Aránzazu Gálvez
El Manchester United golpeó primero en las semifinales de
Liga Europa frente al Celta de Vigo. Con un tanto de falta directa anotado por
Marcus Rashford en el minuto 67, el conjunto de José Mourinho tomó ventaja en
el partido de ida disputado en Balaídos.
En un ambiente festivo y de ilusión, el Celta trató de poner
sobre el césped la impronta de equipo valiente que le caracteriza con Berizzo
al frente, pero el Manchester supo controlar los instintos de los locales y
controló el partido.
El Celta logró tener la pelota en los primeros compases y,
de hecho, tuvo la mejor ocasión de la primera mitad en un cabezazo desvidado de
Wass en el minuto 11 tras un centro de Radoja. No hubo rastro del descaro ni el
intinto ofensivo celeste, rebajado a niveles inofensivos por el trabajo en el
centro del campo de un imperial Paul Pogba, quea ctuó de faro de los suyos este
jueves.
Y es que con contener a los locales parecía conformarse el
Manchester, que se acomodó con la situación a la espera de un fallo que le
abriera la puerta para las ocasiones con la velocidad de sus atacantes. Así fue
con Rashford en el minuto 20, luego con Mikhitaryan en el 35 y por último con
Lingard en el minuto 39. En estas tres ocasiones, los diablos rojos se
encontraron con Sergio Álvarez, impecable bajo palos.
Para la segunda parte, las estrategias se mantuvieron. El
Celta salió con ganas de tocar pero el Manchester lo anulaba y esperaba. El
trío Aspas, Sisto y Guidetti no se asociaba y los de Berizzo apenas lograban
tantear el área rival.
Sin ocasiones con el balón en juego, el único gol acabó
llegando de balón parado. Desde el lado derecho de la frontal, un lanzamiento
de Rashford silenció Balaídos. Su chut, aprovechando un amago previo, engañó a
Álvarez, que dejó descubierto su palo con dos pasos que le impidieron llegar a
tocar la pelota, que se marchó hasta el fondo de la red.
Con el 0-1 en el minuto 67, el United había hecho su
trabajo. Remachó su muro defensivo haciéndolo todavía más impenetrable y el
partido se marchó cuesta abajo hasta el pitido final sin más jugadas dignas de
reseñar. El escudo inglés se marcha con ventaja mínima, la misma que recuerda
con ilusión el Celta de su duelo anterior ante el Shakhtar. Nunca perdió el
United una eliminatoria europea tras ganar fuera de casa, sí. Pero el Celta
logró recuperarse de un resultado así ante los ucranianos en cuartos y ante el
Aston Villa en 1998. Será en el Teatro de los sueños donde ambas esperanzas
choquen y sólo quede en el camino la ilusión de un equipo.