En
una final en la que los red devils
fueron muy superiores al Ajax, los de José Mourinho logran el único trofeo que
faltaba en sus vitrinas
Antonio Blanca
El
Manchester United de José Mourinho logró anoche alzarse como campeón de la Liga
Europa tras imponerse al Ajax por 2-0 en la final disputada en el Friends
Stadium de Estocolmo. Dos goles, obra de Pogba y Mkhitaryan, sirvieron al
equipo inglés para dejar encarrilado un partido en el que maniataron al joven
equipo neerlandés, que apenas pudo crear ocasiones de peligro.
La
Liga Europa, torneo en el que el Sevilla ha reinado en los últimos años,
encontró sucesor en el Manchester United. Un equipo que empezó la competición
mirándola de soslayo (ya dijo Mou y con razón que la Europe League no es la competición que el United debe disputar) y
que acabó la temporada señalando esta fecha en rojo al ser la vía por la que
acabarían encontrando la ansiada clasificación a la Liga de Campeones que no
obtuvieron con la Premier.
Con
esta intención, el triunfo de este miércoles se pudo definir casi como
funcionarial. Como hiciera con el Celta en Balaídos, el United maniató a un
Ajax cuya juventud (22 años y 282 días de media de edad) le había permitido
usar la energía de su valentía para enloquecer los partidos y recabar una buena
cuenta de goles. Hoy no fue así.
La
experiencia se impuso a la lozanía de un conjunto que fue incapaz de poner el
más mínimo aprieto a Romero, el jugador que gozó de la mejor perspectiva de la
final con una inusitada comodidad.
Ander
Herrera, elegido MVP del partido, dio una clase magistral de dirección desde el
centro del campo controlando, y llevando incluso hasta el aburrimiento, un
partido que no se le podía escapar al United.
Imponiendo
el físico de sus jugadores, el United tomó el control desde el inicio mismo del
partido y no fue hasta pasado el cuarto de hora cuando se atisbó algo del Ajax
que había asombrado a Europa. Pero justo cuando habían logrado descubrir quién
era el portero rival, apareció Pogba desde la frontal para lanzar un chut que
acabó en el fondo de las mallas, eso sí, con la fortuna de ser desviado por
Sánchez y anular la reacción de Onana bajo palos, que sólo pudo contemplar con
mirada de pánico la trayectoria del balón hacia el interior de su portería sin
poder hacer nada.
Con
el 1-0, el United optó por ceder la pelota y actuar de manera contemplativa
reforzando la zaga y esperando a cazar una contra. La red tejida surtió efecto
y sólo la tensión de estar ante una final evitó que el bostezo reinara hasta el
descanso.
Justo
después del paso por vestuarios llegó el golpe definitivo. En un córner lanzado
por Mata, Smalling logró rematar de cabeza sin demasiada fortuna, pero
desviando lo justo la pelota como para que Mkhitaryan pudiera rematar de manera
algo acrobática y de espaldas pero al fin y al cabo efectiva haciendo el 2-0 en
el minuto 48.
Si
con el 1-0 los red devils se
mostraron completamente a gusto, con las diferencias ampliadas el plan no hizo
más que reforzarse. El Ajax seguía siendo incapaz de encontrar la salida al
laberinto inglés, impotente cada vez que acababa chocando una y otra vez frente
a la zaga del United.
Mourinho aprovechó los
últimos instantes para homenajear a Wayne Rooney, entrando en el último minuto
en lo que parece su despedida del Manchester United. Con el pitido final, el
equipo inglés ponía el sello al documento que estaba buscando. Un título que
aún no tenía y que le valió para el objetivo principal: entrar en la Liga de
Campeones.