Milán transformando
el quinto lanzamiento de la tanda. Ramos, el capitán que levantó al cielo la
Copa en San Siro, fue el otro protagonista en la presentación pero la fiesta no
había hecho nada más que empezar.
Después de la presentación hubo espectáculo de fuegos artificiales
y los clásicos agradecimientos de cada jugador. Ramos fue el primer en coger el
micrófono para mostrar su orgullo por ser "capitán" y alabó a un
Zidane que fue el siguiente en coger en testigo. Los que más y mejor se
pronunciaron fueron Cristiano Ronaldo, que dijo que era un "orgullo
pertenecer al club" y que la camiseta blanca porque "me queda muy
bien", y Arbeloa, que mandó un dardo a Piqué diciendo que: " Yo no sé
cuándo ni con quién empezó todo esto pero sí sé a quién dar las gracias, a
todos vosotros".
Vuelta de honor con los más pequeños
Después de la ronda de intervenciones fue el momento de la
vuelta de honor donde los hijos de los héores de la Undécima se convirtieron en
protagonistas en una noche mágica para el madridismo. 24 horas después de
levantar al cielo de Milán la Champions League, el Real Madrid demostró ser una
familia unida que sigue haciendo historia.