Real
Madrid y Barcelona endosaron un 4-1 o 1-4 respectivamente a Sevilla, y Las
Palmas a domicilio y el campeón se dilucidará el próximo domingo
Antonio Blanca
La
Liga 2016-17 decidirá en la última jornada el título y los clubes que competirá
en la próxima edición de la Europa League. Estas dos trincheras quedaron
abiertas tras la intensa fecha dominical. Sin embargo, otros frentes como el
descenso y el reparto de las plazas de Liga de Campeones zanjaron la
incertidumbre con el Atlético de Madrid como gran beneficiado y el Sporting de
Gijón en el papel del mayor agraviado, ya que la temporada venidera competirá
en la categoría de plata del balompié nacional.
Barcelona
y Real Madrid sostuvieron sus candidaturas con victorias más sufridas de lo que
indican sus resultados finales. Los líderes provisionales viajaban a Gran
Canaria para medirse a una UD Las Palmas en flagrante descenso competitivo. Los
pupilos de Quique Setién bajaron los brazos al comprobar que no daban para
luchar por acercarse a Europa acumularon una relación de goleadas sonrojante
que se entrecruzaba con el hambre catalán por salvar el curso por medio del
entorchado liguero. Así, con la baja de Piqué y una defensa de circunstancias,
el sistema de Luis Enrique alcanzó a imponer su libreto con una versión resplandeciente
de Neymar.
El
carioca sembró de placidez un envite bajo presión con una actuación
sensacional. Desbordó, repartió juego y remató a sus anchas. De hecho, abrió el
marcador y dio paso a un impulso goleador rematado por Suárez en el que el
Barcelona se puso 0-2 entre los minutos 25 y 27. Pero, cuando el devenir
parecía sentenciado y los visitantes aflojaron, Bigas inyectó algo de angustia
a sus rivales y alborozo en la tribuna. El canterano recortó distancias en el
63, pero poco duraría la tensión: Neymar estaba en pleno proceso de ignición y
reventó el enfrentamiento con otro par dianas (minutos 67 y 71). El
protagonismo de Neymar resultó formidable y uno de sus mejores partidos con la
elástica azulgrana le valió la categoría de referencia ofensiva en este tramo
final de ejercicio.
La
otra parte de los focos en la pugna por la cima la acaparó Cristiano Ronaldo.
El luso ayudó al Real Madrid a salir a flote del hoyo en el que ellos mismos se
metieron. Y es que los de Chamartín se pusieron 2-0 gracias a la astucia de
Nacho y un remate a la red del portugués. Zidane rotó (dejó fuera a Benzema,
Marcelo, Isco, Casemiro y Modric) y la apuesta le pareció salir redonda en el
minuto 23. Pero el Sevilla no había dicho su última palabra. No obstante, los
de Sampaoli dominarían gran parte del partido, convirtiendo a Keylor Navas en
el mejor de los suyos.
Jovetic
se toparía dos veces con la madera antes de acertar en los primeros minutos del
segundo acto. Los merengues habían vuelto a soltar las riendas del partido y,
otra vez, eran castigados con un marcador ajustado que les empujaba a la
enésima agonía. Dominó el sistema hispalense hasta que Zidane rectificó su
apuesta e introdujo a Casemiro y Modric (y a Lucas Vázquez). De ese triple
cambio surtió la voluntad jerárquica de recuperar el centro del campo y el
cortafuego se activó de manera instantánea. El croata salió a escena en el
minuto 70 y en el 78 Ronaldo anotó su gol 400 como madridista (de sublime
volea). Kroos cerraría el 4-1, con asistencia de un Nacho pletórico, para
volver a salvar las aspiraciones de doblete y ahorrarse un nuevo cierre
sufrido. Toda vez que tragaron este obstáculo, todavía dependen de sí mismos
los de Chamartín (que establecieron el nuevo récord de 62 partidos goleando de
manera consecutiva).
Por
detrás amaneció la resaca continental del Atlético de Madrid. Los colchoneros
viajaron al Villamarín y sacarían sólo el punto que les hacía falta para
terminar el calendario en la tercera plaza. Un gol de Savic en el segundo
tiempo fue suficiente para que el pragmatismo de los de Simeone neutralizara el
respingo de un Betis con ganas de legitimarse tras la salida de Víctor. Bajo el
faro del mejor partido de Dani Ceballos se cerraría un 1-1 que contentó a
todos. Y otros tres empates se registrarían en la escaramuza inmediatamente
inferior. La guerra por acabar entre los seis primeros vio cómo se quemaba una
jornada más sin cambios, pues Villarreal, Athletic y Real Sociedad no pasaron
de las tablas en sus compromisos. Los primeros, lo hicieron sin goles ante el
Deportivo (resultado que salvó a los coruñeses de manera matemática) y en la
despedida del Estadio de la Cerámica; los segundos empataron a uno (con gol de
Aduriz), ante el Leganés, hecho que también salvó a los pepineros en el adiós
del fútbol hasta agosto a San Mamés; y los donostiarras arrancaron el 2-2
definitivo, sobre la hora y con gol de Bautista, trasverse sometidos a la
táctica del Málaga de Míchel (que no se juega nada pero se juega todo tras las
palabras de su entrenador). De este modo, levantinos, vizcaínos y txuri urdin
siguen separados por un punto (64, 63 y 63).
Como
se mencionó con anterioridad, el Sporting ocupó, de manera oficial, la última
plaza de descenso. Los asturianos debían ganar y esperar que Deportivo y
Leganés perdieran. Pues bien, de ese supuesto sólo se cumplió el primero, el
que dependía de ellos mismos. Un gol de Burgui sirvió a los rojiblancos para
tomar, de significado inocuo, Ipurúa, uno de los recintos más indigestos de la
categoría. Las lágrimas de la delegación asturiana contrastaron con la
resignación que lucieron Osasuna y Granada en el duelo de descendidos que
disputaron el sábado (con triunfo navarro). Además, el Alavés hizo caja en el
rodaje de cara a la final copera sobre la depresión del Celta (3-1) y el
Valencia ganó en ambición de crecimiento al Espanyol (0-1, gol de Gayá).